Sergio Bitar: "Creo que en esta fase de la reforma el ministro de Educación debe ser reforzado"
Ex timonel PPD rechazó dichos del ex ministro Edmundo Pérez Yoma (DC), sobre la necesidad de reemplazar a Nicolás Eyzaguirre en el Mineduc.
Esta semana el ex ministro de Educación del gobierno de Ricardo Lagos, Sergio Bitar, asistirá, al igual que otros ex secretarios de Estado, a la Comisión de Educación del Senado, para dar su opinión respecto del proyecto que busca eliminar el copago, la selección y el lucro en los colegios que reciben recursos del Estado, el que ha generado tensiones dentro de la Nueva Mayoría. El último conflicto fue iniciado por dichos del ex ministro del Interior Edmundo Pérez Yoma, quien dijo a Reportajes de La Tercera que el mayor problema del gobierno actual recae en el Ministerio de Educación y en el manejo que ha tenido el ministro Nicolás Eyzaguirre en la conducción de la reforma.
¿Comparte la idea que la reforma ha tenido una mala conducción?
Considero a la reforma como muy importante para el futuro de la educación del país, pero creo que los procedimientos que se proponen para arribar a ella deben ser corregidos, mejorados.
¿En qué sentido?
Hay un exceso de desconfianza con los privados, hay excesos de límite y trabas que pueden al final dificultar la llegada a lo que queremos y eso se puede mejorar en el Senado. Confío que el Senado lo va a mejorar.
¿Está la reforma generando un quiebre en la Nueva Mayoría?
Sin duda el tema educacional se ha transformado en un tema político de importancia y también está incidiendo en la evaluación del gobierno. Por ello creo que es importante sacar este proyecto a la brevedad, haciéndole los ajustes que generen los menos roces posibles, y se puede.
¿Es la solución sacar al ministro Eyzaguirre?
No coincido con la solución del cambio del ministro. Creo que en esta fase el ministro de Educación debe ser reforzado y con el apoyo de los partidos, con el apoyo de los que creemos que esta reforma es necesaria.
¿Qué se necesita para apoyar al ministerio?
La experiencia de estos meses demuestra que una reforma educacional de la envergadura que hemos planteado, necesita de una mirada estratégica, de una mirada político-técnica más compleja de lo que ha habido. No puede ser una materia que solamente pueda surgir del Ministerio de Educación. Requiere de una conversación a los niveles políticos pertinentes, para medir los efectos colaterales y hacer que resulte bien. En la Nueva Mayoría no hay diferencias respecto de los objetivos, hay apreciaciones distintas sobre los mecanismos y eso no es fácil de resolver.
¿Cuáles son los pasos a seguir?
Para lo que viene, creo que hay que reforzar la capacidad de diseño estratégico de la reforma, el detalle de reforma, la comunicación, la convocatoria a los distintos actores para que se sumen y la explicación a los adversarios para convencerlos. Por cierto habrá un sector que no quiere nada, y ahí habrá una competencia política.
¿Pero comparte que ha habido falta de difusión del proyecto?
La magnitud del cambio educacional es muy compleja. Aquí y en la quebrada del ají es muy difícil intentar una cosa de esta envergadura, tiene que ser progresiva y en educación en particular hay que ir probando lo que se hace.
Pero los actores sociales demandan más claridad
Todos los proyectos de ley de la reforma están interconectados, el actual y los que vienen, como el de los docentes. Esa interconexión no se puede definir en detalle desde un comienzo, pero se pueden dar trazos gruesos y especialmente es bueno que la gente no vea una amenaza en cada proyecto de ley, sino que una oportunidad, y creo que ahí falta en la Nueva Mayoría afinar una mirada mas convocante que una mirada de sospecha.
Sobre el trámite del proyecto. ¿Qué puntos podrían generar conflicto en el Senado?
Pienso que lo relativo a la infraestructura, la propiedad de los colegios, es una materia que va a requerir algún afinamiento. Primero reponer el tema de los arriendos y allí es posible que se hagan observaciones adicionales sobre aquellos colegios que son de propiedad de privados y a los cuales podría extenderse la norma que se aplique a las iglesias.
Respecto de los arriendos ¿cree que debiera ampliarse más?
Será un tema que se va a abrir, en estas materias creo que hay que tener flexibilidad de escuchar a los sostenedores para que lo que capitalizaron legalmente, con las normas vigentes también puedan recuperarlo como corresponde y evitar, entonces, desembolsos inmediatos muy altos del Estado y tensiones con los sostenedores. Eso es perfectamente manejable.
¿Ve un posible conflicto en el tema de penalizar el lucro?
Ese tema yo lo doy por despejado, creo que hay que apoyar como viene de la Cámara esa materia. O sea, ajustado a lo que quería el ejecutivo. Es innecesario exagerar en el arrinconamiento de algunos sostenedores porque eso es darle afrecho al chancho, eso es darle afrecho a la oposición de derecha que no quiere la reforma.
¿Cómo debiera trabajarse el proyecto de fortalecimiento de la educación pública?
Ese debe ser un proyecto de dos cabezas: la primera, de fondo, es el rediseño institucional, y la segunda es la disposición de recursos y de otros mecanismos para elevar la calidad ahora mismo, mientras se discute el otro. Esperar que el otro resuelva los problemas puede tomar mucho tiempo y se puede producir un movimiento más rápido desde las escuelas públicas y ese es un riesgo para la Nueva Mayoría y para el gobierno. El riesgo es que al cabo de estos años siga disminuyendo la matrícula pública más rápido que antes.
¿Cree que en ese sentido se está haciendo lo necesario?
Se ha anunciado, pero apenas el proyecto de fin al lucro salga del parlamento todo el equipo ministerial debe volcarse sobre el tema de la educación pública en prioridad uno. Ese es mi criterio, lo contrario podría poner en jaque toda la reforma porque si la educación pública declinara a menos del 30% de la matrícula estaríamos en una situación extremadamente complicada.
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