Sociedad del conocimiento: un desafío de envergadura
Por Iván Suazo Galdames, vicerrector de Investigación y Doctorados Universidad Autónoma de Chile, y Marcelo Noël López, Director General de Aseguramiento de la Calidad Universidad San Sebastián. Unidad de Ciencia e Investigación Foro Educación Superior Aequalis
Las instituciones de educación superior en general cumplen un rol fundamental en la generación de conocimiento en la sociedad. En este proceso en especial, las universidades deben generar factores de provisión de calidad para aumentar la formación y la cantidad de capital humano avanzado del país.
Hoy, Chile cuenta con un investigador por cada 1.000 puestos de trabajo mientras que las «sociedades del conocimiento» referidas a los países de la OCDE promedian 7,7. Asimismo, Chile posee 318 programas de doctorados con admisión en el año 2021, de los cuales más del 60% está acreditado. Para generar productos de alto valor agregado necesitamos insertarnos competitivamente en el mercado internacional, imposible sin aumentar el número de doctores trabajando no solo en las universidades, sino en las empresas, de manera de mejorar nuestra capacidad de innovación, la tecnología, el desarrollo científico y el patentamiento.
Basándonos en la evidencia internacional, consideramos fundamental duplicar en un plazo de 10 años la inversión en I+D+i y la proporción del aporte privado en este ámbito, así como promover el fortalecimiento y creación de programas de doctorado de tal manera de triplicar el número actual (50 por millón de habitantes) en un plazo de 15 años. Pero para esto se necesita un mayor apoyo económico, el que podría darse a través de un fondo de recursos público-privado de capital de riesgo, con capacidad de inversión de US$ 150 millones por año para financiar emprendimientos de base biotecnológica en las distintas institucionales educativas.
Esto presupone reconocer el rol que cumplen todo tipo de iniciativas: somos un ecosistema diverso el que ha permitido el desarrollo científico actual. En este sentido tanto los recursos como los esfuerzos deben considerar todos los grupos etarios (desde la educación temprana), todas las regiones fortaleciendo las iniciativas de los gobiernos regionales (la ciencia debe descentralizarse porque Santiago no es Chile) y a la comunidad (quien debe apropiar y hacer suyo el conocimiento). La gobernanza en CTCI debe incluir a actores públicos, privados, de la academia y sociedad civil, además de considerar los factores que influencian su desarrollo: económicos, políticos, sociales y culturales.
«Chile es capaz de alcanzar dentro de este siglo el nivel de desarrollo social, económico y cultural al que aspira, pero como condición sine qua non para alcanzar esa meta debe transformarse en una sociedad del conocimiento», así lo plantea la Unidad de Ciencia e Investigación del Foro de Educación Superior Aequalis, en el texto «Reflexiones Hacia un Plan Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en Chile (CTCI)» documento que será publicado próximamente y que reúne nuestras opiniones sobre qué cambios y acciones se deben hacer para avanzar a un futuro altamente productivo en ciencia y con mayores capacidades investigativas para nuestro país. Es solo a través de una mirada transversal e integradora, que podremos transitar hacia ser una sociedad del conocimiento logrando este desafío de envergadura.
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