Nuevas novelistas chilenas

Las escritoras Yosa Vidal y Verónica Jiménez, hasta ahora autoras sólidas ligadas a la poesía y la academia, presentan sus primeras novelas, que coinciden en la originalidad, la buena calidad de su escritura y en jugarse por crear, a partir del lenguaje, una exploración en mundos difíciles e insondables.




Paula 1134. Sábado 9 de noviembre 2013.

Las escritoras Yosa Vidal y Verónica Jiménez, hasta ahora autoras sólidas ligadas a la poesía y la academia, presentan sus primeras novelas, que coinciden en la originalidad, la buena calidad de su escritura y en jugarse por crear, a partir del lenguaje, una exploración en mundos difíciles e insondables.

El Tarambana, de Yosa Vidal (Tajamar)

Esta es una novela picaresca, muy divertida, ambigua, política y delirante, que sigue los tópicos y tonos propios del género que brilló en el siglo de oro español, pero trasplantado a un Chile tan real como imaginario de las décadas de 1960 a 1980. Cuenta un viaje de La Florida a Casablanca que pasa por medio Santiago y se desvía al sur, en el que una lengua chilena culta y de campo, sonora y aguda, antigua y nueva a la vez, resuena brillante y grotescamente. El personaje es medio hombre y medio mujer, medio inocente y medio pillo –como todo héroe picaresco–, y narra sus hilarantes peripecias, en el que es víctima de malos patrones, ve a sus compañeros muertos, es apaleado por los militares, y amenazado por beatos. Hasta la virgen de Villa Alemana y el vidente Miguel Ángel aparecen en este gracioso recorrido, una sátira de la historia reciente de Chile que Yosa Vidal se atreve a narrar a la antigua de forma completamente nueva. $ 12.500, en librerías.

Los emisarios, de Verónica Jiménez (Piedra del Sol)

Explorar la soledad por todos lados, mirarse hasta que duela, es el cometido de esta novela armada en fragmentos largos y densos que construyen un recorrido a la vez aterrador y liberador entre un grupo de amigos que persiguen el amor y un lugar donde poder sentirse a salvo. Los personajes en búsqueda incesante de un sentido, de una intimidad que puedan compartir, dan paso a monólogos que son, a la vez, reflexión sobre la existencia y la probabilidad de que las palabras logren dar cuenta de algo. "Escribir es una forma de vivir. Pero también es una manera en las que la vida se detiene y parece tañer a lo lejos, sordamente, como una campana de nieve. Entonces, mucho de lo que hemos olvidado se nos insinúa de pronto al sentir un roce de aire sobre la piel o adivinar el vuelo de un pájaro que despega veloz desde nuestra ventana", escribe Jiménez, una poeta que aborda la narrativa con el poder de las imágenes y el sonido hermoso y terrible de las palabras. $ 7.000, en librerías Metales pesados, Lea+ (GAM) y en www.buscalibre.com

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