Ángel Sierra, director ejecutivo de FinteChile: “El cambio de gobierno es el nuevo gran desafío de la industria”
El director de la agrupación que reúne a las empresas de servicios financieros tecnológicas señala que, si bien se ha avanzado en temas regulatorios con la tramitación de la ley fintech en el Congreso, no tienen claro si será un tema prioritario de la próxima administración.
Este año las fintech se anotaron un triunfo. A comienzos de septiembre, el gobierno anunciaba el ingreso del proyecto de ley de innovación financiera, más conocida como “ley fintech”, y en noviembre fue aprobada por la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
¿Qué dice el proyecto? A grandes rasgos, la ley busca establecer un marco general para incentivar la prestación de servicios financieros a las personas mediante la tecnología, tales como inversiones, créditos, ahorro, entre otros. Además, la normativa se basa en la inclusión e innovación financiera, promoviendo la competencia, la protección al cliente financiero y la preservación la estabilidad financiera.
Actualmente el proyecto se encuentra a la espera en el Senado y, de acuerdo a Ángel Sierra, director ejecutivo de FinteChile -asociación que reúne a diversas empresas que proveen servicios financieros de la mano de la tecnología- es un proyecto con el cual se beneficiaría tanto a los actores de dicho sector como a los usuarios. Esto ya que al legalizar las diversas plataformas financieras se fomenta la competencia en el sector, y así los usuarios podrían recibir servicios de mejor calidad y a mejores tarifas. Todo ello llevaría, dijo Sierra, a una mayor inclusión financiera.
¿Cuál es el balance que hacen ustedes desde la industria de lo que fue el 2021?
Ha sido un año muy positivo para la industria desde todos los frentes. Nosotros evaluamos cuatro frentes: el regulatorio, el de inversiones, el de negocio y el de educación y academia. En el frente de regulación fue muy positivo en la medida que se lograron movilizar tres temas regulatorios muy importantes. El primero, el proyecto de ley Fintech. El segundo, el proyecto de ley de deuda consolidada, que recientemente ingresó al Congreso, y finalmente, todo lo que ha sido la migración al modelo de cuatro partes desde la óptica de la Ley de Tasas de Intercambio, más el procedimiento de análisis que está haciendo el Tribunal de Libre Competencia.
Esos tres frentes han permitido visualizar que las fintech están allí presentes, que hay que abrirles el espacio con la debida proporcionalidad regulatoria, porque definitivamente están aportando en materia de inclusión, innovación y competencia. Entonces es muy positivo porque todas avanzaron, y ese será el gran desafío del cambio de gobierno. Es casi inevitable que no se van a poder promulgar esas leyes en el actual gobierno, pero quedan encauzadas.
En el frente de inversiones también fue muy positivo el panorama: Chile superó los US$ 200 millones en inversión en capital en empresas fintech y, si bien hoy eso eso representa recién el 2% del total de las inversiones fintech en Latinoamérica, es muy positivo porque estamos compitiendo con actores demasiado grandes como Brasil y México. Brasil está captando un 40% y México un 30%, haciendo entre los dos el 70%. Estamos compitiendo con gigantes, pero aún así los inversionistas están privilegiando al emprendedor fintech chileno.
Y mirando hacia adelante, ¿cuáles cree que van a ser los mayores desafíos para la industria en este próximo año?
El principal desafío yo diría que es uno en particular, el frente regulatorio. Si bien se logró ingresar los proyectos de ley, ahora el desafío es que salgan. Y sabiendo que hay cambio de gobierno, sabemos que van a llegar con sus prioridades y los proyectos de ley pudieran dilatarse. Lo que sí esperamos es que no se vayan a perder. El desafío será seguir impulsando estas normativas que definitivamente le dan certeza jurídica a los negocios que permiten nivelar la cancha para que los servicios financieros se presten en igualdad de condiciones por todos los actores.
Y allí va a estar el corazón de todo. Yo diría que el cambio de gobierno es el nuevo gran desafío de la industria y lo que ello conlleva, porque también tendrá efectos macroeconómicos en la economía. Obviamente, en la medida en que, por ejemplo, si llegara a bajar la actividad económica, bueno, todos ahí nos vemos impactados, pero ese es el gran desafío. Y cómo las fintech van a ser una prioridad o no para el nuevo gobierno.
