Vuelo ejecutivo sobre cuatro patas
El chileno Ranco es uno de los caballos que está en Río. Viajan despiertos, en primera clase y con amplio espacio.
El domingo, en Pudahuel, despegó otra de las figuras chilenas que estará en los Juegos Olímpicos. Viajó en primera clase, con azafata personal y kilos de comida. Incluso lo esperaron en el aeropuerto carioca de Galeão, por si se sentía nervioso después de las cuatro horas de viaje.
Ranco es el caballo chileno con el que el mayor Carlos Lobos competirá, del 5 al 9 en el Concurso Completo, y es considerado por los organizadores como un atleta más en la comitiva nacional, aunque para el oficial Ejército, es ya parte de su familia. El equino cuenta con un pasaporte que incluye un chip con toda su información. Es un viajero habitual. "Viajó con el veterinario. Sólo se permite una persona junto a él, que debe ser especialista para el manejo de las diferentes situaciones que puedan ocurrir durante el trayecto", matiza. Antes del vuelo, como todos los caballos olímpicos, debió estar en 15 horas de cuarentena.
Ranco, de media tonelada de peso, se trasladó despierto todo el trayecto. "No se le pueden colocar sedantes, porque saldría en el examen de dopaje", explica Lobos. El asiento, un corral de primera, contó con amplias comodidades, con un espacio de 112 centímetros de ancho y más de 3 metros de largo, suficientes para que pueda ir de pie o recostarse sobre las patas.
"Llegó en perfectas condiciones. Todas las vacunas fueron colocadas en Chile y se acreditan a través del pasaporte internacional del caballo; se le tomó una muestra de sangre que será analizada por el Comité organizador", asegura Lobos, quien arribó el sábado a Río.
En el deporte ecuestre, los caballos son tan importantes como el jinete. Si no están en óptimas condiciones no se puede competir con ellos, por lo que los cuidados hacia los animales es un asunto de rigor absoluto. En vuelo, su temperatura debe ser controlada permanentemente, y en tierra, el centro olímpico de Deodoro les brindará servicios completos médicos y fisioterapéuticos.
Más de 300 caballos competirán en Río. Lo harán en tres modalidades: salto, donde hay 75 binomios, con 15 reservas; concurso completo ecuestre, con 65 clasificados, 11 reservas; y doma, donde habrá 60 duplas y 10 reservas. Y hay mayoría europea.
Al igual que con los pasajeros humanos, cuentan con un peso límite de equipaje, consistente en litros de agua, heno, avena, sillas y todo el material propio del animal. En la Villa Olímpica se le entrega una capa identificadora, con la bandera del país que representa. Debe ser usada cuando salen de la cuadra.
"Durante la tarde pudimos caminar en las instalaciones. Ranco está bien anímicamente y adaptándose a las condiciones climáticas", explica Lobos.
Ranco ya desempacó en Brasil y está a la espera de participar en sus primeros Juegos. Su presentación, para la que viajó en primera clase, comienza el viernes.
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