Pistorius termina duro interrogatorio leyendo un mensaje de amor de su novia

"Creo que hoy es un buen día para decirte que te quiero" dice la tarjeta que Reeva Steenkamp le entregó el 14 de febrero del año pasado, el día que le disparó.




El atleta paralímpico Oscar Pistorius concluyó hoy su testimonio ante el tribunal que lo juzga por el asesinato de su novia, Reeva Steenkamp, leyendo un mensaje de amor escrito para él por la modelo el mismo día en que la mató a tiros, el Día de San Valentín del año pasado.

"Creo que hoy es un buen día para decirte que te quiero", dice la tarjeta de felicitación que Steenkamp preparó el 14 de febrero, según leyó el propio deportista, quien argumenta que disparó pensando que era un intruso.

El abogado defensor, Barry Roux, le había pasado la tarjeta al deportista, tras hacer la última pregunta a su cliente. 

Pistorius cerró de este modo su declaración oral ante la jueza, Thokozile Masipa, ante el Tribunal Superior de Pretoria, minutos después de que el fiscal, Gerrie Nel, acabara su duro interrogatorio al acusado, que se extendió por varios días.

El contenido de la tarjeta es utilizado por la defensa para desacreditar la versión de la Fiscalía, según la cual Pistorius mató intencionadamente a Steenkamp tras una supuesta discusión que dicen haber escuchado varios testigos llamados a declarar por Nel.

Durante su interrogatorio, el fiscal desechó una vez más la versión de Pistorius, al calificarla de "improbable" e "imposible de creer".

Nel cuestionó que el velocista no gritara al encontrar a su novia herida de muerte tras la puerta del baño, tal y como el mismo atleta declaró. 

"¿Gritó usted cuando la vio?", le preguntó Nel al acusado, que respondió a la jueza que no.

"Era la primera vez que la veía (tras dispararle), ¿y no gritó?", continuó el fiscal dirigiéndose al deportista.

Antes de dar por cerrado su interrogatorio, Nel resumió su versión de lo que ocurrió en la noche del crimen, según la cual Steenkamp -que entonces tenía 29 años- se fue corriendo de la cama y se refugió en el baño protegiéndose de Pistorius, que tomó la pistola, la persiguió y la acribilló a través de la puerta. 

Pistorius, que lloró durante varias fases de su declaración, abandonó el estrado visiblemente afectado y con las manos temblando, y recibió los abrazos de su hermana y su tío durante el receso del tribunal.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.