Príncipe Alberto II de Mónaco y Charlene Wittstock ya son marido y mujer
La pareja se casó por el civil, en una ceremonia en la sala del trono del Palazzo Grimaldi. En las afueras cientos de seguidores vieron el evento por pantallas gigantes.
El Príncipe Alberto II de Mónaco y la ex deportista sudafricana Charlene Wittstock se casaron hoy por civil, durante una ceremonia en la sala del trono del Palazzo Grimaldi, en el pequeño Estado sobre el Mediterráneo.
El enlace estuvo oficiado por el presidente del Consejo de Estado, Philippe Narmino, que hizo una breve introducción en francés, inglés y monegasco, pero continuó el acto en francés, lengua oficial de la ciudad Estado.
Un fuerte aplauso coronó el "sí, quiero" de los novios en la plaza junto al palacio. Desde hoy, la plebeya Charlene pasa a ser princesa de Mónaco. La ceremonia se retransmitió en pantallas gigantes en el pequeño principado de apenas dos kilómetros cuadrados a orillas del Mediterráneo.
Numerosas personas se congregaron frente a estas pantallas para seguir el enlace en directo. La novia, apareció con un traje largo color azul turquesa claro y maquillaje discreto.
En este matrimonio, que abre una nueva etapa en el "futuro de la dinastía de los Grimaldi", se unen Africa y Europa, dijo Narmino. "A ambos los une además su pasión por el deporte", agregó.
Charlene parecía tensa al principio, pero cuando dijo el "sí, quiero" no pudo evitar la emoción y el príncipe Alberto la besó en la mano. Apenas hace unos días circularon rumores sobre una posible separación, que fueron acallados con un desmentido del principado.
El príncipe y la ya princesa se prometieron fidelidad y cuidarse mutuamente. Antes de estampar su firma en el acta de matrimonio, Narmino nombró todos los títulos nobiliarios de Alberto. Después, los recién casados se asomaron a la ventana del palacio y se dieron un beso breve. Saludaron a la multitud congregada frente al palacio y se besaron por segunda vez antes de desaparecer en el interior.
También Carolina y Estefanía, las hermanas de Alberto, se mostraron en la ventana. Carolina, que asistió sin su marido, el príncipe alemán Ernesto Augusto, lució un vestido azul. Estefanía eligió un vestido beige. Para después del enlace, la pareja quiere compartir con los súbditos del pequeño Estado su alegría en una recepción a la que están invitados 7.500 monegascos.
El menú está compuesto por delicias mediterráneas y sudafricanas. Para esta tarde está previsto un concierto gratuito en el puerto y se espera un espectáculo de fuegos artificiales.
Los monegascos han tenido que esperar mucho tiempo para ver la boda de su príncipe, de 53 años. El hijo del príncipe Rainiero III y la estrella de Hollywood Grace Kelly conoció a Charlene hace 11 años en una competición de natación. Antes de la boda, la joven protestante (20 años menor que su marido) se convirtió al catolicismo. La ceremonia religiosa, con la asistencia de numerosos representantes de las casas reales y otros personajes famosos, tendrá lugar este sábado por la tarde. Y se espera la asistencia de 3.500 personas
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