Según expertos intensas lluvias no aliviarían la sequía

Agua caída no alcanza a infiltrar pozos, el sedimento daña los embalses, y pudre la uva tardía.




Al contrario de lo que podría esperarse, la gran cantidad de agua caída en las últimas horas en el norte no aliviaría la prolongada escasez hídrica. Así lo señala  Fernando Santibáñez, bioclimatólogo y director del Centro de Agricultura y Medio Ambiente de la U. de Chile (Agrimed), para quien "esta lluvia, con esta intensidad tan inusual y en un período tan concentrado, no ayudará en nada para sobrellevar la sequía".

Gran parte de esta agua se perderá en el mar, por falta de infraestructura. El resto ayudaría en parte a subir los niveles de los embalses, no obstante, también acarrearían daños en el largo plazo, derivados de la gran cantidad de sedimentos y turbiedad de los caudales. Estos se apozan en el fondo de los tranques, disminuyendo su capacidad.

Los daños se expanden también a los cultivos, que eran la esperanza de los agricultores en Ovalle: las últimas cosechas de uva Crimson y Red Globe. "Esta lluvia, a esta altura del año y en esta cantidad, sólo trae daños. En esa zona la humedad y el calor producen botritis en las plantas, en otras palabras, pudrición" sostiene Santibáñez.

"Como ha llovido tanto, en forma intermitente, pero por muchas horas, se producen estos daños fitosanitarios, y se suma la pérdida de la escasa cobertura vegetal, que está en los primeros 15 centímetros de suelo", concluye.

Prevención

Para Santibáñez es probable que este fenómeno se repita, para lo cual recomienda construir infraestructura que contrarreste la erosión. "Es posible construir zanjas en el sentido de la pendiente para conducir el agua a menor velocidad, con eso podría infiltrar los pozos y no perderse, y por otro, se evitaría la erosión".

Aún así, el especialista cree que en dos más se entrará a un período de pluviometría en parámetros más normales.

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