Felipe Harboe, senador PPD: "Como oposición tenemos que hacer propuestas realistas y financiables"

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El legislador sostiene que su sector debe ser constructivo, dejar la estridencia y cambiarla por prudencia. "Esta crisis se supera con la institucionalidad, no al margen de ella", sostiene.


Aumento de salario mínimo a $400 mil, incremento a la pensión básica solidaria y aquellas menores de $250 mil y abrir hospitales de campaña para hacer frente a diagnósticos y cirugías de urgencia. Esas son las principales medidas que propone el senador Felipe Harboe (PPD) para enfrentar la crisis que atraviesa el país. En esta entrevista, el legislador, además, cuestiona duramente el manejo del gobierno, hace un llamado a su sector, defiende el impulso a una nueva Constitución y entrega sus argumentos de por qué no es una buena idea la acusación constitucional contra el Presidente Piñera.

¿El mundo político ha estado a la altura ante la movilización social?

La incompetencia del gobierno en seguridad, inteligencia, orden público, ha sido francamente desastrosa y ha creado una situación de desgobierno que no se había visto desde antes del retorno a la democracia. En el manejo de la crisis el gobierno no estuvo a la altura. La seguridad y los derechos humanos son compatibles cuando las cosas se hacen bien. Desde el punto de vista de las propuestas, no veo al gobierno con un sentido de urgencia, porque probablemente no ve o no ha querido ver la profundidad y la demanda real de esta crisis, que tiene que ver con un cambio en el trato y la dignidad de los que tienen menos.

¿Y la respuesta de la oposición?

Hoy no tenemos una oposición, sino que varias oposiciones. A la cual yo pertenezco, el mundo de la centroizquierda, pasó de, en un minuto, los personalismos a una capacidad de coordinación. Transformó críticas en propuestas. Cualquier oposición que quiere ser alternativa de gobierno no puede quedarse solo en la crítica. Como oposición tenemos que hacer propuestas serias, realistas y financiables para salir de la crisis. La oposición que representamos debe ser constructiva y que junto con levantar la voz con mucha firmeza para denunciar la violación a los derechos humanos, tiene que tener la capacidad de tener propuestas responsables y dejar la estridencia y cambiarla por la prudencia. Lo que la gente necesita hoy día son líderes responsables. Esta crisis se supera con la institucionalidad, no al margen de ella.

¿Cuáles son las propuestas que deberían empujarse?

En primer lugar, una agenda de descompresión social que involucre un aumento del salario mínimo inmediato a 400 mil pesos con un subsidio público a las pequeñas y medianas empresas. En segundo lugar, un incremento inmediato de la pensión básica solidaria y de las pensiones menores de 250 mil pesos, para llegar a esa cifra. En tercer lugar, el gobierno debe disponer de manera inmediata que todos los hospitales de las Fuerzas Armadas y de Orden, de campaña, se abran rápidamente a cubrir las demandas de diagnósticos y cirugías de urgencia, en las comunas más necesitadas. Hay gente que está muriendo por falta de medicamentos, por falta de atención, y eso es parte de la indignación.

¿Pero se pueden financiar estas propuestas?

El Presidente, no por ley, por decreto, si estuviera dispuesto para modificar el sistema de cálculo de la expectativa de vida de las personas, bajándolo de 110 años a 85 años, podría aumentar la pensión de manera automática a miles, por no decir decenas de miles, de actuales pensionados. El gobierno tiene que tener algún sentido de realismo político, la reintegración no va y no es una concesión del gobierno, es que no tiene los votos en el Senado, y por tanto, ahí tenemos 800 millones de dólares que podemos utilizar para financiar en parte el aumento de pensiones y del salario mínimo. El gobierno tiene que incorporar un impuesto al patrimonio de los superricos. La pregunta es por qué el gobierno y la derecha en el Parlamento se empeñan en defender a los empresarios cuando ellos mismos han planteado su disposición a este impuesto.

¿Por qué impulsar desde su sector una nueva Constitución?

Es evidente que tiene que haber un cambio estructural en la Constitución política. La derecha se ha empeñado en decir que la Constitución es una discusión de políticos y eso es completamente falso. Porque la Constitución influye en el día a día. Parte del descrédito de los parlamentarios tiene que ver con el hecho de que la gente reclama por qué su parlamentario no ha presentado un proyecto para modificar las pensiones o el salario mínimo y no sabe que es la propia Constitución la que lo prohíbe.

El contraargumento es que cambiar la Constitución no necesariamente entregará soluciones inmediatas a las demandas.

Si consagráramos en la Constitución que Chile va a tener un estado de bienestar donde va a garantizar salud, educación y pensiones, independientemente de la capacidad de pago, créame que le va a mejorar la calidad de vida a las personas de manera inmediata. Si establecemos, por ejemplo, que terminamos con instituciones como el Tribunal Constitucional, que falla en favor de los empresarios y no de los consumidores, sí le va a cambiar la vida a la gente. Si terminas con esta sobreideologización que tiene la Constitución de neoliberalismo, usted podría, por ejemplo, terminar con esta mala calidad del transporte.

¿Cuál debería ser la fórmula para esta nueva Constitución?

Hoy día la situación es de tal complejidad, que mi percepción es que debiéramos establecer, modificar el artículo 62 de la Constitución para establecer cualquiera de las tres alternativas y, a través de un plebiscito, que sea la propia ciudadanía la que tome esa decisión.

¿Respalda la acusación constitucional contra Andrés Chadwick y la que se prepara contra el Presidente?

Respecto de la acusación constitucional contra el ministro Chadwick, no me puedo pronunciar, porque en el evento de que sea aprobada actuaría como jurado. De la del Presidente, que evidentemente no va a pasar, a mí me parece que no es una buena técnica política. No va a tener los apoyos necesarios en la Cámara, y eso va a significar que Piñera mañana pueda enrostrar que él es inocente puesto que la acusación se rechazó. Va a acentuar las divisiones al interior de la oposición. Lo que corresponde no es atentar contra el Presidente porque hoy tiene un amplio rechazo ciudadano y esta acusación puede victimizarlo. El castigo a Piñera ya está latente en la calle, cuando un 86% rechaza la forma en que está conduciendo su gobierno.

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