Turquía bombardea posiciones de los rebeldes kurdos en el sudeste del país
La operación tuvo lugar después de las manifestaciones de la comunidad kurda en Turquía que terminaron con violencia y dejando un saldo de al menos 34 muertos.
Aviones turcos bombardearon el lunes de noche bases del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), en el sudeste de Turquía, asestando un duro golpe a las conversaciones de paz iniciadas hace dos años y amenazadas por la guerra en Siria.
Pocos días después de los violentos motines prokurdos que sacudieron al país, los cazabombarderos F-16 de la aviación turca atacaron varios blancos del PKK, que según las fuerzas de seguridad había tomado como blanco en varias oportunidades durante los tres últimos días un puesto policial en la aldea de Daglica (sudeste)
En la vecina región de Tunceli, helicópteros de ataque turcos también abrieron fuego el lunes contra otras unidades del PKK después de enfrentamientos entre rebeldes y el ejército alrededor de Geyiksuyu, según los medios de comunicación turcos.
Estos graves incidentes, los primeros de semejante magnitud desde el alto el fuego unilateral decretado por el PKK en marzo de 2003, demuestran las graves amenazas que pesan sobre el frágil proceso de paz iniciado entre el gobierno turco y el PKK hace dos años.
La operación tuvo lugar días después de manifestaciones de la comunidad kurda en Turquía que degeneraron en violencia, con un saldo de al menos 34 muertos, cientos de heridos y destrozos cuantiosos.
Los manifestantes protestaban contra la oposición del gobierno islamista conservador a intervenir militarmente para salvar la ciudad kurdosiria de Kobane, asediada desde hace semanas por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan condenó la acción de "gamberros" pagados por una "organización terrorista" (refiriéndose al PKK), y denunció un intento de "sabotaje" de las negociaciones.
En 2012, el gobierno turco entabló negociaciones con el jefe encarcelado del PKK, Abdulá Ocalan, para intentar poner fin a una rebelión que ha causado unos 40.000 muertos desde que comenzó en 1984.
Los rebeldes kurdos decretaron un alto el fuego unilateral en marzo siguiente y empezaron a retirar a una parte de sus combatientes de Turquía hacia bases del monte Kandil, en el norte del territorio iraquí.
Pero hace un año interrumpieron el movimiento, considerando que el régimen de Ankara había incumplido sus promesas de reformas en favor de la minoría kurda del país, de aproximadamente 15 millones de personas.
Las tensiones entre las dos partes han resurgido con motivo de la ofensiva de los yihadistas contra Kobane, llamada Ain al Arab en árabe.
Öcalan ha advertido que la caída de Kobane supondría el final del proceso de paz y ha pedido al gobierno que tome medidas antes del miércoles.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan criticó las manifestaciones kurdas, pero prometió hacer todo lo posible para proseguir el diálogo.
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