Figuras del ala izquierda del PS cuestionan manifiesto del Socialismo Democrático

Partido Socialista
Fachada Partido Socialista. Foto: Andrés Pérez.

Figuras del PS llaman a cuidar la coalición y proyectarla, antes que confrontarla "mediante giros centristas inconducentes, divisivos y de notorio carácter minoritario, y menos sumida en la confusión por enunciados que buscan situarse por encima de las contradicciones existentes en la sociedad".


El exdiputado Sergio Aguiló, junto a la vicepresidenta del PS, Fanny Pollarolo y el expresidente de esa colectividad, Gonzalo Martner, redactaron un texto de cinco carillas, donde manifestaron su disconformidad con el texto elaborado por personalidades y líderes del PS y PPD conocido como el Manifiesto del Socialismo Democrático, un documento que expresa una autocrítica de la izquierda y define un camino intelectual y político, algo así como una hoja de ruta para recuperar la influencia perdida.

En el texto elaborado por Aguiló, Martner y Pollarolo, los históricos PS concluyen que su vocación y “sentido de existencia como fuerza política no es eludir las contradicciones ni los conflictos de intereses en la sociedad, sino construir mediante la lucha social y política un presente y un futuro colectivo de bienestar democrático, justo y sostenible, pese a quienes se oponen para preservar sus privilegios”.

Las dimensiones mencionadas constituyen un programa más que nutrido de luchas emancipadoras y de preservación de los bienes comunes, que debieran dar lugar a un amplio acuerdo en el socialismo chileno, y ojalá en toda la izquierda y el progresismo, en esta etapa de la lucha política, en la que gobierna una coalición de izquierda abierta al centro”, se lee en el documento.

Junto con ello, plantean que la coalición “debe ser cuidada y proyectada, antes que, confrontada mediante giros centristas inconducentes, divisivos y de notorio carácter minoritario, y menos sumida en la confusión por enunciados que buscan situarse por encima de las contradicciones existentes en la sociedad”.

Además, se expone como “desconcertante encontrar en el ‘Manifiesto’ afirmaciones como ‘la distancia entre capitalismo regulado y socialismo democrático se torna más difusa’”.

En esa línea, se indica que “insólitamente, el ‘Manifiesto’ llega a preguntarse: “¿es socialista la promoción de un ingreso básico universal, o la instauración del matrimonio igualitario? ¿o una reforma tributaria, con impuestos verdes, o la mayor participación política? ¿y la igualdad de los derechos de la mujer? ¿la regulación de la inteligencia artificial? Un nuevo proyecto socialista democrático deberá establecer y definir nuevos conceptos y lenguajes”.

Junto con ello, se argumenta que “no se necesita nuevos conceptos y lenguajes para constatar que lo mencionado es socialista en tanto contribuye a la emancipación al menos parcial de quienes viven de su trabajo de las cadenas de la desigualdad capitalista, de las mujeres de las cadenas del patriarcado, de las diversidades de las cadenas de la discriminación y de la ciudadanía de las cadenas de la dominación política de oligarquías”.

Asimismo, se indica que “el acento puesto en el cambio tecnológico en curso en el “Manifiesto” comentado no plantea lo esencial”.

En palabras de los autores, el ‘Manifiesto’ llega a una conclusión “bastante curiosa: un llamado a la “cooperación como base del progreso” entre actores públicos y privados, con frases a la moda”.

“Estas carecen de toda sustancia cuando lo que está en curso es una gigantesca lucha de poder en la reconfiguración del capitalismo, en un contexto, además, de reemplazo de la globalización por acentuadas luchas hegemónicas entre las grandes potencias”.

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