Washington presiona a Siria y da giro a política de Obama
Tras el ataque químico que dejó 86 muertos en Idlib, el gobierno de Trump evaluaría acciones militares contra el regimen sirio. Obama siempre se opuso a una intervención. Hoy, EE.UU. puso en duda la continuidad de Assad.
"Lo que sucedió en Siria es una desgracia para la humanidad. El (Basher Assad) está ahí, supongo que está al mando de la situación, así que algo debe ocurrir", aseguró hoy el Presidente norteamericano Donald Trump, al referirse al ataque químico que el martes causó la muerte de 86 personas en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria y que provocó el repudio de la comunidad internacional. "Lo que hizo Assad fue terrible", agregó el mandatario mientras iba a bordo del Air Force One, antes de reunirse con su par chino Xi Jinping en Florida.
Ya antes de asumir la Casa Blanca el 20 de enero pasado, Trump había dado cuenta que pretendía implementar una política distinta respecto de Siria que la de su antecesor, Barack Obama, quien siempre se negó a una intervención militar a gran escala en el territorio sirio. De hecho, a comienzos de marzo, Trump ordenó el despliegue de 400 miembros de los Marines y de las fuerzas especiales de los Rangers -que se suman a otros 500- para tomar posiciones ante el inicio de la ofensiva sobre Raqqa, principal bastión del Estado Islámico.
En ese momento, se interpretó esa acción como la confirmación de que el gobierno de Trump se concentraría más en derrotar a los yihadistas que en dar apoyo a los rebeldes. "Mi posición es esta: estamos luchando contra el régimen sirio y Damasco está combatiendo al Estado Islámico. Nosotros nos tenemos que deshacer del Estado Islámico", declaró al The Wall Street Journal días después de su triunfo en las urnas.
Pero todo cambió tras el ataque químico, a pesar de que el régimen de Assad niega haberlo ordenado. Según el gobierno turco, se llevó a cabo con gas sarín, acción que para Trump se trataba de una línea roja que el gobernante sirio no debía cruzar.
El mensaje de Trump fue reforzado por el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien incluso fue más allá al señalar que "el papel de Assad en el futuro es incierto con los actos que cometió, parecería que no debe jugar ningún papel para gobernar al pueblo sirio".
"Estamos considerando una respuesta apropiada por este ataque químico que viola todas las resoluciones previas de Naciones Unidas", agregó el jefe de la diplomacia estadounidense. Hace apenas una semana, Tillerson había afirmado que una eventual salida de Basher Assad ser resuelta por el pueblo sirio.
El giro de la administración de Trump se confirmó aún más después de que CNN informara que el mandatario ya había comunicado a algunos miembros del Congreso que estaba evaluando una acción militar como respuesta al ataque químico. A su vez, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, insinuó que su país tomaría acciones si el Consejo de Seguridad de ese organismo no actuaba.
Además un funcionario estadounidense citado por France Presse dijo que el Pentágono presentó una serie de posibles acciones militares para responder al ataque.
El factor ruso
Esas opciones incluirían ataques contra la Fuerza Aérea de Siria. Desde 2014, las fuerzas estadounidenses han bombardeado bastiones del Estado Islámico en el norte del territorio sirio, pero el Ejército de Assad nunca ha sido un blanco.
Pero el panorama es mucho más complejo. Esto, porque Rusia es un aliado clave del régimen de Assad. Así, en caso de se inicien militares del Pentágono, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se podrían complicar hasta un nivel inédito. Hasta ahora, Trump y el Presidente ruso Vladimir Putin han mantenido una relación más que cordial, a diferencia de lo que ocurría con Obama.
Además, cualquier acción militar para atacar en terreno a las fuerzas de Assad podría afectar directamente a las fuerzas rusas, que proporcionan armamento y personal militar a Siria desde septiembre de 2015. Hoy el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que el apoyo de su país a Siria "no es incondicional".
La próxima semana se espera que Rex Tillerson visite Moscú, donde se reunirá con su homólogo,Serguéi Lavrov. Aunque no ha sido confirmado, podría reunirse también con el propio Putin.
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