Uno de cada cuatro escolares de 15 años trabaja en forma remunerada en Chile

El tercer capítulo del estudio PISA 2015, "Bienestar Subjetivo de los estudiantes", elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), entregó nuevos datos sobre el desarrollo psicológico, cognitivo, social y físico de los escolares de 15 años de sus países miembros. En Chile, dice el informe, el 23,5% de los estudiantes tienen un trabajo remunerado fuera de clases y el 66,7% hace labores en el hogar.

Por ley, en Chile los adolescentes entre 15 y 17 años pueden trabajar remunerados y con contrato, siempre que estén autorizados por sus padres o tutores y cuando esta labor no sea un peligro para su salud.

Carlos Henríquez, secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, asegura que el trabajo impacta negativamente en el aprendizaje. "Aumenta la ansiedad académica. Se sienten más nerviosos y tensos antes de una evaluación y eso los hace dudar de sus capacidades, repercute en su bienestar y afecta su rendimiento, baja sus notas", señala.

Una actividad que afecta el rendimiento escolar según el grado de responsabilidad y compromiso que tengan con él, agrega Carla Fôrster, académica de la Facultad de Educación de la U. Católica. "Si lo hace porque su familia lo necesita y es aporte a su casa, cambia la motivación, baja sus notas y probablemente termine desertando del sistema escolar", dice. Afecta también la realización de las labores del hogar cuando son obligación. En ambos casos, el tiempo que podrían dedicarlo a repasar o descansar, está ocupado con otras obligaciones, restándole energía y tiempo.

La cifra de 23,5% es alto para un país como el nuestro, en el que los horarios de escuela son largos, indica Carmen Sotomayor, investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la U. de Chile (Ciae). Distinto es si esa labor se realiza para sus gastos de diversión o relajo, o si sus tareas en el hogar son de colaboración. En esos casos, dice Fôrster, el nivel de responsabilidad es menor y pueden no hacerlas si deben estudiar.

En Canadá, Noruega y EE.UU. el número de adolescentes que trabajan remuneradamente y que realizan labores de hogar, superan a los chilenos, sin embargo, sus resultados en las pruebas Pisa son superiores. Probablemente, se deba al tipo de trabajo (gastos personales) y a que en esos países los jóvenes se independizan antes, dice Fôrster.

Es tarea de los adultos, padres y profesores reducir la ansiedad de los escolares, insiste Henríquez, sobre todo de las mujeres, que son las que reportan mayor nivel de ansiedad. "En ellas no parece incidir tanto las labores del hogar, sino el no contar con apoyo parental, otro aspecto evaluado por este estudio. Ellas reportan sentir menos apoyo y confianza en sus habilidades de sus padres y profesores. Eso hay que reforzarlo".

Mejor no trabajar

La ministra del Trabajo, Alejandra Krauss, aclara que la postura como país es que los niños hasta 15 años y los adolescentes entre 15 y 17 años, "idealmente no debieran trabajar". "Un niño que trabaja tiene menos energía y tiempo para jugar y estudiar; y puede verse expuesto a riesgos físicos y psicológicos en el contexto laboral, que no está preparado para la incorporación de un menor", dice.

Según la última Encuesta Nacional sobre Actividades de niños, niñas y adolescentes (EANNA), realizada por el Ministerio de Desarrollo Social, con la colaboración del Ministerio del Trabajo y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través del Centro de Microdatos de la U. de Chile; en el país existen 135.485 adolescentes (entre 15 y 17 años) trabajando. Cifra que corresponde al 61,6% de niños (en situación de trabajo infantil). De ellos, el 67% son hombres y el 33% mujeres.

El promedio de horas semanales que destinan al trabajo es de casi 22 horas. Además, el 92% -unos 125 mil- trabaja en condiciones inaceptables, según la norbmativa nacional.