Zamorano encuentra dos salvavidas para salir de la crisis

En septiembre de este año, Iván Zamorano no tuvo más remedio que confirmar que su situación económica no era de las mejores. Desde 2013 en adelante, los negocios del ex delantero y capitán de la selección nacional comenzaron a sumar deudas que en un minuto se convirtieron en insostenibles.

Ese minuto llegó el 16 del mismo mes, cuando el Banco de Crédito e Inversiones demandó a Zamorano por $ 1.600 millones, monto que se acumuló gracias a los préstamos que el ex goleador de la liga española pidió para mantener sus tres principales proyectos.

A esa demanda luego se sumaron las impuestas por los bancos Itaú y Santander por $300 y $301 millones, respectivamente.

Todo esto se debió a que las tres instituciones consideraron que las empresas de Zamorano, las sociedades de inversiones Inca y Santa Alicia, más la Ciudad Deportiva que posee en Las Condes, no fueron consideradas solventes. Así, lo único que quedó fue pedir créditos indirectos, mientras Zamorano pagaba todo directamente desde su bolsillo. En mayo, la deuda llegó a ser de casi dos mil millones de pesos.

Pese a todo, Iván asumía los problemas. En una entrevista al diario electrónico El Líbero, reconoció los inconvenientes, aduciendo "un desfase de caja".  Explicó que "hubo una inversión grande, porque quería hacer un aporte a mi país desde el punto de vista deportivo para dejar un legado. Nunca invertí en este emprendimiento para hacerme rico, sería absurdo pensar en eso", explicaba.

Además, expuso que "seguimos funcionando con total normalidad", mientras buscaba formas de detener la deuda y cancelarla definitivamente. Así, vendió oficinas y departamentos, además de repactar con los bancos. Pero faltaban salvavidas más grandes para sacar definitivamente del hoyo financiero a Zamorano.

Y esos salvadores llegaron. Puntualmente son dos. El ex ministro de Obras Públicas, precandidato presidencial y ex aspirante a senador, Laurence Golborne, y el ex ministro de Deportes y ex presidente de Blanco y Negro, Gabriel Ruiz Tagle, acordaron con el ídolo del fútbol aportar un capital suficiente para cubrir el pasivo.

Las conversaciones entre las tres partes se iniciaron hace poco más de un mes, casi al mismo tiempo que se conoció el problema financiero de Zamorano. En este tiempo se buscaron las formas para ayudar a Bam Bam, hasta que se llegó a un acuerdo.

En conjunto, Golborne y Ruiz Tagle aportarán unos dos mil millones de pesos para cerrar la deuda. El acuerdo ya está definido y será efectivo en 2015.

Además, los ex personeros de gobierno en la administración del Presidente Sebastián Piñera se convertirán en socios de los negocios de Zamorano, aunque queda por definir si será en las tres empresas, como miembros del directorio del grupo, o solamente en la Ciudad Deportiva, que paradójicamente es el proyecto estrella del ex ariete y el que más dolores de cabeza le trajo.

Por ahora, los partícipes del acuerdo no han querido oficializarlo, mientras esperan afinar detalles administrativos del acuerdo. En cualquier caso, Zamorano comienza a ver el final de una fuerte pesadilla.