Director de SQM: “Hemos ido colocándonos en paz con nuestro pasado”
Gonzalo Guerrero Yamamoto, abogado y director de empresas, fue mandatado por SQM para una misión estratégica: acercar la empresa a las comunidades del Salar de Atacama, donde está el corazón de su negocio. El hijo del exdueño de Integramédica es director de SQM desde 2016, ha visitado varias veces la zona e inició un ciclo de conversatorios que tendrá ocho capítulos.
Desde los estudios de la casa parroquial de San Pedro de Atacama, hace justo dos semanas comenzó un ciclo de ocho capítulos. Se llamaConversaciones con Soqui, lo tramsite Lickan TV y el anfitrión es el sacerdote Néstor Veneros.
Aunque tendrán distintos invitados, uno será estable: Gonzalo Guerrero Yamamoto (48 años), director desde hace seis años de SQM, la empresa que gobierna Julio Ponce y que tiene el corazón de su negocio en la zona. Hace dos viernes, en el primero de los capítulos, Guerrero partió presentándose. En tercera persona, contó que es hijo de un médico y una contadora, quienes se “esforzaron mucho para que yo pudiera estudiar y pudiera salir adelante”, apuntó.
“Mi familia no era una familia de gran fortuna”. Guerrero contó que estudió en un colegio subvencionado y luego leyes en la Universidad de Chile, donde “fui dirigente estudiantil muy activo”. Cercano a Renovación Nacional, fue presidente de los estudiantes secundarios de ese partido y apoyó, a temprana edad, al candidato presidencial Hernán Büchi, en 1989. En la universidad presidió el frente universitario de RN y fue candidato a presidente del centro de alumnos.
A SQM llegó en abril de 2016, en la reorganización del gobierno corporativo de la empresa realizada tras el escándalo del financiamiento irregular de la política. Con él llegó Eugenio Ponce como presidente y la canadiense PCS, entonces accionista de SQM, renovó a sus representantes. De los actuales directores de SQM, Guerrero es el único que se mantiene desde esa fecha, aunque la mesa está integrada por otros históricos aliados de Ponce: Patricio Contesse Fica (brazo derecho del empresario desde hace una década) y Hernán Büchi, director desde comienzos de los años 90, quien dejó la empresa en 2016, pero volvió tiempo después.
En su presentación en el conversatorio, Guerrero se hizo cargo brevemente de esos polémicos últimos años de la empresa. El abogado afirmó que SQM es un ejemplo en sus prácticas de sustentabilidad, con un gran capital humano y competitiva a nivel mundial. Pero agregó: “Es una empresa que en el camino ha tenido que enfrentar dificultades, eso es público y notorio y desde que yo estoy en el directorio hemos ido enfrentando esas dificultades, hemos ido resolviéndolas y hemos ido colocándonos en paz con nuestro pasado”, dijo en la entrevista que duró más de una hora.
“Construir en base a lo que fue bueno en el pasado, aprender de los errores y construir algo mejorado es algo que vale mucho”, agregó en su reflexión sobre SQM.
Guerrero Yamamoto llegó a SQM, dijo en el programa, en representación de la japonesa Kowa, accionista minoritario que tiene una larga alianza con Julio Ponce. Su apellido materno, afirmó, facilitó su “postulación” al cargo. “Hice toda una trayectoria como director de empresas en las que aprendí muchísimo”. Además de SQM, Guerrero hasta hace poco estaba en el directorio de Palestino. Pero antes ocupó varios cargos: fue fiscal corporativo de Integramédica, la cadena de centros de salud que su padre y otros socios crearon y vendieron en 2010 a Cruz Blanca Salud.
También fue secretario del directorio de la Universidad Santo Tomás, trabajó en Vantrust Corredores de Bolsa y fue director de Asfaltos Chilenos. “Hice toda una trayectoria como director de empresas en las que aprendí muchísimo”, contó hace dos semanas, en el primero de los encuentros, que hoy tendrá su segunda versión, con la participación de la arqueóloga Ana María Barón.
Aunque Kowa le entregó sus votos, Guerrero ya era un conocido de Julio Ponce. A SQM llegó desde las cascadas. Entre mayo de 2013 y abril de 2016 estuvo en el directorio de Oro Blanco. Guerrero trabajó en sus inicios en el estudio de Darío Calderón, uno de los mejores amigos de Julio Ponce, pero su llegada a Oro Blanco no estuvo ligada a esa relación, dicen en las cascadas. Guerrero también es yerno de Calderón.
El rol en el Salar
El Salar de Atacama es estratégico para SQM y la minera sabe que debe mantener ese activo. El año pasado, según los reportes oficiales de la compañía, el 33% de todos sus ingresos provinieron del Salar, donde tiene un contrato de arrendamiento y explotación con Corfo hasta 2030. Esa cifra, sin embargo, este año será mayor: sus ventas de litio registraron en el primer trimestre un alza monumental de 180% y se prevé, solo para ese mercado, un crecimiento de 30% en todo 2021. Para SQM es estratégico conservar un contrato renegociado en 2018 y del que, hasta la fecha, ha extraído solo un 28% de lo que puede explotar.
El directorio de SQM, presidido por el ex presidente de la CPC, Alberto Salas, decidió encomendar a uno de sus ocho integrantes la construcción de buenas relaciones vecinales con su entorno. Y el elegido fue Gonzalo guerrero.
“El directorio definió como una de sus metas y objetivos más relevantes el lograr ser una empresa con prácticas de alto nivel de sustentabilidad. No solo es mejorar el manejo medioambiental sino también asumir que no puede existir una operación química y minera sin que exista una relación asociativa con la comunidad humana que rodea la operación de Soqui”, explicó Guerrero en la conversación vía Facebook. “El directorio delegó y dijo: Gonzalo, anda, apoya, da un soporte a las comunidades de la cuenca como a las comunidades de la Pampa”, afirmó.
El director de SQM, por cuyo cargo recibió una dieta de $ 384 millones en 2020, piensa que a la empresa le ha faltado entender a la cultura atacameña. “Nos ha faltado entender. A veces ha existido falta de compresión de nuestra parte, de entendimiento de la cultura licarantay, de cómo preservarla. No es solo una cosa de dar plata. Sin duda que los aportes económicos son muy importantes, sin duda que apoyar al desarrollo social de las comunidades y del grupo humano que vive en la cuenca, pero también es y relevante entender la cultura”, expresó Guerrero, quien integra, junto a Patricio Contesse Fica y Robert J. Zatta, el comité de Salud, Seguridad y Medio Ambiente de SQM.
Según Guerrero, en el Salar de Atacama trabajan en SQM 1.011 personas, sin considerar contratistas, de las cuales un 22,7% pertenecen a la comunidad cincundante.
La referencia económica no es irrelevante. Tras el acuerdo de 2018, sellado en las postrimerías del segundo gobierno de Michelle Bachelet, a cambio de la extensión de los derechos en el Salar de Atacama, SQM debió elevar sus pagos al Estado, pero, además, estableció una contribución específica. Según los balances de SQM, su filial SQM Salar se comprometió a aportar entre US$10 millones y US$15 millones al año a las comunidades aledañas a la cuenca del Salar de Atacama. La distribución de esos montos, sin embargo, debe ser resuelta por Corfo, lo que aún no ha ocurrido. “No depende de nosotros”, dijo Guerrero sobre esos pagos.
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