Sebastián Depolo (RD), candidato a senador RM: “El primer compromiso de un gobierno de Boric debiera ser retirar las querellas por ley de seguridad interior del Estado”
El secretario general de RD sostiene que si el gobierno no hubiese aplicado la ley de seguridad del Estado no existiría el proyecto de indulto. En ese sentido, asegura que se deben separar los temas de "violencia asociada al narcotráfico, crimen organizado", de la que "ha existido paralela a la movilización social". Además, mantiene la idea que le costó una serie de críticas transversales respecto de la inestabilidad, aunque enfatiza que deben hacer transformaciones graduales. “Los procesos de cambios traen cierta incertidumbre, por eso tienen que ser muy dialogados”, dice.
El secretario general de Revolución Democrática, Sebastián Depolo, tiene una dura competencia en la izquierda para llegar al Senado por la Región Metropolitana. En su misma lista compiten otros nombres reconocidos, como los de la excandidata a gobernadora por esta zona Karina Oliva o el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier.
El exjefe de campaña de Beatriz Sánchez marca algunas de sus prioridades en caso de llegar a la Cámara Alta y fija la seguridad como una de sus principales luchas. Además, asegura que Apruebo Dignidad debe conversar con todas las fuerzas transformadores en caso de que Gabriel Boric logre llegar a segunda vuelta.
¿Cuáles serían sus prioridades legislativas en caso de llegar al Senado?
Lo más importante es que necesitamos un Senado y un Congreso que apoye el programa de gobierno de transformaciones de Gabriel Boric. Mi primera prioridad sería apoyar la viabilización de las reformas de pensiones, de salud, vivienda, reforma tributaria. Agrego darle un giro a cómo hemos entendido la seguridad ciudadana. Eso supone repensar la investigación, la función de las policías, la judicatura, con la fiscalía.
¿Ese eje está marcado en el programa de Boric?
Sí. Lo que hemos propuesto ahí son dos tipos de cosas. Uno es una reformulación de las policías y otro es una fuerte activación comunitaria. Son líneas básicas sobre las que hay que trabajar, porque como izquierda no podemos cederle los temas de seguridad a la derecha. Podemos tener mejores respuestas y mostrarle un camino diferente al fracasado que ha sido el populismo penal.
¿No se cae el discurso al plantear temas como el proyecto indulto?
Hay que separar los temas de violencia de los de seguridad. Uno es la violencia asociada al narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia, y otro es la violencia que ha existido paralela a la movilización social. El proyecto de indulto no existiría y no lo hubiésemos presentado si es que el gobierno no hubiera aplicado la Ley de Seguridad del Estado para cargar más fuertemente las penas de aquellos que son procesados por la revuelta. No es una señal de permisividad, sino que aquí hubo una conmoción social.
¿Debiera ser un compromiso de un gobierno de Boric?
El primer compromiso debiera ser retirar las querellas por ley de seguridad interior del Estado, porque eso automáticamente hace que el proceso siga, pero que eventualmente, si es que las cortes así lo estiman, pueden ser procesados en libertad, así como los violadores de DD.HH. que están siendo procesados en libertad. Espero que el gobierno de Gabriel retire esas querellas y un elemento que se requiera, a lo mejor repensar el proyecto de indulto.
El próximo Congreso deberá trabajar con la Convención Constitucional, como, por ejemplo, con los plebiscitos dirimentes. ¿Cómo planea llevar esa relación?
Lo que queremos es un Congreso que apoye las transformaciones, que se ponga al servicio de la Convención y no la obstaculice. Hemos visto quejas de los convencionales, incluso de cuestiones administrativas. El próximo Parlamento tiene que estar al servicio de la Convención. Si es que la Convención elimina al Senado hay que estar disponibles para eso.
Sobre el tema presidencial. A ustedes se les apunta por la inestabilidad. Hubo un error comunicacional de su parte. ¿Han logrado hacerse cargo de ese fantasma?
Fue un error que corregí. Gabriel lo ha dicho claramente, y lo dijo muy claramente en Enade. Nosotros tenemos un horizonte de las transformaciones, pero entendemos que necesitamos escuchar y dialogar para que las transformaciones ocurran. El programa de Apruebo Dignidad es ambicioso en las transformaciones que propone, pero sabemos que puede haber condiciones nacionales e internacionales que pueden hacer difícil la implementación de las transformaciones, entonces estamos dispuestos a pensar gradualmente.
¿Pero ese es el diagnóstico? Que las transformaciones traen inestabilidad.
Hay que tener la valentía y la convicción para poder hacer las transformaciones y entender que en el transcurso de las transformaciones obviamente se genera incertidumbre, más que inestabilidad, por eso es un error lo que dije. Y cómo uno construye certidumbre es diciendo “este es el plan, así va a ser, lo hemos conversado, dialogado, así se va a financiar, o sea, dando mucha más información y comunicación respecto de cómo vamos a hacer las cosas”.
¿Hay algo de cierto, entonces, en ese fantasma?
No es que haya algo de cierto, es que la crisis que hoy vivimos, la incertidumbre está en las familias. Esa fragilidad queremos transformarla en certezas. Eso supone hacer cambios importantes. Ahora sí, los procesos de cambios traen cierta incertidumbre, por eso tienen que ser muy dialogados, y si hay que hacer implementaciones graduales estamos súper disponibles a eso.
¿Con quién se imagina el gobierno?
Espero que si somos nosotros los que pasamos a segunda vuelta se produzca un diálogo programático. Entre primera y segunda vuelta debemos abrir un proceso de diálogo con fuerzas políticas y sociales que están por las transformaciones y, sobre eso, debería construirse la base de apoyo del futuro gobierno. Eso va depender fuertemente de la correlación de fuerzas que se exprese en el Congreso.
Pero de todas maneras se requieren las siglas... ¿Con quiénes?
Me gusta mucho lo que está pasando en la Convención. Ahí lo que vemos es que nuestro colectivo frenteamplista más independientes ha tenido un muy buen diálogo con distintas fuerzas. Yo me imagino algo así para el próximo gobierno, es decir, un diálogo con los militantes de base socialistas, porque nos une un proyecto de transformaciones. Pero lo que no quiero que pase es que se circunscriba esto a un diálogo de orgánicas políticas.
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