Ropa para perros, un negocio que salió ileso a la crisis en EE.UU.
Abrigos, disfraces y accesorios de diseño mantuvieron sus niveles de ventas pese a la recesión que se inició en 2007 y que contrajo la mayoría de los rubros. <br>
La recesión económica que se inició en Estados Unidos en 2007, cuyos coletazos aún subsisten, tuvo un impacto negativo en los negocios en la mayoría de los rubros, pero hubo uno que salió ileso a los sobresaltos del mercado: el de la venta de ropa y accesorios para perros.
Las estimaciones de la Asociación Americana de Productos para Mascotas (APPA, por sus siglas en inglés) indican que durante 2010, los estadounidenses gastaron en alimentos, medicinas, ropa, cuidados y otros artículos unos US$47.400 millones.
"La venta de ropa ha permanecido estable durante los últimos años", le dice a BBC Mundo Tierra Bonaldi, quien se desempeña en APPA como especialista en tendencias y estilos de vida de las mascotas.
En el diagnóstico coincide Gerry Macknight, gerente de una tienda del rubro ubicada en la zona de Cleveland Park, en Washington. "El mercado ha sido bastante estable pese a la crisis", afirma en diálogo con BBC Mundo.
La explicación que le encuentra a este fenómeno es que "la mayoría de los clientes considera a sus mascotas como parte de la familia y las trata como si fueran niños".
TENDENCIAS Y GUSTOS
Una encuesta nacional realizada por APPA revela que en 2010 había mascotas en 71,4 millones de hogares, lo que representa el 62% del total a nivel nacional.
Dentro de ese universo, los propietarios tienen diferentes gustos y costumbres a la hora de elegir las prendas. Las hay más convencionales o de diseño y los precios van desde los US$15 hacia arriba.
"Lo más popular es la ropa para los perros más pequeños y va en línea también con la personalidad de los dueños", explica Macknight.
"Los visten de una manera similar a la que a ellos les gusta vestir, también muchos les ponen una ropa similar a la que es más confortable para los dueños", agrega.
Las diferencias de género, suelen ser determinantes a la hora de elegir. "A los perros los suelen vestir con suéteres o camisetas de equipos deportivos y a las perras con vestiditos más femeninos", cuenta Macknight.
Para la Noche de Brujas o para Navidad se venden también diferentes "disfraces" para las mascotas. Santa Claus suele ser el más pedido cada diciembre.
UTILIDAD Y DISEÑO
Desde APPA dicen que la tendencia a disfrazar a los animales va cambiando y se ve una mayor demanda de prendas que tiene algún "tipo de utilidad".
En ese sentido, Bonaldi ejemplifica que la gente busca "ropa reflectiva para pasear a los perros después de la caída del sol, protectores para la lluvia, chalecos para mantener a las mascotas secas y abrigadas e incluso ropa para que estén más confortables en períodos de angustia".
Hay gente que prefiere adquirir modelos más exclusivos y más caros. Al menos el 19% del total de propietarios de mascotas en EE.UU. compró algún accesorio de diseño como collares, lazos o ropa o, según los registros de APPA.
¿ANTINATURAL?
¿Es bueno o es malo vestir a los perros? Ese es un interrogante que comenzó a surgir desde el momento en que el mercado de prendas y accesorios para mascotas comenzó a fortalecerse y los perros pasaron del patio a la cama del dueño.
"La posición es que Dios les dio a ellos su abriguito permanente que es el pelaje", dice Mitsie Vargas, de la Asociación Americana Médico Veterinaria (AVMA, por sus siglas en inglés).
"Las mascotas son parte de la familia y la gente empieza a ponerles cualidades humanas", explica en diálogo con BBC Mundo.
Vargas dice que "los perros más pequeños, que están más apegados a los dueños, se acostumbran a que los vistan y les encanta, pasa a ser un ritual con su propietario". "Otros, en cambio, tienden a sacarse la ropa", cuenta.
Desde su condición de médico veterinaria advierte que "hay que tener cuidado que las prendas no sean inflamables porque la temperatura de los perros es más elevada que la de los humanos y no pueden sudar".
Otra de las cosas a tener en cuenta es que las prendas no sean muy apretadas "porque les puede cortar la circulación".
"Lo ideal sería tener perros acordes al clima del lugar, pero somos humanos y nos pasamos comprando perros según el look", reconoce.
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