Primer quiebre en el grupo kirchnerista La Cámpora

La Cámara de Diputados argentina aprobó este jueves un proyecto de ley, que ahora debe tratar el Senado, impulsada por el gobierno de Mauricio Macri, y que promoverá la reducción de los plazos administrativos para constituir una empresa. Se trata de la llamada Ley de Emprendedores que, según sus promotores, le otorgaría a Argentina una legislación de vanguardia en favor de la innovación.

Pero más allá de la iniciativa en concreto, lo llamativo es que este proyecto provocó un quiebre en el grupo "juvenil" kirchnerista La Cámpora. Eso porque mientras el ex ministro de Economía y actual diputado Axel Kicillof levantó la mano para apoyar la Ley de Emprendedores, Máximo Kirchner, el hijo de la ex Presidenta Cristina Fernández y hoy parlamentario, decidió abstenerse.

A Kicillof lo siguieron otros rostros muy identificando con La Cámpora como Eduardo "Wado" de Pedro y Andrés "Cuervo" Larroque. Mientras que la postura de Máximo K, considerando el líder de ese grupo, fue respaldada por Carlos Castagnetto y Marcos Cleri. Ante esta situación confusa y de murmullos, varios diputados se levantaron y finalmente todo el bloque del kirchnerista Frente para la Victoria (FpV) abandonó la sala. Como sea el proyecto se aprobó con 189 votos a favor, 7 en contra y 9 abstenciones.

"Axel está demasiado dialoguista", dijeron al diario argentino Clarín desde el bloque K. "Kicillof hace massismo: critica al Gobierno pero después le vota las leyes", sostuvo un operador kirchnerista en referencia al ex candidato presidencial Sergio Massa. "Máximo le había avisado y lo paró", destacó un diputado.

Al parecer el líder de la bancada kirchnerista, Hector Recalde, y Kicillof habían acordado apoyar el proyecto de ley tras asegurar que el bloque oficilista Cambiemos había aceptado sus modificaciones. "Te van a cagar", le habría dicho Máximo  Kirchner a Kicillof, a lo que el ex ministro aseveró: "No, Máximo, aceptaron incorporar lo que nosotros pedimos", según la reconstrucción de la negociación interna que hizo Clarín. La "grieta" entre uno y otro se mantuvo y así se mostró luego en la votación general de la ley.