La molestia de las isapres por el reajuste de precios en planes que definió la Super de Salud: alegan que subestima sus costos
Por otro lado, fuentes de la industria señalan que les sorprendió el tope de 7,6% que definió el regulador, porque según lo que estableció la ley, sus cálculos se acercaban más al 10%. Desde la Asociación dicen que “el índice es insuficiente y está subestimado, porque la metodología que se usó para determinarlo no da cuenta de la realidad del periodo".
La semana pasada la Superintendencia de Salud estableció que el aumento máximo que podrán aplicar las isapres al precio base de los planes de las personas será de un 7,6% en el próximo proceso de adecuación que se inicia en junio y termina en julio de 2023. Frente a eso, las críticas de la industria no se han hecho esperar.
Hay que recordar que antes eran las isapres las que definían cuánto subirían los precios de sus planes. Sin embargo, desde ahora lo hará la Superintendencia, poniendo un tope máximo. Eso fue lo que estableció la nueva Ley 21.350, publicada en junio pasado, y esta fue la primera vez que el regulador calculó la variación de costos en el sistema y construyó un indicador, denominado Índice de Costos de la Salud (ICSA), que es referencial y vinculante para las aseguradoras.
Y como durante los últimos dos años las isapres no han aplicado alzas en los precios de sus planes, manteniendo los valores de 2019, lo que en parte llevó a la industria a registrar en 2021 lo que calificaron como el peor resultado de su historia, con pérdidas por más de $ 137 mil millones, la citada ley estableció que en esta ocasión el proceso para fijar el guarismo sería distinto respecto de lo que ocurrirá con los futuros procesos.
Así, mediante un artículo transitorio la ley señala que en esta oportunidad el indicador se fijaría compuesto “por el promedio de los últimos tres indicadores calculados por la Superintendencia para los años 2020, 2021 y el calculado a marzo de 2022, el cual no podrá́ en ningún caso ser superior a la variación de la partida del Ministerio de Salud, correspondiente a la Ley de Presupuestos del Sector Público aprobada para el año 2022″.
Y esta semana la Superintendencia de Salud publicó la metodología que usó para llegar al 7,6%. Fuentes de la industria creen que el cálculo no se hizo de la forma que lo estableció la ley, pues recuerdan que en 2019 el Indicador Referencial de Costos de la Salud (IRCSA) fue de 5,2%, en 2020 fue 0,5% y en 2021 de 26,2%. Al promediarlo, la industria estima que la variación debería haber sido de 10,3%, o cercana a esa cifra. Por ello generó sorpresa el 7,6%. Dicen que en la metodología el regulador optó por hacer una ponderación en el IRCSA según las utilidades que anotó el sistema el año anterior, lo que, a su juicio, generaría una distorsión del número.
Tras consultar a la Asociación de Isapres, no se refirió a la metodología utilizada, pero mediante un comunicado señaló que difieren del cálculo realizado y advierten que este no refleja la verdadera variación de costos que las instituciones han enfrentado durante los últimos años. Sólo equivale a un tercio de dicho incremento, planteó.
“El índice es insuficiente y está subestimado, porque la metodología que se usó para determinarlo no da cuenta de la realidad del periodo, no considerando la totalidad del aumento de costos. Esto, ya que se calculó en base al promedio de los últimos tres años, lo que provoca una disminución importante respecto del índice real”, indicó.
El presidente del gremio, Gonzalo Simon, sostuvo que “durante el último año, el costo de las atenciones (prestaciones y licencias médicas) aumentó en un 26,2% y el reajuste informado por la Superintendencia es de 7,6%, pese a que el sector público aumentó su presupuesto para salud en 11,7%, sin incorporar los recursos adicionales por Covid-19. Esto es insuficiente para compensar el alza de costos, por lo que creemos que se profundizará la compleja situación y anticipamos que el 2022 nuevamente será un año con pérdidas para el sistema”.
Además, agregó que “entendemos que el reajuste de los planes es una mala noticia para nuestros usuarios, pero tras dos años de valores congelados y con un aumento tan considerable de los costos, es una medida necesaria para seguir entregando beneficios a los afiliados que confían su salud a las Isapres”.
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