Jaime Quintana sobre la inadmisibilidad del proyecto de posnatal: “No me gustan estas reglas: son espurias y mañosas, pero son las que tenemos”
Senador PPD, que votó en contra de la admisibilidad, dice que se actuó de forma “irresponsable” al generar falsas expectativas con la iniciativa que extiende el posnatal. Sin embargo, también sostiene que el gobierno ha sido “errático” y ha “mirado para el techo” en este debate.
El senador Jaime Quintana (PPD) aborda el controvertido debate jurídico y político que abrió en la Cámara Alta el proyecto que busca extender el posnatal de emergencia. El legislador fue uno de los pocos opositores que se desmarcaron de la postura mayoritaria del sector y rechazaron su admisibilidad.
Aquí, el extimonel del PPD y expresidente del Senado advierte sobre los riesgos que implica, a su juicio, saltarse las reglas del juego democrático, sobre todo ad portas de un proceso constituyente. “No quisiera que ante la nueva Constitución, nacida en democracia, una mayoría circunstancial se la salte y haga lo que se intentó hacer con el posnatal”, subraya.
Fue el único de su comité que rechazó la admisibilidad del posnatal. ¿Por qué?
Hace tres meses era presidente del Senado y mi doctrina fue respetar no solo la Constitución, sino también la Ley Orgánica Constitucional del Congreso y el reglamento de la Cámara Alta. Tuvimos una actuación muy rigurosa en esta materia, probablemente siendo uno de los más críticos de la actual Constitución. Tanto así fue que impulsamos el proceso constituyente. Y en tiempos de crisis como la de hoy o la que tuvimos con el estallido social, la pregunta es: ¿Tenemos que erosionar más la institucionalidad o la tenemos que defender ? En eso yo no me perdí.
¿Cree, como decía la derecha, que con esta votación lo que estaba en juego era la institucionalidad democrática?
No. Hay un debilitamiento en la democracia representativa hace bastante tiempo. Pero, más allá de eso, debemos ser sinceros; nadie en el Senado tiene problemas de comprensión lectora, todos sabían perfectamente que este proyecto era inadmisible, y por eso algunos optaron por hacer un debate político. Sin embargo, en los hechos, lo que se nos estaba consultando era si estimábamos que cumplía con las normas de admisibilidad.
¿Cómo se explica que los senadores estén disponibles a vulnerar la Constitución?
De un tiempo a esta parte el presionar al gobierno con la inadmisibilidad se ha ido volviendo recurrente. Y en eso hay una responsabilidad de los parlamentarios, sin duda, pero también del gobierno. Porque en medio de la pandemia hemos tenido un Ejecutivo que en muchos temas sociales ha mirado para el techo. Pero en el Congreso todos tenemos que ser cuidadosos. La propia OIT ha señalado que las normas relativas a la maternidad son materias de seguridad social y, por tanto, de facultad exclusiva del Presidente.
¿Hay una tentación populista en el Parlamento?
Es que el populismo tiene que ver también con lo que votamos el día anterior, donde yo voté en contra, ante un proyecto que impulsó el gobierno para aumentar las penas de quienes infrinjan las medidas sanitarias. Cuando tenemos un Ejecutivo tan errático, con una estrategia fracasada en materia de Covid-19, o cuando se ve una cierta indolencia de La Moneda para hacerse cargo de temas sociales, uno tiende a explicarse por qué se presiona por esa vía.
Pero usted no comparte esa estrategia...
No, porque eso afecta nuestro sistema de democracia representativa. Y frente a eso creo que uno tiene que actuar con entera convicción. Veo con preocupación que ciertos rasgos populistas se empiezan a instalar en el Congreso, aunque eso también corre por cuenta del gobierno. Y eso nos hace daño, especialmente a quienes estamos por el “apruebo”.
¿En qué sentido?
No quisiera que ante la nueva Constitución, nacida en democracia, una mayoría circunstancial se la salte y haga lo que se intentó hacer con el posnatal. A mí no me gustan estas reglas: son espurias y mañosas, pero son las que tenemos. Y si queremos presionar al gobierno, tenemos que buscar otro tipo de herramientas. Si el Senado le hubiese dado luz verde a esto, nos hubiésemos encontrado en el TC con un 10 a 0. ¿Ahí quién responde? ¿Los autores que se quisieron dar un gustito? Eso genera frustración y más descontento ciudadano.
¿Cree que usted pagará costos políticos?
Estaba absolutamente consciente de que así sería. Pero cuando uno vota en conciencia, debe ser capaz de poner la cara al fragor de la discusión y también al día siguiente.
¿Considera irresponsables a sus pares que impulsaron esto?
Es irresponsable, porque genera falsas expectativas en un tema muy delicado. Pero también es irresponsable la actitud del gobierno, que en esta materia no ha mostrado convicción. La ministra Zaldívar se comprometió a revisar esto en el plan de emergencia, y eso no ocurrió. No quisiera pensar que fue porque allí no había mujeres, porque eso terminó negociándose entre puros hombres.
¿Adriana Muñoz se equivocó en la estrategia?
Ella fijó una posición política como senadora y tiene todo el derecho a hacerlo. Como presidenta (del Senado), hizo lo adecuado sometiendo este tema a consideración de la sala.
¿Cuán comprometido queda su rol tras haber reconocido abiertamente que el proyecto requería patrocinio del Ejecutivo?
No creo que quede comprometido su rol. Ella no se quiso quedar solo con su opinión. Y tenía todo el derecho, como mujer que ha luchado por los derechos de los trabajadores y trabajadoras, a definir la postura que tomó. Respecto de los dichos de la presidenta en su momento, creo que los derechos de las mujeres en democracia no se garantizan con sacrilegios, sino con políticas públicas reales y eficaces.
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