Sector de Macaya busca generar un "contrapeso" desde la bancada

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Tras ser derrotado en las elecciones internas, el diputado Javier Macaya fue ratificado como jefe de bancada del partido. Foto: ATON/Archivo

Tras la derrota en la elección interna de la UDI, quienes apoyaron al diputado buscan "cuidar su liderazgo" y que sus posturas sean consideradas por la nueva directiva.


Había cerca de 20 parlamentarios en la reunión de bancada del martes 18, cuando el diputado Patricio Melero sorprendió a varios de sus pares. El expresidente de la UDI planteó que Javier Macaya, quien dos días antes había resultado derrotado por la senadora Jacqueline van Rysselberghe en la elección interna del partido, continuara siendo jefe de bancada, cargo que ha ocupado todo este año. Melero pidió tomar la decisión en ese mismo momento y aceptar su nominación por unanimidad.

Para quienes habían respaldado a la reelecta presidenta en la contienda gremialista, la propuesta de Melero -quien compitió como integrante de la lista del legislador por Rancagua- generó suspicacias. Según explicaron dirigentes que participaron de esa reunión, los detractores de la idea remarcaron que la bancada no podía ser "usada" para medir fuerzas con la directiva y que, para un acuerdo de esas características, era necesario tomarse un tiempo y definirlo en enero, como usualmente se abordaba esa decisión.

"Se pretendía nombrar a Javier por unanimidad, pero hubo diputados que no estuvimos de acuerdo, porque creemos que las cosas había que conversarlas entre todos y con anticipación", apuntó el diputado Juan Manuel Fuenzalida, vicepresidente electo del partido, añadiendo que "ya pasaron las elecciones y lo que tenemos que hacer ahora es construir unidad; eso significa generar gestos de ambos lados".

Un día después de esa cita, los 30 diputados votaron y, sin grandes sorpresas, se confirmó la continuidad de Macaya por 21 votos contra los nueve que obtuvo su par Celso Morales, replicándose así los respaldos que una y otra lista habían tenido en la interna.

Melero no esconde que la mantención de Macaya responde a una estrategia vinculada a mantener su liderazgo como "contrapeso" a la directiva. "La reelección de Macaya como jefe de bancada no se acota solo a eso, es también un mandato para que busque, por la vía del diálogo y los acuerdos, que la nueva directiva considere los anhelos y cambios que prácticamente la mitad del partido quiere", afirmó.

A su turno, su par Guillermo Ramírez puntualizó que "se ha ido instalando la idea de que Javier no ha sido tratado por los ganadores como corresponde. Su nombramiento es una forma de resarcimiento".

El diputado Melero remarcó también que la decisión apunta a que la nueva directiva tenga presentes algunos de los énfasis hechos en la campaña, como "lograr que compartamos la urgente necesidad de reperfilar bien el sentido de la UDI Popular" y, en clara alusión al "factor Bolsonaro", "volver a influir con nuestro estilo e ideas en el conjunto de la sociedad, descartando toda forma de populismo e ideas extremas que se apartan de nuestra historia y principios".

Adicionalmente, un cercano al jefe de bancada sostuvo: "72 horas después de la elección interna, 21 diputados optamos por mantener a Javier Macaya en el comité político".

Lección aprendida

Entre los parlamentarios que apoyaron a Macaya -dicen- hay una "lección aprendida" respecto de cuidar el liderazgo construido durante los meses de campaña, y poder proyectarlo en virtud de la alta votación que obtuvo (casi el 48%), situación distinta de lo que ocurrió con Jaime Bellolio en 2016.

Tras esa derrota, Bellolio no contó con el mismo respaldo de quienes habían estado con él en la disputa contra Van Rysselberghe y, más bien, "se fue quedando solo" -dicen sus cercanos- en la pelea por evidenciar la molestia que se iba formando en una parte importante de los dirigentes gremialistas hacia la conducción que ejercía la senadora, acusada de ejercer de manera "sectaria" y "poco dialogante" su mandato.

Muestra de ello, plantean fuentes de la disidencia, fue que la presidenta UDI evitó reconocer de inmediato (como sostienen los estatutos del partido) que un miembro de la lista derrotada podría integrar su directiva. Hoy día, ese mismo aspecto es el que genera molestia entre los cercanos a Macaya, pues -en su opinión- haber criticado que la diputada María José Hoffmann se integrara como vicepresidenta fue una "muy mala señal" y, de los dos cupos que aún le restan por cubrir a la nueva presidenta en su mesa, hubieran esperado un gesto hacia su contrincante, ofreciendo uno de esos cupos a los dirigentes que resultaron vencidos.

Así, desde el equipo de Macaya dicen esperar "gestos" por parte de la timonel UDI para comenzar de una forma distinta su administración. En palabras de Ramírez, "ojalá que no se repita lo que ocurrió hace dos años y que esta vez la actitud de los ganadores sea de concordia y unidad".

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