Van Rysselberghe gana la presidencia de la UDI en una accidentada elección

Van Rysselberghe

Senadora se impuso con un 62,4% ante el diputado Jaime Bellolio y presidirá el partido por los próximos dos años.




Rodeados de militantes que aplaudían y entonaban uno de los cánticos característicos de la UDI, el presidente del partido, Hernán Larraín, y el diputado Jaime Bellolio caminaron hasta el patio de la casona de calle Suecia, donde se ubica la sede central de la colectividad.

Allí, ambos recibieron con un abrazo a la senadora Jacqueline van Rysselberghe, que hacía su ingreso en calidad de presidenta electa de la UDI. Eran casi las 20.00 horas y, minutos antes, Larraín había leído públicamente los resultados de la elección interna que se realizó durante toda la jornada de ayer, y que tenía como objetivo elegir a la nueva mesa directiva que encabezará la colectividad por los próximos dos años.

Con 4.245 sufragios, Van Rysselberghe obtuvo el 62.4% de los votos, imponiéndose ante Bellolio, quien alcanzó el 37.6% con 2.560 votos. Era el corolario de una jornada que comenzó con serias dificultades que incluso, en un momento, pusieron en duda la realización de los comicios.

Jornada tensa

Eran las 11.00 y, pese a que los locales de votación llevaban dos horas abiertos, apenas había logrado votar un centenar de militantes. El sistema -a cargo de la empresa E-Voting, el mismo de la fallida elección de la ANEF- estaba caído en gran parte de las regiones del país, lo que imposibilitó que los militantes votaran.

A esa hora, Larraín lideraba una reunión de emergencia junto a miembros de la directiva, representantes de ambas listas y el gerente comercial de la empresa. Allí, se analizó la posibilidad de suspender los comicios si el sistema continuaba con problemas, mientras la lista de Van Rysselberghe transmitía su preocupación. Cercanos a la senadora recordaron que en la semana expresó por escrito sus reparos a la directiva, ante la posibilidad de que el sistema pudiera fallar.

Alrededor de las 11.20 el sistema volvió a estar operativo en Santiago, y a las 11.30 llegaban reportes que informaban que la situación en regiones también estaba siendo normalizada. Aunque a las 12.00 los comicios ya se estaban desarrollando sin inconvenientes, no fue sino hasta las 14.40 que Larraín salió a confirmar que la elección seguiría su curso.

"Si había que continuar con el proceso, había que hacerlo con todos los antecedentes en mano. Y si la parte tecnológica no podía funcionar, había que tomar una decisión de suspensión", explicó el senador, quien luego destacó que "gracias a la capacidad de respuesta que hemos tenido, el proceso está funcionando de una manera normal". Además, informó la prórroga del cierre de las mesas hasta las 19.00.

Con todo, la polémica aún no estaba cerrada. Tras votar, Van Rysselberghe deslizó cuestionamientos a la decisión de realizar la elección con sistema electrónico y no descartaba la opción de impugnar los resultados.

La victoria

Sin embargo, la tensión quedó atrás cuando se informó el cómputo final. Inmediatamente, Bellolio felicitó a la senadora y envió un mensaje a la militancia: "Perdimos el clásico, pero no hemos perdido el campeonato", dijo, junto con hacer un llamado a "influir con nuestras ideas" para que la UDI pueda recuperar el gobierno.

Por su parte, Van Rysselberghe afirmó que va a garantizar la unidad del partido para poder "ofrecer a todos los chilenos un camino de progreso y libertad que permita cambiar a este gobierno inepto que nos ha truncado el camino de desarrollo por el cual veníamos caminando".

La senadora se consagra así como la primera presidenta mujer de un partido de centroderecha en Chile, con el respaldo de la línea de dirigentes históricos del partido, conocida como los "coroneles", en desmedro de un sector del partido representado por Bellolio que plantea una "renovación" de liderazgos (ver nota secundaria).

Aunque hoy el único "coronel" que se mantiene en un cargo público es el senador Juan Antonio Coloma, dicho sector mantiene aún una fuerte influencia en la UDI, que se vio ratificada por la victoria de Van Rysselberghe. Esto, pese a que sus principales figuras, como Jovino Novoa y Pablo Longueira, se encuentran alejadas de la primera línea, mientras Andrés Chadwick se mantiene centrado en sus labores en la Fundación Avanza Chile, donde trabaja junto al ex Presidente Sebastián Piñera.

Las muestras de apoyo de los dirigentes históricos a Van Rysselberghe fueron múltiples: Coloma fue el promotor y vicepresidente de su candidatura, mientras que Cecilia Brinkmann -esposa de Longueira- participó en diversas actividades con ella. En el caso de Novoa, si bien no ha tenido apariciones públicas, en el partido se le atribuye un fuerte respaldo a la legisladora. Chadwick, en tanto, decidió mostrarse neutral, para no involucrar a Piñera en una elección interna. Ayer, el ex ministro afirmó que tenía su preferencia clara, pero no la mencionó públicamente.

La lista de Van Rysselberghe, además, es vista al interior de la UDI comoo más cercana al ex mandatario, factor que resultará clave en un periodo en que el partido deberá enfrentar una elección presidencial y parlamentaria, y en medio de la discusión interna sobre si levantar un abanderado de sus filas o plegarse a una eventual candidatura de Piñera, opción que cuenta con amplios respaldos en la UDI.

La senadora asumirá el próximo 7 de enero en un consejo general y presidirá el partido por los próximos dos años.

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