El duro mensaje de la secretaria del Tesoro de EE.UU. a China sobre las exportaciones pone a prueba la frágil distensión entre ambas potencias

La Secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, habló con periodistas en la provincia de Guangdong, en el sur de China, el sábado. FOTO: ANDY WONG/ASSOCIATED PRESS
La Secretaria del Tesoro de EE.UU., Janet Yellen, habló con periodistas en la provincia de Guangdong, en el sur de China, el sábado. FOTO: ANDY WONG/ASSOCIATED PRESS

La secretaria del Tesoro de Estados Unidos aprovechó un viaje a Beijing para advertir a sus homólogos contra las prácticas exportadoras chinas. El agudo mensaje -difundido en Beijing y en Guangzhou, una metrópolis del sur industrial de China- pondrá a prueba la delicada distensión entre Estados Unidos y China.


BEIJING- Cuando la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, se reunió con su homólogo chino en Suiza a principios del año pasado, pasó de puntillas sobre temas controvertidos, sólo planteando desacuerdos comerciales durante un breve café a solas con Liu He, entonces viceprimer ministro de China, según personas familiarizadas con la reunión.

En cambio en China, en los últimos días, Yellen no fue tan tímida. Yellen criticó a las autoridades chinas por exportar demasiados productos de energías limpias y advirtió a las autoridades regionales, así como al viceprimer ministro He Lifeng y al primer ministro Li Qiang, que redujeran la producción industrial.

“Esta es una preocupación muy importante para nosotros. Creo que mi trabajo aquí es asegurarme de que he explicado esto muy a fondo y presentado esta preocupación a los más altos niveles de liderazgo chino”, dijo Yellen en una conferencia de prensa el lunes, al final de su viaje. “No quiero ver que la relación económica o la relación general de Estados Unidos con China se deteriore”, continuó.

El agudo mensaje -difundido en Beijing y en Guangzhou, una metrópolis del sur industrial de China- pondrá a prueba la delicada distensión entre Estados Unidos y China.

El Presidente Joe Biden y el dirigente chino Xi Jinping llevan más de un año intentando restablecer un mínimo de confianza entre las dos mayores economías del mundo y evitar una espiral de hostilidades más profundas. Ahora, Estados Unidos está empleando parte de esa buena voluntad en abordar un tema cada vez más irritante en Washington: el comercio.

El gobierno de Biden teme que una oleada de productos chinos desborde la industria estadounidense y provoque la pérdida de puestos de trabajo y el cierre de empresas, en una repetición del choque chino, cuando las exportaciones chinas perturbaron los mercados mundiales a principios del siglo XXI. En respuesta, Washington se dispone a aumentar los aranceles sobre algunos productos chinos, incluidos los vehículos eléctricos.

Los funcionarios chinos y los medios de comunicación estatales, mientras tanto, han desestimado las advertencias de Yellen sobre la sobreproducción, como un pretexto para reprimir el ascenso de China. Beijing también sigue adelante con su propio desafío a las prácticas industriales estadounidenses en la Organización Mundial del Comercio.

El sábado, tras las reuniones de Yellen con He en Guangzhou, ambas partes acordaron continuar las conversaciones sobre “crecimiento económico equilibrado”. Una de las principales preocupaciones de Estados Unidos es que la economía china tiene una escasez de demanda interna para absorber su oferta industrial, lo que significa que el exceso se envía a los mercados mundiales, donde deprime los precios. Funcionarios chinos viajarán a Estados Unidos la próxima semana para continuar las conversaciones.

Yellen afirmó que los responsables políticos chinos deberían tomar medidas como reforzar las prestaciones públicas de jubilación y hacer más asequible la educación para ayudar a estimular el gasto de los consumidores. Esto ayudaría a cerrar el desequilibrio entre la oferta y la demanda en la economía china, manifestó.

“Un posible enfoque sería impulsar la demanda y que una mayor parte del PIB recayera en los hogares para aumentar sus ingresos”, declaró en la rueda de prensa la secretaria de Estado.

