Yihadistas planeaban atentado a gran escala en Barcelona
La Policía descubrió una gran cantidad de balones de gas y explosivos usados por los autores en Alancar. Sospechoso de conducir el vehículo del ataque en La Rambla podría haberse fugado a Francia.
Barcelona vivió este domingo una jornada de homenajes a los fallecidos en los atentados terroristas, mientras la policía continúa descubriendo antecedentes que dan cuenta de que la célula terrorista planeaba un ataque con explosivos a gran escala en la Ciudad Condal.
En la Sagrada Familia, el arzobispo de Barcelona, cardenal Joan Josep Omella, encabezó una misa que contó con la presencia del rey Felipe VI y la reina Letizia, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, el presidente de la Generalitat catalana, Carles Puigdemont, entre otras autoridades locales, además de unas 1800 personas, bajo fuertes medidas de seguridad que incluyeron el despliegue de franco tiradores.
Y mientras España intenta volver a la normalidad, la policía sospecha que tres camionetas arrendadas pretendían ser usadas para cargarlas con explosivos y cometer un ataque aún mayor. Esas camionetas habrían sido arrendadas con la tarjeta de crédito de Younes Abouyaaquoub, el prófugo marroquí de 22 años indicado como sospechoso de conducir el vehículo que embistió a los peatones en Barcelona.
Un agente citado por The Associated Press sin revelar su identidad dijo que una de las camionetas se había usado en el ataque en Barcelona, otra se encontró en la localidad de Vic, a 70 kilómetros de la capital catalana, en la carretera a Ripoll, y la tercera fue hallada en esa ciudad, donde vivían los principales sospechosos de la célula. La fuente agregó que se cree que los planes cambiaron luego de la explosión del pasado miércoles en la casa de Alcanar, donde se presume que se preparaba el plan y los explosivos de lo que sería uno o más atentados.
Precisamente en ese estallido, supuestamente accidental, podría haber muerto el imán Abdelbaki Es Satty, apuntado como líder intelectual del ataque. En la casa había más de cien balones de gas butano, además de trazas de TATP, un tipo de explosivo que suele usar Estado Islámico, que reivindicó los atentados.
En otra arista del caso, los cinco integrantes de la célula terrorista abatidos por la policía planeaban acuchillar a la mayor cantidad de personas posible en Cambrils. Según el diario El País, "los terroristas se saltaron varios controles" y comenzó una persecución que terminó con cuatro de los cinco ocupantes del auto muertos. El quinto "se resistió a los agentes y también fue abatido al grito de Alá es Grande".
Aunque el titular regional de Interior, Joaquim Forn, dijo que "la capacidad de actuación de esta célula quedó neutralizada gracias al trabajo de la policía", ésta se mantiene trabajando para encontrar a Abouyaaquoub. Mientras decenas de controles de carreteras fueron colocados en el noreste del país, no se descartó la posibilidad de que el marroquí hubiese logrado huir hacia Francia. El jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero, reconoció que "si supiese que está en España y el sitio, iríamos por él. No sabemos dónde está".
Durante la tarde, el diario El País, reveló que Hans Bonte, alcalde de Vilvoorde, una localidad flamenca aledaña a Bruselas, confirmó que Es Satty, el imán acusado de radicalizar a los jóvenes terroristas, estuvo en el municipio en 2016. "Puedo confirmar que estuvo aquí de enero a marzo del año pasado". Vilvoorde es un antiguo feudo de yihadistas y, según la publicación, Es Satty estuvo buscando trabajo como imán en la ciudad, a la que llegó sin domicilio fijo ni permiso de residencia.
El secretario de Estado belga para el Asilo y la Migración, Theo Francken, afirmó en Twitter que la Oficina para extranjeros no conocía al "imán Abdelbaki Es Satty" por ese nombre. "Nunca solicitó ni obtuvo ningún permiso de residencia belga", pero "puede que acudiera a Bélgica", matizó. Los atentados de la semana pasada fueron los más mortales en España en más de una década. Y en poco más de un año, militantes islamistas usaron vehículos como armas para matar casi 130 personas en otros países europeos.
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