La estrategia que tome el presidente de la DC Fuad Chahin para dirigir a su partido será uno de los factores principales que determinen si habrá una verdadera unidad en la oposición. Al menos así ha sido durante estos últimos años, donde en el sector apuntan a que el camino de “perfilamiento propio” que ha seguido el exdiputado ha marcado la relación con el resto del sector y ha sido “gravitante” en la segregación de la oposición.

Sin embargo, desde el estallido social, la mesa de la DC ha ido cambiando -aunque no del todo- su estrategia y se ha ido acercando al resto del sector. Ese giro, dicen, ha contribuido a que la colectividad esté limando sus asperezas con el resto de la oposición durante los últimos meses. De hecho, en la ex Nueva Mayoría y en el Frente Amplio existe una buena valoración del rol que jugó el partido en el debate del retiro de fondos de las AFP.

Pese a esto, en el resto de las colectividades no olvidan las negociaciones de la DC con el gobierno en algunas reformas claves para el el Presidente Sebastián Piñera, ni en la DC han perdonado que el sector permitiera la caída del diputado Gabriel Silber para presidir la Cámara de Diputados.

Desde el acuerdo por una nueva Constitución, en la centroizquierda señalan que la figura del presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, ha funcionado como un “puente” entre los distintos sectores de la oposición. Con un diálogo permanente con las fuerzas del PPD y del PR -agrupadas en la Convergencia Progresista- el dirigente de uno de los partidos más grandes de la oposición, tiene la oportunidad de usar esa coordinación como una plataforma para lograr agrupar o, en su defecto acercar, a las distintas colectividades del sector.

Si bien su rol no siempre ha sido exitoso -especialmente debido a la constante tensión que existe entre la DC y el Frente Amplio y por las diferencias que se han producido al interior del PS- el legislador y su colectividad fueron uno de los primeros en darse cuenta de la “oportunidad” que se les abría con la crisis que vive Chile Vamos por el retiro de fondos de las AFP. En ese sentido, la directiva de Elizalde hizo un amplio llamado a “levantar una alternativa de gobierno”, declaraciones que fueron bien recibidas por su pares.

La excandidata presidencial del Frente Amplio será una figura clave para la posible rearticulación de la centroizquierda. Su decisión frente a una posible nueva carrera a La Moneda puede marcar los pasos del conglomerado que representa, claro, que eso dependerá también de su posición en los sondeos de opinión pública. Si la periodista se transforma nuevamente en la abanderada de su bloque y tiene chances reales de disputar el sillón presidencial -y su coalición decide disputar en serio la presidencial, como ya lo explicitó este fin de semana Revolución Democrática- no podrán romper del todo cierta coordinación con el resto de oposición, por ejemplo, de cara a una posible segunda vuelta presidencial.

Uno de los principales problemas de Sánchez eso sí, es que dentro del Frente Amplio su figura no genera hoy el consenso que tenía cuando fue candidata por primera vez, e incluso, algunos en la interna cuestionan su falta de protagonismos en los debates más importante del último periodo. También su falta de relación con los otros partidos de la oposición podría transformarse en una dificultad.

El alcalde de Recoleta se ha transformado en la figura más importante hoy del Partido Comunista. Su creciente evaluación positiva en los sondeos de opinión pública también han aumentado su influencia en la centroizquierda. Y sus opciones de competitvidad en una posible elección presidencial será fundamental para el futuro de la oposición. De hecho, nuevamente señaló que está “absolutamente disponible” a ser Presidente de la República si su partido y la ciudadanía lo pide.

Hoy el PC forma parte de la coalición Unidad por el Cambio (junto el PRO y a la Federación Regionalista Verde Social) y el bloque ya ha tomado decisiones para avanzar en unidad frente a las distintas elecciones que se vienen. Sin embargo, la relación con los otros partidos y bloques de la oposición aún no está definida. Por ello, el hecho de que Jadue se transforme en una carta presidencial puede entregar a su partido y a su coalición una mejor posición para conversar frente a sus ex socios de la Nueva Mayoría y el Frente Amplio. Pero a la vez, también puede abrir un espacio de mayor autonomía que les permita disputar con fuerza el liderazgo en la izquierda.

Si bien el diputado de Convergencia Social, Gabriel Boric, no ha podido ejercer un rol preponderante durante la pandemia, en la oposición no se han olvidado del papel que jugó durante el estallido social y en las conversaciones para alcanzar el acuerdo transversal del 15 de noviembre por una nueva Constitución.

En ese sentido, en el sector sostienen que el parlamentario “genera confianza” para poder llegar a acercamientos entre la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio. Así, en la centroizquierda dicen que el parlamentario por Magallanes podría ser uno de los dirigentes principales para que ambos sectores puedan tender puentes y acercarse, con el fin de establecer principios comunes o pactos electorales.

Sin embargo, Boric no siempre ha contado con el apoyo de su partido -como se pudo ver para el pacto constitucional-, por lo tanto, que su sector recupere el liderazgo dentro de la tienda podría ser fundamental para que las aspiraciones de unidad del sector y para que el Frente Amplio y la ex Nueva Mayoría alcancen un pacto de gobernabilidad.