En ese sentido, ¿qué es lo que cree que va a pasar en términos económicos, al menos en el corto plazo, con este nuevo gobierno?
Hablando desde la industria, me llamó la atención que, de acuerdo a un estudio (realizado por FinteChile, el Depósito Central de Valores y EY), el 65% de las empresas fintech creen que la economía se va a ver deteriorada en los próximos meses. Es una realidad. Todos sabemos que venimos con unos dieciocho meses con recursos que no son habituales en la economía, con bastantes subsidios, así que próximamente van a tener que ser retirados por que la situación fiscal ya no da para más. Y obviamente se va a sentir el impacto y el acople con la realidad. Así que sí, es inevitable que vaya a haber un ajuste en la economía y adicionalmente tendremos que ver cuáles van a ser las señales del nuevo gobierno para que, por ejemplo, la inversión no se vaya a haber impactada. En todos los frentes de la economía en general, como en las empresas fintech también. Así que hay bastantes luces y grises.
Entre los dos candidatos, Boric y Kast, ¿quién cree que apostaba más por la industria Fintech?
Nos llamó la atención que ninguno tuvo la bandera de la inclusión financiera durante su campaña, ni el uno ni el otro. Fue una lástima que la ley fintech no haya estado en el radar, así que hoy no nos vamos ni por uno ni por otro. Lo que sí sabemos, y esto es bien interesante, es que la ley fintech en el Congreso no tuvo tintes políticos, pues no es un proyecto ni de izquierda ni de derecha, sino que es un proyecto país. Es tecnología, la tecnología no tiene partidos, sino que la debemos impulsar para lograr mayor innovación, competencia e inclusión financiera. Entonces sí diría que las fintech, como nosotros lo vemos, no tenemos ningún partido. En la medida en que esto es transversal, impacta a todos los sectores socioeconómicos del país y por ende debería ser impulsado tanto por izquierda, centro y derecha. Así que es transversal en términos políticos.
Y entrando en esa materia, ¿cómo evalúa el proyecto como está actualmente en el Congreso?
Bueno, el proyecto en este momento ha tenido un avance expedito en lo que hemos podido observar desde la Cámara de Diputados. En un mes se pudo tramitar y ahora llega al Senado, donde vemos que el debate va a ser más amplio. Ya se generó una primera sesión hace dos semanas (...) y lamentablemente no pudimos exponer desde la industria, tanto de las fintech como del sistema financiero, por lo que solamente se pudo escuchar la visión del Banco Central, del Ministerio de Hacienda y de la CMF. Así que va a ser un debate extendido. Estamos esperando a que el cambio de diputados y senadores adopte y le den impulso y lo pongan en la agenda para que se pueda seguir discutiendo. El miércoles se manifestó en una carta desde la Asociación de Bancos que el proyecto de ley es muy positivo para la economía. Entonces deberán ser ajustes menores, más no oposición como tal al proyecto, porque es muy necesario para todos. De hecho, los bancos están necesitando de las fintech para poder hacer open banking. Hoy los bancos ya hacen dinámicas de lectura y escritura de datos, con el consentimiento de sus clientes. Así que los bancos son también son unos de los más interesados en que esto salga adelante.
¿Cuáles son los beneficios de esta ley? tanto para los actores de la industria como para los usuarios de este tipo de servicios financieros
Para la industria esto da mayores certezas en cuanto a la legalidad de las plataformas. Hoy se empiezan a generar dudas y se ha llegado inclusive a vulnerar la fe pública. La CMF ya ha identificado plataformas que hacen préstamos, pero son fraudes, estafas. Entonces lo primero es la fe pública para las personas y para la misma industria.
En tanto, para las personas, una mayor oferta y calidad de servicios y tarifas. En la medida que una ley fintech potencia la entrada de nuevos actores, tú con la competencia naturalmente obtienes esos beneficios: tarifas y servicios. Eso nos lleva a una tercera derivada, que es la inclusión financiera. Cuando hay mayor competencia, se obliga a la industria a que sus actores vean nuevos nichos y así se expande ese espectro de usuarios, y por ende hay mayor inclusión financiera. Y una mayor inclusión financiera genera también mayores eficiencias en la economía y crecimiento económico (...). Entonces, son tres los frentes: personas, industria y el mismo gobierno, todos beneficiándose de la tecnología financiera.
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