El sistema electoral pasa su prueba de fuego

El debut del nuevo sistema D'Hunt permitió configurar un nuevo escenario parlamentario.




Con la elección de 155 diputados y 23 de los 43 senadores, el nuevo Sistema Electoral Proporcional Inclusivo tuvo ayer su esperado debut, que el Servel desarrolló sin inconvenientes pese a la incertidumbre inicial. La elección parlamentaria fue la prueba de fuego para el proceso que entró en vigencia el 27 de abril de 2015 y que puso término a 25 años del sistema binominal, instaurado en 1989.

Para aprobar esta normativa en el Congreso, La Moneda realizó intensas negociaciones en el Senado y la Cámara de Diputados para modificar el antiguo sistema binominal, que restringía el acceso de nuevos partidos y beneficiaba sólo a dos grandes bloques políticos, la Concertación y la Alianza por Chile. Era un sistema que generaba injusticias.

Un caso emblemático ocurrió en la elección senatorial de 1989, donde Ricardo Lagos quedó fuera del Congreso, pese a obtener 399.721 votos, casi 175 mil sufragios más que Jaime Guzmán (UDI), que captó 224.396 preferencias. En los 25 años del sistema binominal, cerca de 70 parlamentarios fueron favorecidos por esta figura.

Entre las tratativas para aprobar la ley, La Moneda accedió a elevar el número de diputados y disminuir los distritos. Y los senadores pasarán de 38 a 50 el 2022, dejando una circunscripción por cada región. Otro acuerdo logrado con diputados y senadores independientes fue modificar la Ley de Partidos Políticos.

Pepe Auth, diputado y experto electoral, recordó que el gobierno "negoció con parlamentarios independientes sobre la Ley de Partidos Políticos, para que fuera más fácil constituir partidos". Un cambio clave fue reducir el número de afiliaciones para conformar colectividades, pasando de un 0,5% a un 0,25% del número de votantes en la última elección de diputados.

Electos por arrastre

Según Auth, el cambio de sistema impide "que hoy ocurra algo como lo que pasó con Ricardo Lagos en 1989, porque el binominal dejaba afuera a personas con altísimas votaciones".

Sin embargo, aún existe un factor común entre ambos sistemas: el arrastre de candidatos. Esto ocurre cuando un postulante logra alta votación y arrastra a su compañero de lista, como pasó ayer con Natalia Castillo y Carmen Aravena (ver fichas). El experto electoral Kenneth Bunker aseguró que "estas aparentes injusticias tienen que ver con tener sistemas proporcionales donde el objetivo no es privilegiar a las mayorías individuales, sino que entender que las ideas son más importantes que las personas".

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