El nuevo mapa de poder en el Frente Amplio: Miguel Crispi será el jefe de bancada de RD

Es una de las definiciones que ya están sobre la mesa y que confeccionan el nuevo mapa de poder del Frente Amplio en la antesala de su gran debut como un bloque fuerte en la Cámara de Diputados.

Por decisión unánime, Revolución Democrática decidió que el jefe de su bancada será el sociólogo Miguel Crispi, quien fue electo por el distrito 12 (La Florida, Puente Alto, La Pintana, Pirque y San José de Maipo).

La resolución fue confirmada a La Tercera PM por el presidente de RD, Rodrigo Echecopar: "Revolución Democrática va a estar desde el día uno trabajando en su agenda y en contribuir a liderar la oposición, y para eso necesitamos coordinación y liderazgo. Como partido, y toda la bancada, tenemos absoluta confianza en Miguel para jugar ese rol", señaló.

El rol es considerado clave porque, al ser RD el partido más grande del FA -que tiene 20 diputados-, se espera que su postura sea crucial para la articulación de los parlamentarios del bloque.

Esto se da especialmente considerando que, más allá del Partido Humanista, el resto de las colectividades o movimientos tienen entre uno y dos parlamentarios. Y se espera que buena parte del poder que tenga el Frente Amplio en el próximo ciclo político venga de la capacidad que tengan para alinearse detrás de una misma postura en el Congreso.

Crispi, de 32 años, ya ha tenido una extensa trayectoria política de casi una década. En 2008, dio la sorpresa al desbancar a los gremialistas de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, representando al movimiento Nueva Acción Universitaria (NAU), considerado como el origen de RD.

En los años posteriores entró a militar al Partido Socialista e incluso participó en la Fundación Dialoga, la plataforma que Michelle Bachelet armó tras dejar La Moneda.

Pero a poco andar, decidió renunciar al PS para formar Revolución Democrática, partido que lo ha tenido -junto al actual diputado Giorgio Jackson- como una de sus principales figuras y con un importante peso en la interna partidaria.

De hecho, uno de los momentos más complejos de su trayectoria política fue cuando resolvió incorporarse al Mineduc en el segundo gobierno de Bachelet, a partir del concepto de "colaboración crítica" generado por RD.

Finalmente, en 2016 Crispi decidió renunciar al ministerio y se concentró en RD, donde finalmente fue una de las figuras que consiguió llegar al Parlamento.