Vargas fue al sacrificio

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Considerando el trámite del partido, el delantero quedó solo arriba, apelando a los contragolpes.




Ante la ausencia de Alexis Sánchez por lesión, tuvo que ser Eduardo Vargas, en soledad, quien comandara el ataque nacional en Barranquilla. Con el paso de los minutos, se vio que el delantero del Hoffenheim fue el único punta de la Roja, buscando apoyo de un mediocampo poblado.

Se veía tranquilo antes del inicio, pero cuando empieza el partido se desespera. Estaba solo adelante. Se enoja. Mira el suelo. Cuando en el primer tiempo se detiene el cotejo para refrescarse, Vargas toma agua y Pizzi junto a dos ayudantes le hablan. Tratan de motivarlo. A esa escena se suma Claudio Bravo.

En su 65º partido por la Selección, el delantero formado en Cobreloa tuvo que realizar un esfuerzo extraordinario, tanto por el esquema adoptado por Chile como por la presión que ejercían sobre él los centrales Yerry Mina y Óscar Murillo. Su único intento en los primeros 45' fue un remate errado, cuando el descanso se acercaba.

Para el inicio del complemento fue el último en salir del túnel. Con el desarrollo del lance y la presión del local, quedó algo aislado, apelando a algún contragolpe para inquietar a Ospina. Lo consiguió, armando una jugada que luego desaprovechó José Pedro Fuenzalida.

Terminó exhausto, como  sus compañeros. Sigue su larga racha sin anotar en Eliminatorias (13 de octubre de 2015), pero cumplió. Vargas fue al sacrificio.

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