¿Qué se está jugando el Frente Amplio?
Analistas y referentes del Frente Amplio coinciden en que en las municipales el bloque busca crecer, pero difieren en el costo que esto puede tener para el futuro político de la coalición.
Casi nadie niega que la apuesta del Frente Amplio (FA) para las elecciones municipales y de gobernadores regionales, con su respectiva negociación previa, es arriesgada para el conglomerado.
Si bien en el mismo bloque aseguran que no tienen mucho que perder, porque actualmente solo poseen tres alcaldes -uno de ellos el de Valparaíso, Jorge Sharp, quien ni siquiera ha ratificado su pertenencia al FA-, la decisión dada a conocer este domingo sobre excluirse de las primarias con la ex Nueva Mayoría -de la cual dieron un giro- les trajo un fuerte dolor de cabeza, ya que incluso se generaron críticas internas.
Algunos sostienen que esa postura manifestada el fin de semana buscaba presionar hasta el último minuto y poner un “precio alto” a los partidos de la centroizquierda.
Pero ¿qué es lo que arriesga y que puede ganar el bloque? Los analistas coinciden en que el FA busca, al menos, crecer.
En esa línea, el analista político, Marco Moreno plantea que “la apuesta del FA tiene que ser leída en clave de realismo y pragmatismo político”. Asimismo, el director de la Facultad de Economía, Gobierno y Comunicaciones de la U. Central añade que el conglomerado seguirá buscando aumentar su presencia a nivel nacional.
No obstante, Moreno advierte que “el riesgo está en que estén permanentemente en una postura de oposición, que sean vistos como sin capacidad para desempeñar funciones gubernamentales y que eso muestre una falta de vocación”, añadiendo que la estrategia también tiene el “riesgo de que la opinión pública puede empezar a verlos como un movimiento que no aspira al poder”.
Para el analista político Mauricio Morales, el Frente Amplio nació, creció y se desarrolló como una coalición opuesta a la ex Nueva Mayoría y, en ese sentido, “pactar con ellos implicaría traicionar a sus votantes que precisamente vieron en el FA una alternativa genuina de izquierda”.
En ese sentido, sostiene Morales que la estrategia es “correcta y racional”, ya que “si el FA quiere convertirse en una fuerza autónoma, debe entender que su competencia está hacia el centro, y que sus rivales -no socios- son los partidos de la ex NM. Puede ser que al final del día esta estrategia brinde mejores resultados para la derecha, pero en el largo plazo, el FA irá alcanzando la madurez necesaria para cumplir con su objetivo final: reemplazar a la ex NM como alternativa de gobierno”.
Para quien fue candidato presidencial en las pasadas primarias del bloque, Alberto Mayol, la estrategia del Frente Amplio de no participar de primarias es errada. “No sé cuáles son las pretensiones, me imagino que siempre las pretensiones son acumular más poder, pero creo que están equivocados en la estrategia, para mí eso es muy claro”, señala.
Efectivamente, uno de los puntos críticos de no ir en unidad con el resto de la centroizquierda es entregarle el poder comunal a Chile Vamos, sumado esto a que estas elecciones siempre son un buen predictor de lo que ocurrirá en la presidencial.
En tanto, para uno de los ideólogos del FA, Carlos Ruiz, el bloque más que buscar la hegemonía de la oposición debe buscar unidad para terminar con el gobierno de la derecha. Sin embargo, sostiene que esta no puede ser sin contenidos, y en esa línea considera que los pactos por omisión son tan malos como no lograr primarias con condiciones.
No osbtante, Ruiz advierte que “lo que el Frente Amplio no puede hacer es sumarse a la cola de la vieja Concertación”, y puntualiza que tanto “Álvaro Elizalde como Heraldo Muñoz no muestran flexibilidad, no abren la discusión y se mueven como si en Chile no hubiese ocurrido nada. No los he visto dar ni un solo paso para hacerse cargo de lo que pasó el 18 de octubre”, sentencia.
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