Aterrizar el relato: lo que se juega Piñera en la cuenta pública
Será su segundo discurso ante el Congreso, pero tras 15 meses de gestión será el primero en el que deberá, realmente, informar los avances materializados. La cuenta se produce en un año clave, con sus principales reformas en el Parlamento y con el desafío de instalar que su programa es beneficioso para las personas.
Entre 45 minutos y una hora. Eso es lo máximo que busca el gobierno que dure la segunda cuenta pública que deberá realizar el Presidente Sebastián Piñera, el próximo 1 de junio, ante el Congreso.
El tiempo dista de su alocución del año pasado, en la que rompió un récord con dos horas y 17 minutos, superando todos los discursos de su primer gobierno e, incluso, el que dio Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuando dejó La Moneda, en 1999, quien llevaba el registro más largo desde el retorno a la democracia. Así, a diferencia de la intervención de Piñera en 2018, en la que repasó cuáles serían las principales medidas que impulsaría durante su mandato y los compromisos de la campaña, esta vez -dicen en el Ejecutivo- el jefe de Estado tendrá que rendir cuentas por primera vez sobre lo que ha avanzado en su administración, cuando ya cumpla 15 meses de gestión.
La instancia, además, contendrá un escenario diferente: será la primera cuenta pública que se realice, por petición del propio gobierno, en horario prime, a las 20.45.
En ese sentido, en el Ejecutivo afirman que este discurso será la oportunidad para que Piñera lo utilice como plataforma y muestre que "ya se está configurando el relato" del gobierno, un punto que ha estado instalado como uno de los debates al interior de Chile Vamos y que, incluso, ha sido cuestionado por algunos parlamentarios oficialistas.
En el gobierno sostienen que el relato se está empezando a consolidar. Esto, dicen las mismas fuentes, porque las reformas denominadas fundamentales ya se encuentran ingresadas al Congreso: tributaria, salud, laboral y pensiones. Y que, por esta razón, le permite a Piñera dar cuenta que "el relato tiene carne".
Otro de los factores relevantes para el Ejecutivo es que esta cuenta pública será en un año que es considerado como el "más complejo", ya que deben sacar adelante la mayor cantidad de iniciativas posibles, considerando que el próximo año la agenda comenzará a ser acaparada por los desafíos electorales. Asimismo, ocurrirá en un escenario en el que Piñera ha ido cayendo en las encuestas, ha tenido que enfrentar la polémica por el caso Catrillanca y asumir los costos políticos por los nuevos medidores eléctricos. Además, se da en un contexto económico "más adverso" de lo que el Mandatario esperaba, una situación que, incluso, él mismo reconoció esta semana en un discurso que dio ante la Cámara Chilena de la Construcción.
De esta manera, para enfrentar esta segunda cuenta pública el gobierno comenzó los preparativos desde el 2 de enero. Ese día, el titular de la Segpres, Gonzalo Blumel, envió un oficio a cada uno de los ministerios con las instrucciones para la elaboración de las cuentas sectoriales que acompañan el tradicional mensaje presidencial.
Esos insumos ya están en manos de La Moneda. Y hace algunos días, el Segundo Piso, la Segpres y la Segegob comenzaron las reuniones de trabajo para elaborar el contenido del texto y el énfasis comunicacional que tendrá el discurso. De hecho, según fuentes de gobierno, Jacinto Gorosabel, el denominado "speechwriter"de Piñera, ya tendría algunas propuestas de borradores. Sin embargo, se trata de algo "muy incipiente", y el texto final -como de costumbre- será zanjado por el propio Presidente.
Ejes generales del discurso
En su segunda cuenta pública se espera que Piñera haga un recuento de lo que ha impulsado en sus primeros 15 meses, que releve que se hizo cargo de las "urgencias sociales" y enumere las reformas emblemáticas y sus avances. De igual manera, la idea es destacar un discurso que apunte a la búsqueda del diálogo, las mesas de acuerdo nacional alcanzadas y las iniciativas "más relevantes por cartera".
En ese sentido, las mismas fuentes indican que "Chile en marcha", seguridad ciudadana y clase media -ejes que trazó Piñera al comenzar este segundo año de gobierno- serán relevados por el Mandatario como su hoja de ruta a seguir.
Entre las propuestas para el discurso de Piñera, según fuentes del Ejecutivo, están que destaque que en la mayoría de las iniciativas del gobierno los principales beneficiados son la clase media y que la idea es que ellos sientan menos temor. También se ha planteado que sea un discurso en que señale que se le darán oportunidades "a los invisibles": las personas de menores recursos, los discapacitados, la infancia y la tercera edad.
Así, algunos en el gobierno reconocen que uno de los énfasis que se busca destacar nuevamente es la clase media. Para eso, señalan las mismas fuentes, será crucial el lanzamiento de la red de clase media protegida, iniciativa que se ha postergado en varias oportunidades y que el gobierno busca dar a conocer antes de la cuenta pública.
¿Nuevos anuncios?
"Toda cuenta pública contiene anuncios", afirman en La Moneda. En ese sentido, si bien sostienen que el discurso de Piñera será más de recuento, de todas maneras dará a conocer nuevas medidas.
El año pasado, junto con hacer una dura crítica al gobierno de Michelle Bachelet, el jefe de Estado anunció el envío del proyecto de ley de adopciones, descartó bajar impuestos a las empresas y comprometió un proyecto de integridad pública. Esto último, haciéndose cargo de la contingencia y de la polémica que había generado, un mes antes, el fallido nombramiento de su hermano Pablo Piñera como embajador en Argentina.
Este año, aseguran en el Ejecutivo, podría haber anuncios enfocados en la clase media y de carácter "administrativo" y no tanto en lo legislativo. Asimismo, en La Moneda no descartan que Piñera se haga cargo de la contingencia. Ese día -dicen- podría ser la oportunidad para que entregue detalles del proyecto que está preparando Justicia para regular el sistema de nombramiento de fiscales y jueces. Esto, en medio de la crisis institucional que atraviesa ese poder del Estado.
Con todo, ahora al gobierno le queda negociar con los canales de TV los costos y la cobertura de ese día. Se ha comenzado a instalar en algunas carteras que la prensa, debido al horario y el día (sábado), tendrá mucho menos despliegue.
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