Zoe, el robot que quiere llegar a Marte
En pleno desierto de Atacama, científicos de EE.UU. y Chile, trabajaron en una nueva tecnología robótica que podría ser utilizada en el planeta rojo.
EL SOL golpea con fuerza. A pesar de ello, las frías ráfagas de viento que aparecen de manera intermitente, recuerdan que se está en el desierto más árido del planeta. El lugar es duro, lleno de piedras y arena. Acá, sobre los 2.200 metros sobre el nivel del mar, en plena cordillera Domeyko, no hay más vida que las microbacterias que se encuentran en algunas rocas. Esta es la zona que un grupo de expertos -liderados por David Wettergreen, profesor investigador del Instituto de Robótica de la Universidad Carnegie Mellon de Pensilvania- eligieron para operar, maniobrar y ver el comportamiento de "Zoe" (vida en griego), un robot destinado a la exploración y que, por dos semanas, analizó el desierto de Atacama, la zona terrestre más parecida al suelo marciano.
Zoe no es el único prototipo que ha probado su operatividad en el desierto chileno. Un robot similar estuvo en la zona hace ocho años. Los datos conseguidos permitieron a los científicos diseñar las exploraciones a Marte. La versión mejorada de Zoe se enmarca en el proyecto "Life in Atacama", iniciativa en la cual también participan las universidades Católica del Norte (UCN), Tennessee, Washington, la Honeybee Robotics y el Jet Propulsion Laboratory (JPL), entre otras organizaciones asociadas a la NASA. La tarea de la UCN fue clave, pues en sus laboratorios se ensambló la estructura del "rover" que incluyó equipos de alta tecnología, paneles solares para la obtención de energía y ruedas tractoras que permiten su desplazamiento por terrenos complejos.
"Llegamos al desierto con dos objetivos: una misión científica que busca entender y estudiar cómo funcionan los microorganismos y las bacterias, y monitorear cómo funciona el robot. Queremos trasladar ese modelo a Marte, pues se asume que las condiciones de acá son análogas por la radiación ultravioleta, el suelo y el paisaje, entre otros factores", afirma Wettergreen.
La segunda finalidad -agrega el científico- es tecnológica y busca como desplazar de mejor forma estos sistemas en la Tierra, para luego hacer lo mismo en Marte. La mecánica es lo que tratamos de mejorar, recalca.
El robot en sí parece simple. Zoe tiene cuatro ruedas y está dotado de un panel solar de tres metros cuadrados, que le da energía para operar. Entre sus características la nueva versión de Zoe incorpora un equipo de sondaje que puede perforar hasta un metro y medio de profundidad. Esto es de gran ayuda en tareas de investigación y para la búsqueda de vida. "La llegada de este robot es la continuidad de una serie de proyectos que comenzó en 1997 y que consideró otros prototipos como Nomad, Hyperion y la primera versión de Zoe, que también fueron probados en la región, destaca el geólogo de la UCN", Guillermo Chong, quien estuvo a cargo de identificar los suelos más parecidos al marciano.
Por su parte, el científico extranjero agrega que "los equipamientos en cuanto a computación, software, cámaras fotográficas, de video, son extremadamente sofisticados. Es más chico que el curiosity y casi del mismo tamaño del spirit y opportunity".
Añade que la máquina de sondaje que incluye este prototipo, es la gran novedad respecto al Zoe anterior, pues puede excavar hasta un metro y medio en suelos de estas condiciones. "Esta es la misión principal del proyecto Life in Atacama y que es explorar alguna posibilidad de vida a mayor profundidad, similar a lo que realiza el Curiosity que está en Marte desde el año pasado".
Zoe estuvo operando en el sector de la Mina Guanaco, ubicada a unos 45 kilómetros al oeste de la Carretera Panamericana, a 260 kilómetros al sur de la capital regional. En este trabajo participaron 10 científicos de Estados Unidos, Israel, China, Sudáfrica, Nueva Zelandia y Chile, quienes lo manejaron remotamente, a través de diversos computadores, que controlan todos sus movimientos internos y externos. Incluso fue maniobrado con un joystick similar a los video juegos. Toda esta información ya está siendo analizada en diversos centros incluida la NASA.
"Este robot quizás no vaya a Marte, pero muchos de sus instrumentos que aquí utilizamos podrían estar incorporados en una misión que se realizará el 2020. El tema es que el próximo robot llegue lo más perfeccionado posible", precisa Wettergreen. Mientras tanto, Zoe ya viaja de regreso a EE.UU.
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