Roser Bru presenta las pinturas con las que reflexiona sobre la muerte
<p>La artista de 86 años muestra obras de la última década en la Galería Animal, en las que vuelve a las figuras de García Lorca, Víctor Jara y Adolfo Couve.</p>
La muerte ronda las obras de Roser Bru y no hay nada que se pueda hacer para evitarlo. Así piensa la pintora española: el fin de la vida es algo insoslayable y todo lo que viene antes es la premuerte. Ella está en eso mismo. Tiene 86 años, 70 vividos en Chile, y se mantiene en plena producción. Este año, indica, ha pintado todo un muro de cuadros de su actual exposición, que recopila su trabajo desde 1999 hasta ahora. "Pinto siempre que puedo, todas las mañanas y en verano más incluso", explica. "Todo lo que se me ocurre lo pinto".
A los 16 llegó a Chile, a bordo del barco Winnipeg. Fue un mes de viaje, en el que también llegaron a Chile José Balmes, Gracia Barrios y Mauricio Amster. Bru, una niña a la que le interesaban el dibujo y la acuarela, y que antes de venir pasó por París y vio los cuadros de los impresionistas, creció en España y conoció a Federico García Lorca. Fue su primera aproximación artística a la muerte. "El tenía La Barraca, con la que viajaba por los pueblos haciendo teatro. Era su forma de enseñar: sin hacer exámenes, sin aprender de memoria. Eso se acabó con la Guerra Civil", recuerda. "Después, murió. Es decir, lo mataron". Lorca no ha dejado su memoria desde entonces. Y en la muestra actual, dos obras llevan su nombre y su figura, con los colores de la bandera española. A una, incluso, le acompaña una litografía del mismo García Lorca.
Es uno entre muchas figuras trágicas que se exhiben en su muestra Transcurso. Está la obra más antigua de la serie, un retrato de Edith Piaf. También el poeta Miguel Hernández, Virgina Woolf y Kafka. "Kafka siempre estaba esperando una señal de muerte, ves. Tenía tuberculosis. Entonces siempre miraba el pañuelo, hasta que un día vio sangre...".
No es la única historia trágica que conoce. Un gran cuadro, titulado A Couve en la mesa con amigos, muestra un retrato del artista que mira hacia un pequeño ramo de flores con la frase "los amigos juntos". "Esa vez fuimos a comer a Cartagena con Couve, almorzamos ahí y él pintó ese ramito. Lo hizo y me dijo: ¡Estos son tus colores! Esa misma semana se suicidó".
La muerte, los fallecidos y las calaveras abundan en su obra reciente. "Morir es cierto" escribe en una de ellas, que describe como "retratos del Fayum". Es su forma de replicar la práctica que se realizaba en la antigüedad, en que a los muertos se les pintaba un retrato sobre su sarcófago. Era una forma de captar su espíritu. Ganarle al paso del tiempo.
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