Pero puede que las conversaciones no sirvan de mucho para resolver el problema, ya que es probable que ambas partes se atrincheren. Las autoridades chinas ven en la industria ecológica un posible antídoto para su maltrecha economía, ya que la prolongada caída del mercado inmobiliario ha lastrado el crecimiento. Durante las conversaciones, los funcionarios chinos señalaron que Estados Unidos también concede generosas subvenciones a su industria de energías limpias, según un alto funcionario del Tesoro.

En Estados Unidos, las elecciones presidenciales de noviembre podrían impulsar al gobierno de Biden a mantener la presión sobre Beijing. El rival republicano de Biden, Donald Trump, que impuso los primeros aranceles a las importaciones chinas durante su presidencia, ha pedido que se aumenten drásticamente los gravámenes. Los demócratas de los estados indecisos, por su parte, también están presionando a Biden para que tome más medidas contra la industria china. Interrogada en repetidas ocasiones sobre la posibilidad de elevar los aranceles, Yellen señaló que no quería adelantarse a las medidas políticas de la administración Biden.

“Es una cuestión complicada que afecta a toda su estrategia macroeconómica e industrial. No se va a resolver en una tarde ni en un mes”, dijo Yellen a los periodistas en Guangzhou.

Otros temas polémicos surgieron durante el viaje de Yellen. Funcionarios chinos se quejaron de las medidas adoptadas por Washington para cortarles el acceso a la tecnología y las inversiones estadounidenses avanzadas, así como de un intento del Congreso de prohibir TikTok, la aplicación viral de videos cortos propiedad de ByteDance, con sede en Beijing, en Estados Unidos. Yellen expresó su preocupación por las empresas e instituciones financieras chinas que ayudan a suministrar bienes a Rusia que Moscú está utilizando en su invasión de Ucrania.

“Reforcé que cualquier banco que facilite transacciones significativas que canalicen bienes militares o de doble uso a la base industrial de defensa de Rusia se expone al riesgo de sanciones estadounidenses”, explicó.

Aun así, Yellen recibió una calurosa bienvenida. En Guangzhou, ella y He Lifeng, viceprimer ministro chino, realizaron un crucero por el río de las Perlas, mientras que en Beijing, Yellen visitó la Ciudad Prohibida. La expresidenta de la Reserva Federal es toda una celebridad en China, donde sus elecciones gastronómicas se examinan con lupa en las redes sociales.

La última vez que visitó Beijing, en julio, su visita a un restaurante especializado en la cocina de la provincia de Yunnan se convirtió en una sensación viral. El restaurante publicó rápidamente una lista de los platos que Yellen y su personal comieron como el “menú del Dios del Dinero”, que incluía un plato de callampas con propiedades alucinógenas cuando se dejan crudas.

En Guangzhou, unas imágenes de Yellen comiendo en un restaurante de dim sum se difundieron rápidamente por las redes sociales chinas. Los medios estatales elogiaron lo que describieron como su “hábil uso de los palillos”. El sábado, después de que Yellen comiera en un restaurante de Beijing que servía platos picantes de la provincia de Sichuan, una cuenta de las redes sociales chinas, que se cree que está vinculada a los medios de comunicación estatales, aprovechó la ocasión para subrayar la importancia de controlar el “calor” en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y China.

El ambiente era más siniestro. Durante una visita a la Universidad de Beijing, los responsables de la elitista universidad pidieron a los medios de comunicación que no fotografiaran a los estudiantes que se reunían con Yellen, alegando el deseo de protegerlos del acoso en Internet por haberse codeado con una alta funcionaria estadounidense.

“Los internautas chinos han seguido su viaje desde el momento en que aterrizó en Guangzhou”, aseguró el primer ministro Li a Yellen cuando se reunieron en el Gran Salón del Pueblo de Bejing. “Eso demuestra las grandes expectativas que tienen sobre los resultados de su visita y también la expectativa y la esperanza de que la relación China-EE.UU. siga creciendo”, agregó.

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