Al Presidente argentino Milei le cuesta desvincularse de China

Javier Milei
El Presidente de Argentina, Javier Milei, se burló a menudo de China durante su campaña presidencial. FOTO: MATIAS BAGLIETTO/REUTERS

El mandatario mantiene estrechos lazos económicos con Beijing para ayudar a restablecer el crecimiento, al mismo tiempo que se acerca a Estados Unidos. China es el segundo mayor socio comercial de Argentina, después de su vecino Brasil, con un comercio de unos US$ 20.000 millones el año pasado, frente a los US$ 14.000 millones de Estados Unidos.




BUENOS AIRES- China sorprendió a muchos en junio al renovar una parte multimillonaria de un swap de divisas, aliviando la preocupación de que Argentina tuviera que devolver los fondos de sus reservas agotadas.

El Presidente argentino, Javier Milei, que a menudo se burló de China durante su campaña presidencial, calificando a sus dirigentes de “asesinos”, dio las gracias a Beijing, afirmando que la prórroga suponía un alivio financiero. Su oficina declaró que el respeto mutuo con China es vital para el desarrollo y la prosperidad de Argentina.


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Milei, un inquebrantable opositor al comunismo, ha adoptado un enfoque más pragmático respecto a Beijing, afirmando que las inversiones y el comercio chinos son esenciales para el futuro de Argentina, al tiempo que mantiene relaciones más estrechas con Estados Unidos. China ha estrechado sus lazos con Argentina en sectores económicos clave, desde las empresas mineras de litio en el árido norte, hasta la industria agrícola en las vastas llanuras abiertas del cinturón agrícola.

“Es increíblemente indisciplinado en política exterior, pero se ha portado muy bien con China desde que asumió el cargo”, dijo Benjamin Gedan, director del programa de América Latina del Woodrow Wilson Center en Washington. “Lo que estamos viendo en ese cálculo es a Milei el economista, comprendiendo la importancia de China”, agregó.

China es el segundo mayor socio comercial de Argentina, después de su vecino Brasil, con un comercio de unos US$ 20.000 millones el año pasado, frente a los US$ 14.000 millones de Estados Unidos. Las exportaciones argentinas a China se han multiplicado por ocho en las dos últimas décadas, a medida que el país asiático invertía en minería, petróleo y gas, finanzas y construcción. El stock de inversiones extranjeras directas de China subió 500% desde 2015, a más de US$ 3.000 millones, comentó Sergi Lanau, economista y experto en Argentina de la consultora Oxford Economics.

“Inicialmente había preocupaciones porque el gobierno argentino dijo que no tendría vínculos bilaterales o gubernamentales con China”, sostuvo Gustavo Idigoras, jefe de un grupo que representa a los mayores procesadores y exportadores de granos de Argentina. “Pero ha habido un cambio de actitud, y ahora es mucho más pragmático”, indicó.

FILE PHOTO: Argentina's President Javier Milei speaks at a business event, in Buenos Aires

Milei afirma que Estados Unidos, un gran inversor desde hace mucho tiempo, es su principal aliado exterior. Y aunque gran parte de Washington está en contra del libre comercio, Estados Unidos sigue teniendo influencia aquí. El gobierno de Biden ha aceptado las propuestas de Milei y ha enviado a Buenos Aires al Secretario de Estado, Antony Blinken, y a la general Laura Richardson, comandante de las fuerzas estadounidenses en América Latina.

El gobierno de Milei comunicó que no se uniría al Brics, el grupo liderado por China y Rusia. En su lugar, pidió ser socio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Argentina compró recientemente aviones de combate de fabricación estadounidense, renunciando a una oferta de compra de cazas chinos. Una empresa china, Shaanxi Coal and Chemical Industry Group, llegó a un acuerdo en 2022 con funcionarios de la provincia de Tierra del Fuego para construir un puerto en el extremo sur de Argentina, lo que daría a Beijing una ubicación estratégica para acceder a la Antártida y a una ruta marítima crucial a través del Estrecho de Magallanes. Según un asesor del gobierno de Milei, el proyecto se ha archivado.

Pero China sigue siendo una potencia económica crucial, lo que obliga a Milei a equilibrar sus preferencias geopolíticas con Occidente y los intereses comerciales de Argentina con Beijing. Mantener los lazos económicos con China es vital si Milei quiere dar la vuelta a la crisis económica de Argentina, que heredó de su predecesor de izquierdas, afirman los economistas. La inflación argentina es del 263% y cerca del 56% de la población vive en la pobreza.

“Es necesario que países como el nuestro mantengan un equilibrio”, comentó Dante Sica, exministro de un gobierno anterior, sobre la relación de Argentina con China y Estados Unidos. “Va a haber tensión”, añadió.

China Estados Unidos Banderas

En julio, la ministra de Asuntos Exteriores argentina, Diana Mondino, celebró junto a diplomáticos chinos el inicio de un proyecto de litio de US$ 800 millones, propiedad parcial de la empresa china Tsingshan. Las compañías chinas Zijin Mining y Ganfeng Lithium también tienen proyectos de litio que se espera que impulsen la producción del metal, utilizado para alimentar vehículos eléctricos.

En el corazón del país, los agricultores que ya exportan grandes cantidades de soja y carne de vacuno a China se preparan ahora para enviar sus primeros cargamentos de trigo al país asiático y reanudar los envíos de maíz suspendidos hace 15 años.

