Juan Gabriel Valdés, exministro de Relaciones Exteriores: "La violencia está destruyendo la movilización social"
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"Las demandas están siendo tratadas y la gente tiene derecho a seguir protestando si le parece insuficiente", dice, pero demanda condenar la violencia y un pacto político transversal que además refunde Carabineros.
"Ya no basta con condenar y menos aún empatar verbalmente la violencia de Carabineros y la de los delincuentes quemando hospitales, iglesias y museos. Se requiere que los que tienen cargos dirigentes actúen con urgencia, antes que el desvarío de los vándalos y el fascismo nostálgico de Pinochet ocupen la escena", esas fueron las palabras con que abrió un comentadísimo texto que posteó en Twitter. Juan Gabriel Valdés propone que el Presidente Sebastián Piñera y los jefes de todos los partidos firmen un acuerdo -al estilo del constitucional- que "asegure estabilidad institucional, reforme a la policía y enfrente a los violentos".
Violencia de los vándalos y de Carabineros dijo, ¿no?
Sí. La violencia de Carabineros y la violencia de los vándalos. Empatar no alcanza a comprender la gravedad del momento. Carabineros tiene una responsabilidad de enorme gravedad en violaciones a los derechos humanos. No podemos tener una policía enemiga de la gente. Sin embargo, esta situación está llevando a un descontrol absoluto de gente que cree que la solución de sus problemas pasa por la destrucción de Chile, y eso no significa solución para nadie.
¿Puede el gobierno combatir el vandalismo sin agravar las violaciones a los derechos humanos?
Espero. Pero, sobre todo, se requiere una actitud de la ciudadanía, de las organizaciones sociales, de los partidos políticos, de condena a la violencia. Si seguimos en este empate, no hay condena a la violencia y ésta se sigue justificando. Las demandas están siendo tratadas y la gente tiene derecho a seguir protestando si le parece que es insuficiente. Pero al mismo tiempo, la violencia está destruyendo la movilización social y las aspiraciones de la sociedad.
¿Por qué sería eficaz que el Presidente firme un pacto con los partidos?
Que el Presidente asuma el liderazgo del país y no solo de su sector, porque jefe de Estado, uno no ve. Reconozco la fragilidad de la clase política, pero también he visto cómo los parlamentarios -en un momento de generosidad y talento- se reunieron para hallar una solución constitucional. Es posible de repetir, por mucho que haya desprestigio.
¿Repetirlo para qué?
Tenemos que refundar Carabineros. No podemos tener una policía vista con un odio enorme por parte importante de la población. Ha habido desmanes que van más allá de lo razonable. Y gobierno y oposición deben discutir el fenómeno de la violencia de vándalos; eso requiere de expertos, de una reflexión que no se da. Hay que generar un clima que permita aplicar las reformas sociales, porque si no, caerán en la irrelevancia y seremos devorados por una violencia incontrolada.
El gobierno ha encarado esto enviando proyectos de ley que le dan más atribuciones a Carabineros y elevando penas. ¿Es acertado?
Para nada. Hay que mejorar la eficiencia de una estrategia de enfrentar la violencia y la comunicación con la población. Este es un gobierno incomunicado. Es como si le hablaran en holandés a los chilenos.
El Presidente dijo que había estado en la calle.
Sí, claro. Pero sabemos que no es verdad. Hay una dificultad patética de comprender lo que pasó. Los dos ministros jóvenes que nombró el Presidente deben ser destacados como personas que muestren una comprensión mayor de lo que sucede. Y la oposición no puede no percibir que la violencia puede devorar el proceso. No podemos estar acusando al gobierno de incomprensión si nosotros tampoco somos capaces.
¿Cuál ha sido el pecado de la oposición en esta trama?
La oposición y el gobierno fueron sobrepasados por una manifestación que en un sentido fue magnífica, y que, en otro sentido, abrió espacios para niveles de violencia como no hemos visto en muchas décadas. Tenemos que tratar las dos cosas y eso requiere de talento político.
El oficialismo acusó a veces a la oposición de no haber condenado la violencia en un comienzo.
Hay responsabilidades distintas desde el gobierno y la oposición. Cuando el Presidente dijo que había una guerra, debe ser de las declaraciones más erradas de un mandatario en la historia reciente y generó un cuadro nefasto para lo que se tenía que enfrentar. Así, no se podía pretender que la oposición criticara la movilización social. Ahora, si la oposición no reacciona a los niveles de violencia de hoy, repetiría el mismo error de ceguera del gobierno.
El proyecto de ley para desplegar militares sin dictar estado de excepción, ¿ayuda o no?
Necesitamos un liderazgo de sanación, que acoja a un país muy dividido y bajo gran tensión sicológica. El Presidente no lo da con manipulaciones en torno al uso de las Fuerzas Armadas. No es por ahí la solución. La autoridad no se da por el uso de la fuerza, sino por la capacidad de convocar a los ciudadanos. Por lo menos tiene que tratar de hacerlo, y no lo está haciendo.
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