Primera piedra del telescopio más potente del mundo será inaugurada a mediados de 2017
Ubicado en el norte del Chile a 3 mil metros de altura, el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT) contendrá un espejo de 39 metros de diámetro que comenzará a explorar el Universo a partir de 2022.
El Observatorio Europeo Austral (ESO), ubicado en Chile, prevé colocar a mediados del año que viene la primera piedra del telescopio E-ELT, llamado a convertirse en el mayor y más potente del mundo, que estará ubicado en Cerro Amazones, en Chile.
Impulsar la construcción del Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT) será el gran reto por delante para el investigador español Xavier Barcons, nombrado este mes nuevo director general del ESO y que asumirá su cargo en septiembre de 2017
El E-ELT es el gran proyecto en el que está embarcado el Observatorio Europeo Austral, y hará honor a su nombre gracias a un espejo circular de 39 metros de diámetro construido con multitud de fragmentos hexagonales.
"Su dimensión es lo máximo que creemos que se puede hacer hoy en día", dijo Barcons, investigador del Instituto de Física de la Universidad de Cantabria (IFCA) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Barcons asumirá la dirección del ESO en un momento clave para el E-ELT, en el que debe darse el empujón definitivo a esta gran infraestructura científica e impulsar su construcción en Chile, un emplazamiento especialmente apto por la calidad en la observación astronómica.
Aunque ya se ha hecho la carretera y se ha aplanado la cima en la que se levantará el telescopio, y los principales contratos de construcción ya están otorgados, la primera piedra de la infraestructura en sí podría ponerse a mediados del año que viene, según Barcons.
Su nombramiento como director del ESO es por cinco años, pero no descarta seguir otros cinco más. De ser así se culminaría bajo su dirección el proyecto del telescopio, porque el objetivo es que en los próximos diez años se pueda tener todo a punto y hacer la primera observación.
El Observatorio Europeo Austral cree que este Telescopio Europeo va a suponer "una revolución" para la investigación en astronomía, y no solo por las insólitas dimensiones del espejo, sino también porque utilizará la técnica de óptica adaptativa, para lograr mayor nitidez en la imagen.
El E-ELT se unirá a la nómina de infraestructuras del ESO, que tiene más -aunque de dimensiones muy inferiores- repartidos en varios puntos de Chile.
Todos esos instrumentos producen gran cantidad de datos y de resultados científicos que, una vez recabados, son propiedad durante un año de los investigadores que impulsan cada uno de los proyectos, y que después pasan a ser públicos.
"Cualquier investigador de cualquier lugar del mundo puede utilizar esos datos para hacer sus estudios e investigaciones, y lo cierto es que en la última década el número de resultados científicos que se obtienen por datos de archivo, los que ya están en el dominio público, ha ido creciendo mucho", subrayó Barcons.
Para poder trabajar en uno de los telescopios del ESO, una organización intergubernamental a la que dan soporte 16 Estados, el organismo saca normalmente dos veces al año una oferta de tiempo de observación abierta a todos los científicos del mundo.
Las solicitudes recibidas suelen superar con mucho el tiempo disponible para observar, hasta en cinco, seis o diez veces más, por lo que son unos comités de asignación de tiempo, formados por expertos y científicos, los que evalúan y hacen una priorización según la calidad de los proyectos.
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