Paredes acaba con el luto

Esteban Paredes

Colo Colo goleó sin contemplaciones a un tímido Audax Italiano con una gran actuación de Esteban Paredes. El delantero anotó dos golazos de sombrerito y regaló otras dos asistencias para sellar una victoria que hace olvidar la eliminación de la Copa. <script type='text/javascript' data-type='playlist' data-id='53a0d46813b1c0f669fdf999' data-media='58a104ad4bfcf8b208e393f5' data-width='640' data-height='360'> (function(){var c,d,a,e,b;b=document;c=b.currentScript||function(){var a;a=b.getElementsByTagName("script");return a[a.length-1]}();a=b.getElementById("mdstrmEmbed");null==a&&(e=""+("https:"===window.location.protocol?"https:":"http:")+"//platform.s-mdstrm.com/js/e.js",d=b.getElementsByTagName("head")[0],a=b.createElement("script"),a.id="mdstrmEmbed",a.type="text/javascript",a.src=e,a.async=!0,a.render=function(b){return setTimeout(function(){return a.render(b)},50)},d.appendChild(a));a.render(c)}).call(this); </script>




En la competencia interna es otra cosa. Ahí donde no hay marcas asfixiantes ni rivales que dejen espacios. Donde la calidad individual sí marca diferencia ante la pasividad de los zagueros. Colo Colo, dándose el lujo de guardar a varias de sus figuras, sobre todo en el mediocampo, destrozó a Audax Italiano con dos argumentos que en el torneo local parecen suficientes: dinámica y Esteban Paredes. Sí, con estas dos variantes le basta y le sobra para florearse en las canchas chilenas. Sucedió la semana pasada ante Unión Española y ahora frente a los floridanos.

Del luto por la eliminación de la Copa Libertadores, como apuntó Guede toda la semana, ni señales. Claro, con tantas facilidades enfrente, era cosa de recuperar un poco la memoria para volver a sonreír. Y de aprovechar cada uno de los regalos que le ofrecía el rival. Porque así como Colo Colo lució variantes de ataque y movimientos interesantes en la recuperación, Audax estableció una resistencia mínima, casi infantil. Su técnico Hugo Vilches nunca supo cómo jugar el partido y aquella mala lectura desde el banquillo, la sintió de sobremanera el equipo itálico.

Si había dudas sobre cuánto podía afectar la eliminación en la Libertadores, éstas desparecieron apenas arrancó el partido. Era cosa de ver como se movían unos y otros en la cancha del Monumental. De aquel equipo que el miércoles se vio maniatado e incapaz de doblegar a un discreto equipo brasileño como Botafogo, a esta versión criolla, con tiempo para pensar y sobre todo con jugadores rivales sometidos ante la presión impuesta por Colo Colo y por qué no, a un pánico escénico que a esta altura llega a ser llamativo. Porque una cosa es jugar mal y ser superado, y otra es esconderse para no pedirle la pelota a un compañero y sufrir para dar un pase a tres metros. Y eso, salvo alguna contada excepción, ocurrió con la mayoría de los pupilos de Hugo Vilches, sobre todo en el primer tiempo.

Frente a ese escenario ideal, Colo Colo volcó todo su repertorio en el Monumental. Claridad para encontrar líneas de pases a lo largo y ancho de la cancha, generando espacios para que aparecieran los volantes en el área itálica. Con intensidad para ganar todos los segundos balones en campo rival. Y con un Paredes que volvió a demostrar que le tiene tomada la mano a todas las defensas nacionales. Apareciendo en el área para definir con categoría, como en los dos primeros goles, o recogiéndose unos metros para asomar como enganche y habilitar a Gabriel Suazo para el tercero y a Ramón Fernández en el cuarto.

Un repertorio completo, que luce casi incontrarrestable en la competencia interna, pero que en el plano internacional asoma a cuentagotas. Precisamente porque allí no tiene ventaja alguna en cuanto a espacios ni rivales que lo miren con pasividad asombrosa.

Seguramente más de algún hincha albo todavía se debe estar preguntando por qué todo esto que ha mostrado el equipo en el arranque del Clausura, donde está como líder con seis puntos, siete goles a favor y sin tantos en contra, no apareció el miércoles en la Copa. Y la respuesta es simple: en el plano internacional no existe tanta inocencia ni indolencia en la marca como en el torneo nacional. Menos espacios de maniobra. Y esto lo viene padeciendo en carne propia Colo Colo en los últimos años. Por suerte, la revancha en el fútbol siempre está a la vuelta de la esquina. Y ahí, Paredes siempre tendrá tiempo para regalar goles de todos los gustos. Para seguir agrandando su leyenda. Y acabar con el luto de la Libertadores.

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