Trabajadores de Escondida amenazan con extender huelga indefinidamente

Trabajadores de Escondida, la mayor mina de cobre del mundo, protagonizaban el viernes un paro de 24 horas por reclamos contractuales, dejando  de producir unas 3.000 toneladas del metal, en un conflicto que sus dirigentes amenazan con extender indefinidamente.

Los operarios denuncian que la mina, controlada por BHP Billiton y que produce más de un millón de toneladas anuales de cobre, debe responder por rebajas en los beneficios contemplados en el contrato colectivo, así como por el incumplimiento en la jornada laboral.

"Vamos a ver qué respuesta obtenemos, cuál va a ser el pronunciamiento que tenga la empresa y después de ahí vamos a ver lo que podemos hacer, si declaramos un paro indefinido", dijo el dirigente Luis Valdés.

La detención de labores comenzó oficialmente el jueves a las 19.15 horas y abarcaría a 2.375 operarios afiliados, precisó el gremio en un comunicado.

El mayor reclamo está referido a un bono por mayores ganancias de la compañía. Los trabajadores aspiran a que se les cancelen unos US$11.000 por operario.

La Federación Minera -que agrupa a unos 11.000 trabajadores de la minería privada- dijo en un comunicado que se mantenía alerta "frente a las medidas represivas que pudiese adoptar Escondida ante la movilización de los trabajadores".

Sin embargo, parece poco probable que la medida de fuerza pueda mantenerse por más de un día ya que la ley habilita a los empleadores a despedir personal si se ausenta por dos días de su puesto.

Un portavoz de BHP Billiton declinó comentar y dijo que cualquier impacto sobre la producción sería revelado en el próximo reporte de producción trimestral de la compañía.

La mina -en la que también participan Río Tinto, JECO Corporation y la Corporación Financiera Internacional- ha visto declinar su producción anual desde el máximo de 1,48 millones de toneladas que logró en 2007 debido a interrupciones, así como una menor ley del mineral.

Actualmente la producción de Escondida, ubicada a 170 kilómetros al sureste de la norteña Antofagasta a unos 3.100 metros de altura, representa el 6,8% del cobre extraído de mina en el mundo.

La protesta ocurre en un año convulsionado para la minería en Chile, que ha tenido que enfrentar huelgas, accidentes y problemas con el clima, lo que ha atizado temores sobre el suministro del metal al restringido mercado mundial.

En el 2006, una paralización de 25 días en Escondida obligó a la compañía a declarar fuerza mayor e impulsó los precios internacionales del cobre.