De Puerto Príncipe a la Quinta Vergara: la historia detrás de los representantes de Haití
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El grupo 4 Harmony marca la primera vez de la nación caribeña en la competencia del Festival. Recien el año pasado conocieron la existencia del certamen. De Chile, les gusta Gepe.
"Del Festival se sabe poco por allá. Nos enteramos de éste recién el año pasado", cuenta Marc-Harold Pierre, vocalista y percusionista de 4 Harmony, grupo que representa a Haití en la competencia folclórica de esta edición en el Festival de Viña. "Una amiga de nosotros estaba allá viendo a Javiera Mena, y Marc se interesó y le preguntó cómo podían llegar allí", cuenta María Paz Gómez, pareja chilena del cantante, quien además los ayuda como intérprete y representante en su estadía en la Ciudad Jardín.
La Quinta Vergara tampoco sabía del país caribeño hasta ahora. En sus 58 ediciones, es la primera vez que Haití participa en la competencia festivalera. Y su presencia no ha pasado desapercibida. La noche del martes, luego de que el mencionado Pierre junto a Johnny Duverseau (guitarra), Bruno Saintilus (voz), Freshlewis Gustave (voz) y Clyde Duverne (bajo) debutaran en el escenario la jornada del martes, el nombre del país se transformó en tendencia en Twitter. La buena recepción del jurado, que los evaluó con un 5.8, los tiene como uno de los favoritos para quedarse con el premio mayor.
El viaje de 4 Harmony comenzó en 2011 en Puerto Príncipe, la capital haitiana, pero sus miembros son amigos 14 años antes de eso, y desde siempre han estado involucrados en la música. "Algunos cantábamos en las iglesias de la ciudad. Otros de nuestros miembros eran parte de un grupo de reggae. Incluso antes de formar la banda, nos juntábamos a cantar a capela o cantábamos para los niños de Puerto Príncipe", dice el guitarrista Johnny Duverseau.
Las canciones del grupo están marcadas por una de las tradiciones culturales más importantes de Haití: el vudú. La música, que deriva de una de las religiones más antiguas del mundo, se centra en el ritmo y las armonías vocales más un componente espiritual. "La espiritualidad en la música haitiana es fundamental, porque el vudú es espiritualidad. Cada ritmo en nuestra música es un espíritu. Nuestra cultura es muy rica, y también muy conectada a la religión", dice Marc-Harold Pierre.
De Chile, al igual que del Festival, el conjunto no sabía mucho. "Sabíamos de algunos procesos históricos, como la dictadura de Pinochet", explica Pierre, agregando con una sonrisa, "también nos gusta mucho la música de Gepe". El resto de sus compañeros lo acompaña en su entusiasmo por el cantautor nacional. El grupo también sabe de la creciente colonia de haitianos en suelo chileno, que llegan dejando atrás la compleja realidad del país caribeño, uno de los más empobrecidos del continente. "En las medios de Haití se cubre el hecho de que hay una colonia haitiana aquí. Chile es un país que es estable políticamente. Se le ve hospitalario y acogedor, entonces cuando un haitiano escoge Chile para vivir, para nosotros es visto como una buena opción, considerando cómo vivimos allá", explica el vocalista.
La canción con la que participa el grupo en el escenario, Peyi a, tiene un significado especial para el grupo, con un mensaje que aseguran va más allá de triunfar en la competencia. "La situación de Haití no es buena, eso lo sabemos. Pero esta canción busca hablar de los haitianos de toda Latinoamérica. Queremos que todos nos unamos y que así Haití avance. Esta canción busca sensibilizar a las personas con nuestra realidad", cuenta el bajista Clyde Duverne. La canción efectivamente inicia contando: Yo nací en una isla/ Un lugar en que esos vientos de paz jamás llegaron", con el coro haciendo un llamado: "Mi país no se puede quedar así".
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