Eduardo Pollak, el presidente de Tricot que falleció a los 62 años de Covid en Nueva York
Afectado por Covid, el empresario del retail estuvo hospitalizado durante varias semanas y murió ayer en Estados Unidos. Líder de la compañía desde que su familia paterna separara aguas, Pollak fue el gestor de un negocio enfocado absolutamente en ropa, que nunca se abrió a artículos de otro tipo como sí lo hizo su competencia. Fuerte impulsor de la causa judía, fundó y financió junto a sus hermanos hace una década un museo dedicado al Holocausto y la creación del Estado de Israel.
“Tricot tiene un grupo de trabajadores inteligente, cohesionado, profesional y motivado por alcanzar la misión: llevar a los consumidores moda al mejor precio, de manera sustentable, ingrediente que es condición necesaria para tener éxito”. Eduardo Pollak Ben-David resumía así entre sus cercanos la forma en que Tricot estaba logrando sortear la ola.
En medio de una pandemia que había impactado al comercio, la multitienda había seguido invirtiendo fuerte en publicidad y crecía…cosa rara entre sus pares. “Otra cosa necesaria –subrayaba-, era contar con recursos e invertirlos racionalmente, dinámica que –dicen quienes lo conocieron- manejaba al dedillo: nunca se perdió, su foco era la ropa y punto.
Ayer, a los 62 años murió Eduardo Pollak, afectado por Covid. El empresario había viajado a Nueva York a visitar a una de sus hijas que estudia en la New York University cuando se contagió con el virus. Pillak, quien tuvo cuatro hijos, llevaba cerca de un mes hospitalizado, dicen personas cercanas a la familia. De hecho, la última memoria de Tricot se presentó sin la carta a los accionistas de Pollak.
Ingeniero Civil Industrial de la Universidad de Chile y Magister en Finanzas de la misma universidad, Pollak es parte de la segunda generación de la familia fundadora del retailer, el cual preside desde 2004. Es el segundo de los cuatro hermanos Pollak Ben-David. El mayor es Henry, médico cirujano; Dalia es sicóloga y Andrés es músico. Los cuatro hermanos son los controladores de Empresas Tricot a través de la sociedad Inversiones Retail Chile S.A., la que tiene el 71,9% de la propiedad. Eduardo Pollak tenía el 16,5% de la sociedad controladora.
Aterrizaje en Chile
Su padre, Jaime Pollak Ganz, llegó a Chile en 1947 desde Rumania junto a cinco de sus 10 hermanos: Israel, Moisés, Fanny (con su marido Rubén Katz), Cecilia (y su marido Yeno Pelroth) y Rosa. Antes –en 1939- había llegado Marcos. La familia se dispersó arrancando de los nazis. Y gracias a las gestiones del ex embajador de Chile en la entonces URSS, Máximo Pacheco Gómez, padre del ex ministro, otro de sus hermanos –José- logró aterrizar en el país. Y acá empezaron con el desarrollo textil. En 1952 surgió Textiles Pollak hermanos. En 1955 abrió la primera tienda Tricot (que significa tejido, en francés) en la Plaza de Armas y en 1964 comenzó su proceso de regionalización, con una sucursal en Arica.
Si bien inicialmente la presidencia del grupo la tuvo Marcos, en los 90 la asumió Jaime, cuando comenzó con la profesionalización de la compañía. Con ese objetivo, en 2001 reclutaron como gerente general a Fernando Córdova, que venía de Farmacias Ahumada. El nuevo ejecutivo determinó que la familia saliera de la administración, pero no todos estuvieron de acuerdo, señalaba una publicación de La Tercera.
En el directorio también existía tensión, hasta que contrataron expertos y en 2003 se firmó un pacto de accionistas. El pacto fijó un período de “enfriamiento” desde 2002 a 2006, en que la familia no podía ni siquiera tener presencia en el directorio.
Al final, tras fallecer Marcos su hijo Franklin comenzó a tener problemas con la presidencia de Jaime; la compañía no iba bien financieramente y se intentó hacer un aumento de capital, que la familia de éste último no suscribió. Y se optó por separar los negocios. Eduardo Pollak relataba en 2017: “Nos ofrecieron quedarnos con Tricot, lo cual nos pareció un buen deal”, relata. El resto de la familia se quedó con Textiles Pollak y Bagir. El empresario reflexiona: “Mirado en perspectiva, la separación fue buena para el negocio, aunque mala para las relaciones familiares. Si hubiera seguido la pelea entre nosotros, la empresa se habría terminado. Tuvimos una nueva oportunidad, un punto de inflexión”.
En 2004 relanzaron la marca, modificaron el directorio y Eduardo asumió la presidencia. En ese momento, llevaron a Antonio Egidio a la gerencia general, cargo que mantiene hasta hoy. Y se definió la estrategia de “moda al mejor precio”. De hecho, Pollak nunca estuvo dispuesto a abrirse a la comercialización de otros artículos, apelando a que en la ropa era donde estaba el margen. Tricot llegó a denominarse como el Zara chileno.
En agosto de 2017 debutaron en el mercado de capitales, abriéndose a la Bolsa de Comercio de Santiago. Pollak decía en mayo de ese año a La Tercera: “Entraremos a otra etapa de desarrollo de la compañía; vamos a entrar a las ligas de las empresas abiertas al mercado, lo que supone tener ciertos estándares de transparencia, de entrega de información, de gobierno corporativo. Será un paso muy importante”.
Sueño familiar
Activo participante de la causa judía, Pollak fue fundador junto a su familia del Museo Interactivo Judío de Chile. Tras fallecer su padre – Jaime Pollak Ganz- en 2010, junto a su madre Yoná Ben-David y sus hemanos Henry, Andrés y Dalia, optaron por hacer trascender su legado con esta iniciativa. “Sentimos la necesidad de honrar su memoria con una propuesta que reflejara el espíritu judeo-sionista de nuestro padre Jaime Pollak. Queríamos concebir un proyecto que perdurara en el tiempo y homenajeara a los que pasaron por el Holocausto y a los que dieron sus vidas por la creación del Estado de Israel”, señalaba su hermana Dalia en la Memoria del museo.
Así, viajaron al Centro Melton de la Universidad Hebrea de Jerusalem. Y con ellos desarrollaron este concepto, uno que catalogan de inédito en Latinoamérica. El 28 de mayo del 2013 el Museo Interactivo Judío de Chile instaló su primera piedra en el Círculo Israelita de Santiago, donde opera.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.