"¡Queremos goles, muchachos!"
Un exigente Pizzi dedicó los 60 minutos de la práctica con balón a realizar ejercicios de definición. Al DT se le vio muy activo dando instrucciones. Alexis Sánchez fue el más efectivo frente a Claudio Bravo. Arturo Vidal no entrenó con normalidad. Sólo realizó trabajos de elongación.
El entrenamiento de la Selección comenzó con aplausos. Juan Antonio Pizzi, antes de dar sus primeras instrucciones, saludó con afecto a Felipe Gutiérrez, quien cumplía 26 años. El Pipe agradeció el cariño, sin antes recibir las bromas de sus compañeros que desataron las risas de todo el cuerpo técnico.
Ayer, la Roja parece haber dado vuelta la página. En Juan Pinto Durán se percibe otro ambiente. La desastrosa presentación que completó la Selección en Quito quedó en el olvido y el último campeón de América sólo tiene en mente doblegar a Perú.
Pese al buen ánimo, la jornada no partió bien para Pizzi. Arturo Vidal le manifestó que no se sentía bien físicamente, lo que obligó su marginación de la práctica. El Rey sólo realizó trabajos de elongación junto al kinesiólogo Pedro Oñate, a un costado de los ejercicios que realizaron sus compañeros, durante los 60 minutos que duró la sesión.
El santafesino también aprovechó la oportunidad de conversar por largos minutos, de manera individual, con Charles Aránguiz. El Príncipe asumirá un rol clave ante los incaicos, pensando en anular todo tipo de conexión que habilite a Paolo Guerrero, la máxima figura del equipo de Gareca.
En la mente del DT muchas cosas dan vuelta, pero la principal es la falta de gol. Ya dejó de ser una simple estadística y comienza a incomodar. En los dos últimos encuentros del bicampeón de América, la igualdad sin goles ante Bolivia y la caída ante Ecuador, Chile no anotó. 180 minutos sin abrazarse es para preocuparse. A ese pobre registro se le agrega la mala racha que persigue a Alexis Sánchez y Eduardo Vargas: ambos delanteros no convierten en eliminatorias desde octubre de 2015, cuando la Roja visitó a Perú, en Lima.
Es por esto que, ayer, el entrenamiento con balón estuvo enfocado en la definición. No importó el perfil del jugador, si era derecho o zurdo. El cuerpo técnico dividió al plantel en cuatro grupos de cinco jugadores, más los dos arqueros, Claudio Bravo y Johnny Herrera. ¿La instrucción? Realizar una pared rápida con el compañero de enfrente y terminar de primera la jugada con un remate. Luego realizó el mismo ejercicio, pero desde las bandas, alternando el perfil de definición.
Todos participaron, sin importar la posición que cumplen en el campo de juego. "¡Queremos goles, muchachos!", gritó Juan Antonio Pizzi, quien, a diferencia de otros entrenamientos, se notó mucho más activo dando instrucciones. Su ayudante, Manuel Suárez, tampoco se quedó atrás con la exigencia y la arenga. El más efectivo fue Alexis Sánchez, quien sacó hasta los aplausos de sus compañeros. El Niño Maravilla gritó cada gol y lo celebró como si fuese una final.
Los ejercicios terminaron y los bicampeones de América fueron liberados, tal como ayer. Deberán retornar hoy antes de las 11 horas.
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