Sueldo mínimo: el rol de Chadwick en la "cocina" del reajuste
En La Moneda dicen que el titular de Interior tuvo que "reforzar" las negociaciones que llevaban adelante los ministros Larraín, Monckeberg y Blumel. Su intervención fue solicitada directamente por el Presidente Piñera.
El lunes, pasadas las 17.00, el ministro Andrés Chadwick se fue caminando rápidamente desde la División Política de la Segpres en dirección al Palacio de La Moneda, luego de la reunión de negociación que sostuvo con los senadores de la oposición Jorge Pizarro (DC) y Ricardo Lagos Weber (PPD) para alcanzar un acuerdo por el proyecto de reajuste al salario mínimo.
El titular de Interior había participado, junto a los ministros de Hacienda, Felipe Larraín; Trabajo, Nicolás Monckeberg, y Segpres, Gonzalo Blumel, de las tratativas con la oposición para llegar a un protocolo de acuerdo respecto de esa iniciativa, que finalmente fue firmado ayer y en el que el gobierno terminó cediendo en bajar la plurianualidad.
Unos pasos más atrás venían caminando los otros tres secretarios de Estado, que también se dirigían a Palacio. Al llegar, Chadwick subió a la oficina del Presidente Piñera, mientras que los otros ministros se quedaron realizando un punto de prensa para anunciar el acuerdo alcanzado con senadores de la ex Nueva Mayoría. "El cometido ya estaba hecho", comentan en el círculo del ministro del Interior, respecto de su ausencia en el punto de prensa.
El jefe de gabinete, dicen en La Moneda, una vez más tuvo que "salir a reforzar" a otras carteras para conseguir acuerdos con la oposición. Esto, luego del revés que sufrieron en las tratativas Larraín, Monckeberg y Blumel, lo que, incluso, llevó a que el Mandatario presentara un veto presidencial que terminó siendo rechazado.
El miércoles pasado, un día después del rechazo al veto en el Congreso, Piñera sostuvo reuniones extraordinarias con los ministros del comité político. Y, luego, con Chadwick, Larraín, Monckeberg, Blumel y los jefes de bancada de Chile Vamos. Ese día, según afirman en Palacio, el Jefe de Estado le pidió al titular de Interior que reforzara las tratativas. Y también solicitó a los ministros que agilizaran un acuerdo con la oposición.
Así, el jueves, el jefe de gabinete, junto a los otros ministros y el subsecretario de la Segpres, Claudio Alvarado, iniciaron los primeros contactos con los personeros de la ex Nueva Mayoría, entre ellos Pizarro y Lagos Weber, para alcanzar un consenso lo antes posible, debido a los costos que podría significar para el gobierno. Esto, en paralelo a la estrategia que desplegaba La Moneda para instalar en la ciudadanía que la culpa del rechazo al salario mínimo había sido de la oposición por un supuesto obstruccionismo. En La Moneda dicen que se optó por los parlamentarios que consideraban "más abiertos" al diálogo. De hecho, las mismas fuentes afirman que hay un "mapeo" de los que están en esa categoría.
El viernes, los ministros se reunieron con el Mandatario para informarle los avances en la materia y "chequear los criterios" que estaban planteando. El mismo día, cerca de las 16.00, se concretó la primera reunión entre los cuatro ministros negociadores con Pizarro y Lagos Weber.
En la cita se pusieron varias alternativas sobre la mesa, las que después fueron analizadas en una nueva reunión solo entre los ministros y Alvarado. Entre las opciones que se barajaron para concretar un acuerdo estaban adelantar a febrero de 2019 el aumento del ingreso mínimo mensual a 301 mil pesos, modificar el guarismo o consensuar la plurianualidad. Los dos primeros, sostienen en el gobierno, "no fue necesario llevarlos adelante", debido a que las conversaciones se dirigieron para reducir la plurianualidad a 24 meses. Este último, finalmente, fue el acuerdo que ayer se refrendó entre el gobierno y la ex Nueva Mayoría.
Diagnóstico
En medio de todas las tratativas y la primera gran derrota legislativa que había sufrido el gobierno, en privado en La Moneda y en el oficialismo comenzaron a surgir reproches a Larraín, Blumel y Monckeberg por no haber podido concretar previamente un acuerdo con la oposición.
Eso sí, la mayoría de las críticas apuntan al titular de Hacienda, a quien califican de haber sido "un ministro ausente" y a quien le cuestionan no haber estado el martes pasado, durante el último día de negociación. De Blumel, por otro lado, afirman que aún le falta "más manejo político" y empoderarse más de su cargo, mientras que de Monckeberg agregan que lo "traicionó su ansiedad".
En la oposición el diagnóstico es similar y reconocen que Chadwick fue clave. A él le atribuyen, de hecho, "el realismo político" de las negociaciones. "El ministro Chadwick es el jefe político del gobierno y trabajó con su equipo", señaló Pizarro. La senadora DC Ximena Rincón, por su parte, añadió que Blumel "tiene que involucrarse más en las negociaciones".
En el Ejecutivo admiten -más allá de que insisten en que la oposición no fue capaz de mantener algunos acuerdos durante la tramitación- que pudieron haber evitado todo el episodio: que calcularon mal el uso del veto presidencial, que debieron negociar mejor y que deben trabajar más en bloque son algunas de las conclusiones que sacan.
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