Agente boliviano tras presentación de dúplica ante La Haya por Silala: "Seguiremos defendiendo la soberanía de nuestros recursos naturales"

"No se ha reparado en esfuerzo alguno", dijo esta mañana el agente de Bolivia ante La Haya, Eduardo Rodríguez Veltzé, luego de que su país presentara ante la Corte Internacional de Justicia la respuesta a la réplica presentada por Chile, en febrero pasado, por el caso del Silala.

El agente -que se traslado hasta la ciudad holandesa- realizó una videoconferencia donde señaló que Bolivia presentó pruebas científicas, argumentos históricos y de derecho internacional para defender su postura ante la demanda chilena.

Rodríguez aseguró que todas las autoridades como el Presidente Evo Morales, el gobierno, la cancillería y la Diremar, "han tomado todos los recaudos necesarios para fortalecer la defensa de nuestra causa de las aguas del Silala ante la Corte Internacional de Justicia".

Además, agregó que "hemos puesto los mejores esfuerzos y seguiremos en este propósito de defender la soberanía de los recursos naturales del país". 

En la misma instancia, el canciller Diego Pary señaló que con la entrega del documento se cumplió con el cronograma que establece la Corte: "Ahora daremos seguimiento a los próximos pasos que se vayan a definir".

Chile demandó a Bolivia en 2016 para evitar que el país vecino impidiera el flujo de sus aguas y defiende que el Silala debe ser tratado como un río internacional porque de los 8,5 kilómetros que mide, 4,7 están en su territorio, mientras que los restantes 3,8 kilómetros recorren Bolivia.

La Paz contestó con tres contrademandas en agosto de 2018 al considerar que las aguas del Silala eran originalmente unos manantiales nacidos en su territorio, pero que fueron canalizadas hacia la frontera debido a unas obras hechas por una empresa chilena de ferrocarriles, Bolivian Antofagasta Railway, en los años 20 del siglo XX.

Santiago rechaza tajantemente esta versión, pues asegura que las aguas fluyen hacia su territorio por la pendiente del terreno y argumenta que las citadas obras se hicieron con permiso del Gobierno boliviano para evitar la contaminación del Silala.