Jorge Alessandri, diputado UDI: "La bencina de la expectativa por la llegada de Piñera se está acabando"

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Legislador plantea necesidad de "volver al foco, que es el programa de gobierno", donde están contenidas las distintas reformas, incluida la rebaja parlamentaria.


Mientras recorre las calles del centro de Santiago, el diputado UDI Jorge Alessandri recuerda los días en que, durante el primer gobierno de Sebastián Piñera, fue parte del círculo cercano del Mandatario. No oculta su admiración por su "enorme talento y capacidades", pero reconoce que el Jefe de Estado y su administración se han visto complicados por "pequeñas anécdotas" que desvían el foco de atención.

Por eso, pide volver a concentrarse en el programa de gobierno, donde están contenidas las reformas estructurales planteadas por La Moneda, que -en su opinión- deben ser prioritarias para este año. Y a estas agrega una más: la rebaja del número de parlamentarios.

La presencia de los hijos del Presidente acaparó la atención de la gira que realizó a Asia. A la luz de lo ocurrido, ¿cree que fue un error que ellos participaran de ese viaje?

Vengo de una familia donde los presidentes no usaban ni el auto presidencial, porque encontraban que era abusar, y el Presidente Jorge Alessandri se iba caminando desde su casa a La Moneda. Pero los tiempos han cambiado, desde el 90 a la fecha todos los presidentes han sido acompañados por hijos en giras presidenciales. Ahora, lo que no debe ocurrir, primero, es que haya algún costo fiscal y, segundo, que las giras no les abran oportunidades y puertas a familiares. Creo que en este caso no ocurrió. Para el futuro, me parece bien lo que el Presidente Piñera le pidió a la Cancillería, que redactara un protocolo para giras presidenciales.

Más allá de este caso en particular, este tipo de polémicas desvían la atención de la agenda que promueve el gobierno. ¿Cómo lograr mantener el control de la agenda?

A veces, cuando uno ve la prensa, siente que estamos en problemas graves, porque hay muchísimas anécdotas que estallan en distintas áreas del país y uno creería que estamos caminando por barro, pero cuando se miran las grandes cifras, se da cuenta de que el país está creciendo al triple que en el gobierno anterior, se están creando empleos, está llegando inversión. Entonces, uno se pregunta: ¿Hasta cuándo los árboles no nos dejan ver el bosque? ¿La ciudadanía se va a quedar con esa anécdota pequeña, con esa obstrucción permanente de la izquierda más dura, o va a lograr entender que el país sí va avanzando en un buen camino para cumplir con el programa de gobierno? Yo haría un llamado a que no dejemos que estas anécdotas nos impidan ver los reales avances que sí estamos teniendo: la reforma previsional, la reforma laboral; arreglar una reforma tributaria que según todos los ministros de Hacienda de la Concertación, excepto el que la hizo, es una pésima reforma. Esos son los temas importantes, no las pequeñas anécdotas.

¿Y cómo lograr que el foco esté en esos temas importantes?

Mi experiencia en el primer gobierno, trabajando con el Presidente, es que él es un hombre de acuerdos, y esa capacidad tiene que aprovecharla. No tenemos mayoría en el Parlamento, por lo tanto, el Poder Ejecutivo tiene que lograr transmitir y explicar bien esos proyectos para captar los votos que nos faltan y lograr hacer avanzar la agenda, porque la bencina de la expectativa por la llegada de Piñera se está acabando. Piñera llegó con una tremenda expectativa, pero la gente tiene que entender que está gobernando con las reglas del juego dejadas por Bachelet: una mala reforma tributaria, poca flexibilidad en lo laboral y poco incentivo a la inversión, por tanto, si no cambiamos las reglas del juego con estas tres reformas potentes, más la reforma a la salud, la expectativa de Piñera se empieza a desinflar.

¿Esa "recarga de bencina" pasa por aprobar las reformas, entonces?

Exactamente. De lo que se trata es de volver al foco, que es el programa de gobierno, donde están contenidas estas reformas, que no son un cambio de maquillaje, sino que son cambios estructurales.

Para lograr su aprobación, tal como lo hizo con la tributaria, ¿el Presidente también debiera asumir el liderazgo en las negociaciones con la oposición?

Es parte de su personalidad tomar ese rol protagónico, y creo que lo hace muy bien.

¿No hay riesgo de sobreexposición del Presidente?

El primer requisito para que un Presidente tome una negociación directamente en un tema técnico es que conozca ese tema, y quizás no todos los presidentes han tenido ese conocimiento a fondo. Este Presidente, por sus especialísimas características, está encima de todos los temas, conoce todas las reformas a fondo, ha estudiado los proyectos de ley. Por lo tanto, es un interlocutor demasiado válido y demasiado potente para perderlo. Yo no le diría al Presidente "guárdese en La Moneda" para que sus ministros hagan la pega. Si hay que poner el capital político a cambio de sacar adelante buenas reformas para Chile, muy bien que lo haga y arriesgue. No tiene sentido cuidar tanto la figura presidencial si el país es el que va a pagar el pato.

¿Y vale la pena arriesgar el capital político en un tema como los medidores?

Hay dos formas de liderazgos presidenciales: uno que se guarda entre las cuatro paredes de La Moneda, y el de las bilaterales, de un Presidente estudioso, que tiene tremenda experiencia y con una preparación técnica inigualable. Ese perfil es el que arriesga. Este perfil de Presidente es el que quiero para llevar adelante cuatro reformas estructurales.

En su opinión, ¿debe concentrar todos sus esfuerzos el gobierno en esas reformas?

Para nosotros, como bancada UDI, también es importante una de las reformas políticas en especial: que el Presidente lleve adelante y ponga urgencia a la reducción parlamentaria. Hemos tenido malas experiencias con este Parlamento, donde hay mucho parlamentario que carece de representatividad -por la baja votación que obtuvieron en las elecciones- y el Parlamento no ha sido más eficiente, no ha sido más rápido para tramitar y no ha sido mejor para presentar más indicaciones. Volver a 120 diputados es una tremenda prioridad.

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