Vlado Mirosevic: "Los apoyos de segunda vuelta van a depender más de Guillier que de nosotros"
Según el parlamentario, será el candidato oficialista quien deberá decidir si asume lo que el Frente Amplio le propone al país y convencer a los votantes del bloque. Además, dice que en estas elecciones el nuevo conglomerado se juega el demostrar si es "un proyecto decisivo para el proyecto de Chile o simplemente coyuntural".
Desde cuál será su postura en una eventual segunda vuelta presidencial con su abanderada Beatriz Sánchez fuera de competencia, hasta el escenario político que se abre para el Frente Amplio tras los comicios presidenciales y parlamentarios aborda en esta entrevista el diputado del Partido Liberal Vlado Mirosevic.
¿Sigue pensando que la mejor opción para el Frente Amplio es no discutir escenarios de segunda vuelta hasta después del 19 de noviembre?
Sí, creo que es la mejor opción. Dialogar ahora significa perder el tiempo que nos merece y exige la campaña presidencial y parlamentaria, sobre todo considerando que esta es la primera vez que tenemos posibilidad de que una tercera vía pase a segunda vuelta, y creo que Beatriz Sánchez representa mejor la posibilidad de enfrentar a Piñera en segunda vuelta.
El Partido Liberal (PL) se ha mostrado contrario a dialogar con Guillier. ¿Se cierra a debatir con la Nueva Mayoría?
Es natural que quienes provenimos de una cultura política distinta veamos con cierto escepticismo ese escenario. Creo que va a depender mucho más de si es que Guillier quiere asumir lo que el Frente Amplio le ha ofrecido al país o quiere mantenerse con la vieja guardia. Los apoyos de segunda vuelta van a depender más de Guillier que de nosotros. Sin embargo, los liberales tampoco somos unos pendejos arrogantes y esperamos que esto se defina con una posición unitaria en el Frente Amplio.
Eso quiere decir que estaría dispuesto a dialogar.
Significa que creo que tiene que haber una posición unitaria en el Frente Amplio. Nosotros somos muy críticos de un acuerdo cupular. No queremos cargos en un eventual gobierno de Guillier, no al menos los liberales. Somos escépticos de si es que Guillier va a tomar una posición más decidida sobre lo que el Frente Amplio le propone al país y eso significa regenerar la Nueva Mayoría y pelearse con la vieja guardia.
En el entendido de que se dialogará tras las elecciones de noviembre, ¿qué ejes cree que son necesarios para un acuerdo programático?
Creo que hay tres grandes líneas en la búsqueda de un país normal finalmente. La primera es profundizar la democracia, significa una nueva Constitución y un Estado completamente descentralizado. Un segundo eje es el cambio de la matriz productiva, lo que significa ver si vamos a seguir invirtiendo este presupuesto ridículo que tenemos en ciencia y tecnología o vamos a apostar por la exportación de inteligencia y por dejar de exportar solo materias primas. Un tercer eje sería sobre los avances en los derechos sociales, como en cualquier país democrático.
Considerando que el PL ha promovido una visión más de centro al interior del Frente Amplio, ¿qué rol cumplirán en una eventual negociación con la Nueva Mayoría?
No somos partidarios de una negociación, sino que de poner nuestros puntos sobre la mesa y ver si es que realmente hay voluntad de asumir esas causas. Obviamente, el Partido Liberal, siendo un partido de centro reformista, tiene más coincidencias con la Nueva Mayoría en términos ideológicos o programáticos. Claro que tenemos esperanza de que nuestro discurso o las propuestas del Frente Amplio se transformen en un consenso de las fuerzas democráticas progresistas. Pero eso requiere de parte de la Nueva Mayoría una autocrítica y una apertura a nuevas agendas que ellos dejaron de representar.
La baja en las encuestas de su candidata presidencial es recurrente. ¿Qué errores han cometido?
El principal es no haber sabido sortear la campaña del terror que algunos quieren instalar respecto de Beatriz y el Frente Amplio en general. No hemos sido capaces de dar toda la seguridad de que nuestra propuesta es seria, no es radical, es una propuesta de cambio, pero un cambio razonable. Además, lo que es decisivo para pasar a segunda vuelta tiene que ver con un tono de mayor madurez, de menos arrogancia, una propuesta seria al país y que signifique llevar a Chile a un desarrollo democrático.
¿Qué se juega el Frente Amplio en estas elecciones?
Lo que se está jugando en el Frente Amplio hoy es si somos un proyecto decisivo para el proyecto de Chile o uno meramente coyuntural. Si esta nueva generación va a estar a la altura de rediseñar el sistema político o simplemente vamos a ser un momento coyuntural que no continuó. Si Beatriz saca un porcentaje importante de los votos y si tenemos una bancada grande, efectivamente estamos dando paso a una nueva fuerza política con mayúscula.
¿Una alternativa a la Nueva Mayoría?
Si somos capaces en el próximo Congreso de representar una fuerza coherente, decente, que quiera cambiar las prácticas de la política, llamaremos la atención de una cantidad de gente muy grande y no solo de nuestra generación. Y eso, sin duda, significaría un reajuste de la Nueva Mayoría, porque se están quedando sin electores y probablemente se va a rebarajar el naipe político en Chile.
En ese escenario, ¿habría un espacio dentro del Frente Amplio para partidos que se alejen de la NM?
No lo sé, puede ser, en el mediano plazo creo que eso va a terminar pasando en alguna medida. La amenaza de subsistencia no está solo para los partidos chicos del Frente Amplio, está para todos en el sistema político. La DC lo más probable es que termine en un partido muy pequeño y el PPD es un partido que va a tener que reinventarse. Nosotros representamos mucho de lo que el Partido Radical histórico fue. No sé, creo que todo eso se va a rediseñar.
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