Presidente iraní compareció ante el Parlamento por presuntas irregularidades de su gobierno
Mahmoud Ahmadinejad se convirtió en el primer mandatario iraní en ser interrogado por el Congreso, que tiene el poder de impugnarlo si no queda satisfecho con sus respuestas.<br><br>
El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, compareció ante el Parlamento hoy para ser sometido a un interrogatorio sin precedentes por parte de legisladores que lo acusaron de una mala administración económica y de realizar designaciones "ilegales".
Menos de dos semanas después de recibir un duro revés en las elecciones parlamentarias, Ahmadinejad se convirtió en el primer mandatario en la historia de la República Islámica en ser convocado por el Parlamento, que tiene el poder de impugnarlo si no queda satisfecho con sus respuestas.
Facciones tradicionalistas que manifiestan una lealtad total al líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, habían tratado de convocar al Presidente durante meses.
El Presidente fue acusado de malgastar los recursos en donativos del gobierno y es criticado por retirar subsidios de alimentación y combustible, lo que provocó una inflación inmensa.
Encabezando la reunión, el legislador Ali Motahari preguntó por qué Ahmadinejad se había quedado en su casa durante varios días en abril pasado luego de que el ayatolá revirtió su orden de echar al ministro de Inteligencia, una ausencia que algunos interpretaron como una protesta contra la decisión del líder supremo.
A pesar de su debilitada posición, Ahmadinejad respondió en un tono confiado y por momentos displicente que no ayudó a calmar el alboroto de la audiencia, transmitida en vivo por la radio estatal.
El presidente negó haber desafiado al líder supremo, diciendo: "Esta es una de esas cosas; Ahmadinejad quedándose en su casa a descansar. Algunos de mis amigos me pidieron varias veces que descanse. En este gobierno no se dejó de trabajar un solo día".
CULPA
Ahmadinejad restó importancia al significado histórico de la sesión, diciendo que era el derecho del Parlamento y no estaba fuera de lo normal.
"Estaba dispuesto a responder a las preguntas antes de las elecciones", dijo, en referencia a los recientes comicios parlamentarios. "Pero pensé que podría tener un impacto en los resultados electorales y que se me culparía de ello. Soy el más fácil de culpar", sostuvo.
Tras un interrogatorio de una hora que incluyó preguntas sobre el financiamiento del metro de Teherán y la veracidad de cifras del Gobierno que muestran que en el 2009 y el 2010 se crearon 1,6 millones de empleos, muchos parlamentarios quedaron insatisfechos.
"Las respuestas de Ahmadinejad a los parlamentarios fueron ilógicas, ilegales y un intento por evitar responderles. Con un tono insultante, ek mandatario se burló de las preguntas de los legisladores e insultó al Parlamento", dijo el legislador Mohammad Taqi Rahbar, que fue citado por la agencia de noticias del Parlamento.
Luego de realizar varias designaciones ministeriales impopulares en el Parlamento -incluyendo un breve período en que se designó a sí mismo como ministro del Petróleo, a cargo del mayor sector económico de Irán-, Ahmadinejad fue consultado sobre cómo seleccionó a la gente para puestos clave.
El legislador reformista Mostafa Kavakebian aseguró que "el presidente no dio respuestas lógicas y tomó todo a la broma".
El canal Press TV reportó que algunos legisladores quedaron ofendidos por el tono burlón de Ahmadinejad y más tarde amenazaron con llevarlo a juicio político luego del feriado del año nuevo iraní más adelante este mes, pero los analistas consideraron que esa opción es improbable.
Mohammad Marandi, de la Universidad de Teherán, opinó que el hecho de que Ahmadinejad no haya contestado adecuadamente las preguntas sobre sus diferencias con el líder supremo mostró "un punto débil", aunque sigue siendo popular entre los iraníes.
"No creo que vaya a ser impugnado", señaló. "Este Parlamento no tiene motivos para hacerlo en esta etapa. Son críticos y quieren mantenerlo bajo control", añadió.
Los ataques contra Ahmadinejad han estado alentados en parte después de que el año pasado se hicieran públicas desavenencias entre el ayatolá Khamenei y él.
Los leales a Khamenei comenzaron a minar su autoridad al acusar a los asesores de Ahmadinejad de retar al líder supremo y amenazar los cimientos de la República Islámica.
La posición del presidente se vio más dañada aún en las elecciones parlamentarias de este mes, dominadas por candidatos que apoyan a Khamenei.
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