Caso Factop: Topelberg sostiene que LarrainVial sabía que facturas eran falsas
En su respuesta a la demanda que solicita la liquidación forzosa del socio de Factop, se pide que se rechace la acción, considerando que “la firma que supuestamente correspondería a mi representado en el título objeto de cobro, es una firma falsificada; no es la firma de Rodrigo Topelberg”.
“¿Por qué LarraínVial presentó esta demanda en marzo y la mantuvo dormida, sin notificar hasta ahora?”, es la pregunta que hace el abogado de Rodrigo Topelberg, José Clemente Coz, en su contestación a la demanda presentada por el Fondo de Inversión LarraínVial Facturas en la semana.
La acción civil, presentada ante el 25º Juzgado Civil de Santiago, busca la liquidación forzosa de Topelberg, socio de Factop -firma que está en medio de una serie de disputas legales ante acusaciones de diversos ilícitos cometidos con facturas-, pues el ingeniero en ejecución posee deudas que suman $8.424.932.981.
En su respuesta a la demanda, Coz pide que se rechaza la acción, considerando que “la firma que supuestamente correspondería a mi representado en el título objeto de cobro, es una firma falsificada; no es la firma de Rodrigo Topelberg”.
En esa línea, la respuesta de Topelberg argumenta que “el presente juicio ejecutivo es un intento por consolidar un fraude millonario, y que acoger la demanda ejecutiva del Fondo de Inversión LarraínVial Facturas (“Larraín Vial”) en contra de Rodrigo Topelberg no es otra cosa que dar eficacia a un mecanismo delictivo propiciado por los demandados Daniel y Ariel Sauer, en coordinación con otras personas”.
Al respecto, precisa que “los señores Sauer implementaron un mecanismo de emisión de facturas ideológicamente falsas (los servicios que éstas representaban no habían sido prestados) que posteriormente vendían en la Bolsa de Productos, por medio de Factop Corredora de Bolsa de Productos (“Factop CBP”), donde eran adquiridas en gran medida por LarraínVial. LarraínVial las compraba a un precio descontado y luego recibía el pago completo de las mismas, haciendo provecho de este mecanismo ilícito; enriqueciéndose”.
Así, el texto judicial advierte que “en algún minuto Larraín Vial advirtió el deterioro de esta cartera de facturas falsas y “obtuvo” una serie de cauciones personales para garantizar su crédito”.
Entre ellas, estaría la fianza y codeuda solidaria falsificada de Rodrigo Topelberg, suscrita con fecha 23 de agosto de 2022.
“No sabemos, a esta altura, si LarraínVial estuvo o no involucrada en la referida falsificación, lo que será esclarecido en sede penal. Ahora, lo que sí es un hecho es que, en una gestión extrajudicial de cobro, el día jueves 10 de agosto pasado, uno de los patrocinantes de la ejecutante sostuvo que dicha firma de Rodrigo Topelberg habría sido obtenida por LarraínVial a sabiendas de que estaba consiguiendo una garantía de pago sobre facturas falsas. Si bien no es cierto que nuestro representado haya suscrito tal documento, lo grave es que, conforme a los dichos del abogado, la demandante sabía de la falsedad de las facturas”, afirma Coz en el escrito.
Al respecto, indica que lo anterior hace sentido “si uno entra en cuenta que el cobro de esta “garantía preventiva” fue demandado por Larraín Vial el día 7 de marzo de este año, hace más de 5 meses”, algo que a juicio del abogado de Topelberg implica que el demandante “tenía este juicio dormido y listo para ser notificado hace bastante tiempo y, desde luego, antes de que se descubriera la existencia de este mecanismo ilícito. Resulta entonces que la demandante no sólo tuvo la premonición de garantizar las facturas falsas antes de que se destapara el escándalo financiero de Factop, sino que además estaba lista para cobrarlas incluso antes de que la deudora entrara en mora”.
Junto con ello, la defensa de Topelbeg señala que “entre los compradores -y beneficiados- ( de las facturas) se encontraba nada más y nada menos que la demandante: Fondo de Inversión LarraínVial Facturas, un experto fogueado y con trayectoria en este negocio”.
Así, detalla que la compañía “este ardid de financiamiento ilícito venía operando hace años. Para fortuna de Larraín Vial, ella pudo obtener una buena rentabilidad de éste mientras duró y, meses antes de que se descubriera este escándalo, ella había obtenido garantías personales para cubrir las facturas falsas que había comprado; incluso había demandado a nuestro representado antes de que la deudora principal entrara en mora. Larraín Vial compró un paraguas en el desierto el día antes del diluvio”.
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