La trastienda de la llegada de Marcela Cubillos a Libertad y Desarrollo
Apenas un reducido número de personas supo, hasta hoy, de las conversaciones entre el organismo y la exministra, que habrían comenzado poco antes de su salida del gabinete, el 28 de febrero pasado.
La sesión de hoy del consejo asesor de Libertad y Desarrollo (LyD) fue el escenario escogido para la presentación formal de Marcela Cubillos como nueva directora ejecutiva del think tank en reemplazo del economista Luis Larraín.
Hace ya algunos días, el nombre de la exministra de Educación había comenzado a sonar en los pasillos del organismo, pero recién esta semana la información se volvió oficial. Esto, pese a que las conversaciones para que aceptara el cargo habían comenzado poco antes de que ella abandonara el gabinete, el viernes 28 de febrero.
De acuerdo a quienes conocen la interna de LyD, cuando Larraín se enteró de que Cubillos iba a renunciar al Mineduc –un poco antes de que esa decisión se oficializara-, pensó en ella para reemplazarlo. ¿La razón? Las mismas fuentes explican que, en términos generales, Larraín venía hace mucho tiempo pensando en dejar la dirección ejecutiva, pero se había enfrentado a la dificultad de encontrar un reemplazante que encarnara bien el ideario de la institución y que, al mismo tiempo, contara con la capacidad y el liderazgo para dirigirla. Todas cualidades que reunía Cubillos “a la perfección”.
De hecho, la también exdiputada fue consejera de LyD hasta antes de asumir en el Ministerio de Medio Ambiente -su primer cargo en el gabinete-, en marzo de 2018.
Desde el entorno de Cubillos destacan, asimismo, que ella quería seguir “vinculada a lo público”, pero no en la campaña por el “rechazo” para el plebiscito de abril, sino en "un lugar con otro carácter”. Incluso, algunos de sus cercanos dicen que había comentado que tampoco quería ser candidata en alguno de los procesos electorales de este y el próximo año y para los que la UDI –partido en el que militó hasta 2013 y donde mantiene hasta hoy un estrecho vínculo- la tenía entre sus eventuales cartas.
En ese sentido, cercanos a Cubillos subrayan que la exsecretaria de Estado quería ser parte de los debates que se vienen y que, en su opinión, el mejor lugar para hacerlo es desde LyD, donde considera que puede ser un aporte en el debate de ideas.
Hermetismo absoluto
Antes de Cubillos, en 2019, otra mujer había estado en la mira de Larraín para llegar al cargo. Se trata de Rosanna Costa, actual consejera del Banco Central y una figura histórica de LyD. De hecho, tras concluir el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera (2010-2014), en donde Costa ocupó el cargo de directora de Presupuestos, la economista volvió al think tank como subdirectora, puesto que abandonó en enero de 2017 para irse al BC en reemplazo de Rodrigo Vergara.
Quienes conocen detalles de la nominación de Cubillos recalcan, eso sí, que “nunca estuvieron las dos en competencia”, sino que se trató de momentos distintos. Y el momento de Cubillos vino a fines de febrero.
Las conversaciones para su arribo a LyD se dieron casi exclusivamente entre la abogada, Larraín, Carlos Cáceres -hasta hoy presidente del consejo de LyD y, a partir de marzo, presidente emérito-, y el consejero Hernán Büchi. De esa forma, la negociación se mantuvo en completo hermetismo tanto dentro del instituto como hacia dirigentes y parlamentarios cercanos a Cubillos, quien solo habría comentado sus intenciones con su círculo más íntimo.
Respecto de la permanencia de Luis Larraín a la cabeza de la entidad, ahora como presidente, algunos dicen que responde al interés de darle continuidad a la línea de trabajo que el organismo ha exhibido en los últimos años, aunque se comprende que podría haber ciertos énfasis distintos, considerando la condición de abogada de la nueva directora y el proceso constitucional en curso.
Ahora bien, considerando el debate constitucional y la abierta opción de la exsecretaria de Estado por el “rechazo”, fuentes ligadas a LyD explican que aquello corresponde a su quehacer privado como ciudadana toda vez que el instituto ya tomó la definición de no adherir, institucionalmente, a ninguna de las alternativas que estará en la papeleta del 26 de abril.
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