Mitos de la reforma tributaria 2022
Por Macarena García, economista senior de L y D
El nuevo gobierno busca implementar una reforma que incrementaría la carga tributaria en 8% del PIB. Considerando que ya se recauda un 21% del PIB, esta reforma implica un sustancial incremento de 38% de nuestra carga tributaria. El argumento usado para justificar esta medida es la necesidad de cerrar la brecha tributaria que tiene Chile con los países de la OCDE, estimada en 12,5% del PIB en 2019.
Esta justificación se basa en una comparación directa, sin ajuste ni consideración, como si esta brecha fuera la única variable relevante para determinar el sistema tributario de un país. Esta justificación, más bien, desconoce totalmente las diversas realidades de cada país, incluso al interior de la misma OCDE. Una mirada más atenta daría cuenta de que la brecha real es ostensiblemente menor.
Dado que los sistemas de pensiones de la OCDE cuentan con un componente importante de reparto, estos países requieren de mayores niveles de impuestos para financiar sus sistemas de seguridad social. En nuestro país, en cambio, al ser de capitalización individual, estos fondos no se cobran por la vía impositiva, sino que los trabajadores los depositamos directamente en nuestras cuentas de ahorro individual. Excluyendo la seguridad social, la brecha real se reduce a 5%.
Se menciona que es “justo” que los que tienen más paguen más. Sin embargo, llama la atención que este principio de justica no se considera válido al compararnos con los países más ricos del mundo, los cuales duplican nuestro ingreso per cápita. Una comparación correcta, entonces, debiera considerar la carga tributaria de estos países cuando ellos tenían el mismo nivel de ingreso que el que tenemos actualmente. Los datos muestran que ellos tenían una carga tributaria en torno a 2% del PIB menor a la actual. Así, al corregir por el nivel de ingreso la brecha real se reduce a solo 3% del PIB.
La comparación con la OCDE sugiere que todos los países del bloque son iguales en materia tributaria. Nada más alejado de la realidad. Los datos muestran que existe una interesante diversidad de estructuras, bases, tasas y, por tanto, cargas tributarias. A modo de ejemplo, en 2019 se observó una brecha de 32% del PIB en la carga tributaria sin seguridad social entre el país que recaudaba más (Dinamarca: 46,6%) y el que recaudaba menos (México: 14,1%). Adicionalmente, hay 7 países que, excluyendo seguridad social, recaudan incluso menos que Chile: México, Costa Rica, Turquía, Colombia, Irlanda, Japón y Estados Unidos.
En conclusión, la simple comparación con los promedios de este bloque es engañosa y distorsiona las conclusiones, las cuales debieran ser: La carga tributaria de Chile es solo algo inferior al promedio de la OCDE; la OCDE presenta una gran diversidad en lo que a impuestos se refiere; y, aumentar la recaudación en 8% del PIB, ubicaría nuestra carga tributaria varios puntos por sobre el promedio de la OCDE, siendo que somos un país que presenta la mitad del ingreso per cápita del bloque más rico del mundo.
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