Empresas chinas han construido en Argentina el mayor parque solar de Sudamérica y tienen un contrato para construir un proyecto hidroeléctrico de US$ 5.000 millones en la Patagonia, una de las mayores inversiones de China en la región. El proyecto, que incluye dos presas, se había iniciado pero quedó en suspenso a finales del año pasado por problemas de financiación. Ahora, las autoridades provinciales esperan que la construcción se reanude en los próximos meses bajo la dirección de Milei.

“China es fundamental”, aseguró Jaime Álvarez, Ministro de Energía de la provincia de Santa Cruz, donde se ubica el proyecto. “No se trata de ser amigos suyos o no, sino de una relación estratégica”, explicó.

Especialmente preocupante para Washington ha sido una estación espacial china en las llanuras azotadas por el viento de Neuquén, que cuenta con escasa supervisión del gobierno argentino. A los militares estadounidenses les preocupa que la remota base, que tiene una antena de 35 metros de ancho, pueda ser utilizada para la vigilancia global apuntando a satélites estadounidenses.

“Estas capacidades basadas en el espacio podrían traducirse en capacidades militares globales que podrían apoyar la vigilancia, el seguimiento y la orientación de nuestras fuerzas”, dijo Richardson, la comandante de EE.UU., al Congreso en marzo antes de viajar a Argentina para reunirse con Milei.

Después de que una delegación estadounidense visitara Argentina, el gobierno de Milei llevó a cabo una rara inspección de la base espacial. La embajada de China calificó de “absurdas” las preocupaciones sobre la estación. Beijing manifiesta que la estación, operativa desde 2018, es para la exploración espacial, y ayudó a China a aterrizar una nave espacial en el lado lejano de la luna.

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El equipo argentino que visitó la base no encontró personal militar allí, dijo Mondino. “No encontraron nada extraño”, declaró a los medios locales.

Una representante del Departamento de Estado sostuvo que Estados Unidos ha animado a Argentina a entender mejor lo que China está haciendo en la estación espacial. “No está claro si la República Popular China está ayudando a Argentina a desarrollar sus capacidades, o si está utilizando a Argentina sólo para sus propios intereses”, dijo.

China ha sido una importante fuente de financiación para Argentina, un moroso en serie que no ha podido acceder a los mercados internacionales desde la crisis financiera de 2018. Argentina es el mayor receptor en América Latina de préstamos comerciales chinos, según el grupo político Diálogo Interamericano en Washington. La mayoría de los préstamos provienen del Banco Industrial y Comercial de China, que tiene su sede local en un elegante rascacielos de Buenos Aires.

Bajo el gobierno anterior, Argentina se alistó en la iniciativa china Belt and Road y se convirtió en miembro del Banco Asiático de Desarrollo. Argentina permanece en Belt and Road y se aseguró un acuerdo que permite a las empresas locales utilizar el yuan para el comercio con China, en lugar de los escasos dólares.

Si el expresidente Donald Trump gana la reelección en noviembre, su administración podría aumentar la presión sobre Argentina y otros países en desarrollo para que se desvinculen de China, anticipan los analistas políticos. Milei admira a Trump y se reunió con él en febrero durante un viaje a Estados Unidos, una de las cinco visitas que ha realizado a ese país desde que asumió el cargo en diciembre. Aún no ha viajado a China.

Milei afirmó que sus diferencias políticas con Beijing no deben afectar a los lazos económicos.

“Debemos separar la cuestión geopolítica de nuestra cuestión comercial”, declaró Milei en una entrevista con The Wall Street Journal a principios de este año. “La cuestión comercial no debe verse afectada, porque se trata básicamente de una decisión privada. Así que no tengo por qué entrometerme en lo que decida el sector privado”, planteó.

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Ese enfoque podría ser contraproducente, advierten diplomáticos y académicos, que señalan que las relaciones diplomáticas entre Beijing y Buenos Aires se han enfriado.

“No es tan ideal en este momento”, sostuvo al Journal el embajador de China en Argentina, Wang Wei, en una conferencia realizada en junio en Buenos Aires.

En enero, la ministra de Asuntos Exteriores de Milei tuvo que controlar los daños cuando los medios locales informaron de que se había reunido con un representante taiwanés. En una cita con el embajador de China, Mondino reiteró el apoyo de Argentina al principio de “una sola China” de Beijing y la importancia del comercio. El Ministerio de Asuntos Exteriores no respondió a la petición de comentarios.

Jorge Malena, profesor de la Universidad Católica Argentina y experto en China, dijo que Beijing está adoptando hasta ahora un enfoque “estratégicamente paciente” con respecto a Milei, en lugar de utilizar su músculo económico para tomar represalias por cuestiones diplomáticas, como hizo contra Australia y Lituania.

“Si China adopta una línea dura contra Argentina, sin duda la empujará a los brazos de Estados Unidos”, aseguró Malena. “Es mejor para China intentar mantener los lazos con Argentina. Están mirando esto a largo plazo”, acotó.

Argentina tiene cierta influencia debido a la necesidad de China de aprovechar los vastos recursos naturales del país sudamericano, señaló Marcelo Elizondo, experto argentino en comercio internacional. Argentina posee las terceras mayores reservas de litio del mundo y es el principal exportador de harina de soja, utilizada para la alimentación del ganado.

“En términos geopolíticos, Argentina se está distanciando claramente de China, pero no ha habido ningún impacto en términos comerciales”, afirmó Elizondo. “No me imagino que restrinjan el comercio con Argentina dadas sus necesidades internas”, concluyó.

* Traducido del inglés por Pulso

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