Macerado Algarrobo

Pilar hurtado

25 ene 2019 03:18 PM

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El hecho de que sea verano no garantiza restoranes abiertos hasta tarde. Eso nos pasó llegando a un local en Algarrobo Norte: mientras estacionábamos, vimos las luces apagarse. Decepcionados, decidimos tentar suerte en el Macerado, solo por si acaso, pues faltaba un cuarto para las 11. Dentro había público, pero quién sabe, eso de que la cocina cierra puede pasar también. Pero no, nos recibieron con mucha amabilidad, recomendaron los platos y vinos y nos atendieron con rapidez. El lugar es muy bonito y armónico, esa noche con rock latino de fondo, grato ambiente y una carta compartida entre productos del mar y carnes. Platos con lindas y cuidadas presentaciones. Servicio sonriente y que, en este caso, falló solo en un par de cositas. Excelente lugar para comer bien en la playa.

Aprovecho, queridos lectores, para despedirme: esta será mi última columna de crítica gastronómica aquí, tras once años en Mujer y luego en Paula. Les agradezco su fidelidad y cariño y estoy segura de que nos volveremos a encontrar en torno al disfrute de la vida.

01. Mollejas de vacuno: servidas con ensalada de hojas verdes variadas, zanahorias mínimas -todo parecía recién cortado de la huerta-, nueces, avellanas tostadas y gajos de naranja y limón a vivo, es decir, sin membranas, lo que da un frescor maravilloso a estas mollejas muy bien preparadas; sorpresa frente al mar ($9.500).

02. Plateada: sabrosa y deshilachada, servida con puré de papas rústico con trozos de cebolla dorada entremedio, tremenda porción ($12.000).

03. Pescado del día: en este caso fue pejeperro, servido a la plancha y con una salsita de locos bien trabajados, ligera y justa en cantidad. Lo pedí con ensalada -muy fresca también- en vez del mote con que se sirve el plato ($12.500).

04. Mousse de chocolate amargo: servida en una media esfera brillosa con cremosa y sabrosa textura interior, y una bola de helado de frutos rojos al lado, muy rica para compartir y cerrar ($4.800).