Un buen liderazgo es la clave para una administración exitosa

Las jefaturas deben desarrollar un poder personal para que los integrantes del equipo de trabajo actúen por convicción. De esta forma se les puede entregar mayor confianza y autonomía para obtener un mejor desempeño laboral.




Administrar una organización no es para nada tarea fácil. Miguel Toledo, profesor del MBA de la Escuela de Postgrado y profesor asociado de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad Diego Portales; explicó que la clave está en conocer a cada uno de los integrantes del equipo de trabajo, para así saber cómo aprovechar al máximo sus cualidades y potenciarlas a favor de la organización.

"Para liderar un equipo de forma exitosa, es necesario conocer el contexto en que se desenvuelve el equipo de trabajo y su el nivel de madurez. Es necesario entender, la disposición y competencias que han desarrollado como grupo y cada uno sus integrantes en particular. Unido a ello debe diseñarse un sistema de compensaciones adecuadas a las características de los integrantes del equipo, en que no sólo se considere las necesidades materiales de las personas, sino la integralidad de necesidades del ser humano, que pasan también por lo afectivo, social, espiritual y moral", asegura Toledo.

Es por esto, que el liderazgo se convierte en una habilidad esencial para la dirección de un grupo de trabajo. "Es muy importante que las jefaturas desarrollen ese poder personal para que los equipos actúen por convicción y no por imposición y dejen de lado el poder legítimo que proviene de la posición en la estructura", dice Toledo, quien además es Doctor en Economía y Administración, de la Universidad de Sevilla.

TECNICAS PARA EMPODERAR AL EQUIPO
Una vez que se está seguro del nivel de compromiso, disposición y competencias alcanzadas por quienes conforman el equipo de trabajo, se les podrá entregar mayor confianza y autonomía para realizar un trabajo efectivo. Toledo entrega algunas técnicas que pueden ser usadas para empoderar a un grupo de profesionales.

1.- Delegar autoridad.

2.- Asignar mayores responsabilidades a las personas, según habilidades y compromiso.

3.- Integración a equipos de trabajo polifuncionales.

4.- Enriquecimiento de los puestos de trabajo, ampliando tareas.

5.- Asignar subrogancias temporales.

6.- Integración a comités de solución de problemas.

7.- Propiciar ambiente de trabajo participativo, acogiendo sugerencias e iniciativas, entre otros.

Entregarle poder al equipo con el que se trabaja, "será muy efectivo y compensará en forma integral a cada integrante del grupo, cuando ellos tengan la disposición de colaborar. Es decir, estén motivados y comprometidos; además de conocer bien la tarea a desarrollar. Pero puede ser muy negativo en cuanto a resultados o productividad e inclusive dañar la moral del equipo, si ellos no están dispuestos o no han desarrollado las competencias mínimas para realizar un aporte significativo a la organización del equipo", finaliza Toledo.

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